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En una carta conjunta

Merkel y Sarkozy reclaman fortalecer la política económica de la zona euro

La canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente de Francia, Nicolas Sarkozy, defendien en una carta conjunta su compromiso con "la solidez, la estabilidad y la unidad de la zona euro", aunque destacan la necesidad de "fortalecer la gobernanza económica de la eurozona".

En una carta dirigida al presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, y al presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, ambos mandatarios afirman que es "deber de todos" preservar los logros de la creación del euro, lo que implica reforzar la coordinación de las políticas económicas y los mecanismos internos de vigilancia con el objetivo de que "cada país se sienta plenamente responsable de la estabilidad del euro". "El euro ha beneficiado ampliamente a todos los estados miembros de la Eurozona", añadien.

Los dos dirigentes europeos apuntan que para que continúe el éxito de la unión política y monetaria no es suficiente dar una respuesta a esta crisis, sino que es necesario "aprender la lección" y tomar todas las medidas necesarias para evitar que una crisis de esta naturaleza se reproduzca.

Respecto a la reunión extraordinaria de jefes de Estado y de Gobierno de la zona euro que se celebrará mañana para "sellar el apoyo conjunto a Grecia", destacan que esta decisión permitirá al país heleno tomar "las medidas necesarias" para situar su economía y sus finanzas públicas en una "trayectoria sostenible" y "mitigará las amenazas a la estabilidad" del conjunto de la eurozona.

En este sentido, muestran su apoyo total a la determinación del Gobierno griego de adoptar las valientes medidas exigidas por la Comisión Europea, el Banco Central Europeo (BCE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI) y se muestran convencidos de que permitirán a Grecia hacer frente a sus desafíos económicos y presupuestarios y recuperar la confianza de los mercados.

Reforzar la vigilancia

En la carta, también inciden en que la próxima cumbre debe lanzar un mensaje en el que se defiendan una serie de reformas en la zona euro. En concreto, apuestan por reforzar la vigilancia presupuestaria, con sanciones más efectivas para los déficits excesivos y mejorar la coherencia entre los proyectos presupuestarios nacionales y el Pacto de Estabilidad y Crecimiento.

Además, proponen ampliar la vigilancia sobre los problemas estructurales y de competitividad y sobre los desequilibrios, así como reforzar la eficacia de las recomendaciones normativas de la UE. De cara al futuro, defienden la creación de un marco robusto para la resolución de crisis que respete los principios de responsabilidad presupuestaria de cada estado.

Asimismo, Sarkozy y Merkel apuestan por reforzar la calidad del control de las estadísticas, que en el caso de Grecia explican gran parte de la desconfianza de los mercados. Por ello, consideraron urgente que se pongan en marcha "cuanto antes" las propuestas de la CE sobre Eurostat.

Supervisar el papel de las agencias de rating

Fuera del marco interno de la zona euro, consideran "indispensable" reforzar la regulación de los mercados financieros, cuyas reacciones de los últimos días han ampliado la crisis al aumentar los tipos de interés de la deuda soberana sin fundamento. Así, apuestan por seguir la línea marcada por el G20 para que evitar que la especulación acabe con los esfuerzos que se están llevando a cabo para la recuperación de la crisis económica y financiera.

En esta línea, subrayan que la decisión de una agencia de calificación crediticia de rebajar el rating de la deuda griega antes de que se conocieran los detalles del plan de rescate "invita a reflexionar sobre el papel de estas agencias en la propagación de la crisis". Así, creen que el reglamento de supervisión y registro de estas agencias debe ser "plenamente utilizado" y se debería tener en cuenta "la creación de unas autoridades europeas de supervisión".

Los dos dirigentes creen que los acontecimientos de las últimas semanas instan a evaluar los métodos de calificación de la deuda soberana, las modalidades de comunicación y difusión de los cambios en los ratings y a tener en cuenta el posible papel de las calificadoras en la amplificación de la crisis y su impacto sobre la estabilidad financiera. "La Comisión Europa debería estudiar realizar propuestas para mejorar la competencia en el mercado de calificación crediticia", añaden.

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