Salgado y Montoro discrepan del papel de las regiones en la rebaja del déficit
¿Intento sincero de pactar la salida de la crisis o pura pantomima? La opinión de los partidos que hoy se sentarán con el Gobierno para sondear las posibilidades de acuerdo divergen. El duelo parlamentario que enfrentó ayer a la vicepresidenta Elena Salgado con el portavoz económico del PP, Cristóbal Montoro, a cuenta del papel de las comunidades autónomas en la corrección del déficit público deja, no obstante, poco hueco a la esperanza.
El PP acudirá hoy a la cita convocada en un palacete propiedad del Ministerio de Fomento como un mero trámite protocolario, para que nadie pueda acusarle de deslealtad institucional. La izquierda tampoco se sentará con el Gobierno con criterios compatibles. Por ejemplo, Izquierda Unida condiciona el diálogo a que se deje fuera del mismo la reforma laboral. Y ERC exige que se aborde la reforma de las pensiones. Un sudoku que intentará ordenar el ministro José Blanco con la ayuda de Elena Salgado y Miguel Sebastián.
La reunión de hoy, meramente protocolaria, servirá de arranque a los contactos bilaterales. Las cosas pintan muy mal para el entendimiento entre el Gobierno y el PP. Un aspecto clave del documento entregado ayer a los partidos, la corrección del déficit público, fue objeto de un duro debate en el Congreso entre la vicepresidenta económica y el portavoz de este área en el PP, Cristóbal Montoro. Elena Salgado pidió ayuda al primer partido de la oposición para que las comunidades y ayuntamientos donde gobierna pongan de su parte. "El Gobierno se ha comprometido a reducir el déficit público al 3% en 2013 y vamos a conseguirlo. El PP debe colaborar ya que gobierna en comunidades y ayuntamientos, que suponen la mitad del gasto público, e implicaría cierta coherencia en su discurso. La reducción del déficit exige, desde luego, medidas de corrección inmediata", mantuvo Salgado.
Montoro sorteó este emplazamiento de la vicepresidenta. "El Gobierno ha cometido una gravísima equivocación de política presupuestaria y de política económica y es el responsable de ello, no las comunidades autónomas ni las corporaciones locales, cuya financiación viene del Presupuesto del Estado", afirmó. En este mismo contexto, recordó que hace meses que "se ha aprobado por los pelos una nueva ley de financiación autonómica" que haría absurdo el que ahora se convocase a las comunidades a un recorte del gasto cuando han obtenido este dinero para financiar "la educación, los hospitales y las demás prestaciones sociales".
Objetivo del 3%
Con o sin la ayuda de las comunidades, Salgado insistió en que el Gobierno "va a conseguir" reducir el déficit al 3% en 2013. Y le reprochó a Montoro que ahora cuestione que a "las pobrecitas comunidades autónomas" a las que se les ha inyectado más dinero "ahora vayan a tener que reducir su déficit". "Este es un trabajo conjunto, que exige la colaboración de todos, todos vamos a tener que hacer esfuerzos para reducir nuestro déficit fiscal. Y al decir todos quiero decir todos, porque, efectivamente, los esfuerzos van a ser importantes", advirtió la vicepresidenta.
El desencuentro entre el Gobierno y el principal partido de la oposición supera el guión para la reducción del déficit y es mucho más profundo. Tiene una clara vertiente política y, al mismo tiempo, también económica. El PP no participa del diagnóstico que el Gobierno está haciendo de la crisis ni tampoco de las medidas para superarla. Entre medias de la disputa han metido también al Banco de España. La portavoz del Grupo Popular, Soraya Sáenz de Santamaría, interpeló ayer a Salgado por las últimas declaraciones del gobernador, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, y ciertas previsiones no oficiales que añaden incertidumbre sobre el futuro económico. "Las previsiones ni son verdad ni son mentira, se pueden cumplir o no", sentenció la vicepresidenta, después de insistir en que este año habrá un crecimiento negativo de 0,3%, "compatible con crecimientos todos los trimestres".
Documento genérico y nocturno
El documento que a partir de ahora servirá de base para la negociación entre el Gobierno y los partidos les fue remitido ayer a éstos a las nueve de la noche, acompañado de una carta en la que se les informa que el lunes llegará el momento de escribir las "propuestas concretas". Consta de cuatro apartados muy genéricos: medidas para mejorar la competitividad, política industrial para impulsar la renovación del modelo productivo, plan de consolidación fiscal para asegurar la reducción del déficit público y sistema financiero. Dentro de este último se prevé hablar de la estabilidad, la morosidad y el acceso al crédito. Buena parte de estas iniciativas están o se prevé que estén en trámite parlamentario.El PP expresó su "extrañeza y perplejidad" por la tardanza del Gobierno en remitir este documento tan genérico a los partidos, pues no lo recibieron hasta las nueve de la noche.El PP difundió un comunicado a media tarde en el que consideró "indispensable" contar con dicho documento "con un plazo de tiempo suficiente para su estudio" y para fijar una posición respecto al mismo, así como para designar a sus representantes en la comisión negociadora. "Es insólito", asegura el comunicado que, una semana después del anuncio de Zapatero "y a falta de unas horas para la primera reunión", el ejecutivo todavía no haya remitido sus propuestas, lo que prueba la inconsistencia del Gobierno".
