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A fondo

Pactos y austeridad en la llegada de Rato a Caja Madrid

Miguel Moreno Mendieta

Cuando Rodrigo Rato se hizo cargo de la cartera de Economía en 1996 tenía dos importantes preocupaciones sobre la mesa: la necesidad de aplicar una estricta política de austeridad (se propuso ahorrar 180.000 millones de pesetas en los presupuestos de ese año, más de 1.000 millones de euros), y la obligación de llegar a acuerdos con CiU, su socio de Gobierno. 14 años después, el control de gastos y la necesidad de pactar también marcarán los primeros meses de Rato como presidente de Caja Madrid.

El ex director gerente del FMI internacional será elegido hoy máximo directivo de la segunda caja de ahorros española. Rato tomará las riendas en un momento en que la entidad atraviesa las mayores dificultades de sus últimos 15 años de historia.

Su predecesor, Miguel Blesa, deja el cargo con una caída del beneficio atribuido del 68% y con el augurio de que 2010 será un ejercicio aún más difícil. El negocio bancario seguirá adormecido, la inercia de 2009 en los tipos de interés perderá su efecto, y la morosidad "seguirá echando porquería en la cuenta de resultados", según explicó gráficamente el propio Blesa.

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En este entorno, la recuperación de fallidos y el control de gastos se convertirán en la mayor obsesión de Rato cuando aterrice en su nuevo trabajo.

Será en el ámbito de la gobernanza de Caja Madrid y en la búsqueda de pactos de fusión donde el ex ministro de Economía deberá hacer valer sus dotes de negociador.

En el primer aspecto, su desembarco en la entidad financiera estuvo precedido de una contienda entre las familias del PP madrileño, así como entre el Gobierno central y el autonómico. El pacto de estabilidad alcanzado en junio de 2009 calmó los ánimos y permitió que saliera adelante la propuesta de sustituir a Blesa por Rato, pero está por ver cuánto dura la tregua.

"Confiamos en que se dedique en cuerpo y alma a gestionar la caja, y tememos que la utilice para hacer oposición al Ejecutivo", apuntan fuentes socialistas.

Para garantizar su estabilidad, Rato se ha asegurado en la composición de la lista un reparto que le da capacidad de acción. Por el momento, el PP contará con 11 de los 22 miembros del consejo: 4 ratistas (José Manuel Fernández Norniella, Estanislao Rodríguez Ponga, Ricardo Romero de Tejada y el propio Rato); 2 gallardonistas (Jesús Pedroche y Mercedes de la Merced); 2 empresarios (Arturo Fernández y Javier López Madrid) y dos aguirristas (Mercedes Rojo y Carmen Cafranga).

En cuanto a la participación de la entidad financiera en la consolidación del sector de cajas, Blesa explicó que durante los últimos meses estudió todas las combinaciones posibles de fusión pero que, teniendo en cuenta la interinidad de su cargo, prefirió dejar este cometido al nuevo presidente.

Así pues, Rato se encontrará en su despacho de Plaza de Castilla con una buena pila de proyectos de integración encima de la mesa. Algunos, como la posibilidad de fusionar la caja madrileña con Caixa Galicia y Caja Mediterráneo, muy del gusto del supervisor bancario.

Ahora bien, para sacar adelante alguna alternativa de calado, Rato deberá lidiar con las susceptibilidades autonómicas del PP en diversos feudos, como Galicia o Valencia.

"Políticamente, tiene una autoridad extraordinaria, que hará valer en los procesos de fusión", apunta un veterano diputado del Partido Popular, quien también asegura que su proximidad le hará mantener "en poco tiempo" buenas relaciones con los directivos del sector.

En esta materia, el gran problema será la urgencia. Hace tan sólo dos días, el gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, recordaba en Vigo que "el tiempo es oro" y urgía a los responsables políticos y a los gestores de las entidades a no dilatar el proceso de consolidación del sector.

De acuerdo con el calendario establecido por el Gobierno y el regulador, la mayoría de las operaciones deberían concretarse durante el primer semestre de 2010. Con estos plazos, la capacidad de maniobra de Rato quedaría limitada. No obstante, todos los analistas apuntan a que más adelante habrá una nueva oleada de fusiones.

Internacionalización

Otro de los ámbitos en el que Rodrigo Rato podrá hacer valer su experiencia es en la internacionalización de la caja. En los 13 años de presidencia de Blesa, la firma ha ido abriendo oficinas en el extranjero y tomando participaciones en pequeños bancos de Florida (EE UU), México, Marruecos o Rumanía. El desafío, una vez atravesada esta fase de turbulencias, es lograr mayor implantación fuera de España.

"Rato tiene un gran reconocimiento mundial, y una agenda de contactos alucinante, que le permite acceder a primeros ministros. Esto le va a ayudar mucho en la internacionalización de la caja", apunta el diputado popular. Apaciguadas las aguas, y con una caja con mayor dimensión tras las fusiones, pocos dudan de que Rato tratará de dar el salto, como ha hecho La Caixa.

La gran duda que planea sobre la llegada del ex ministro a Caja Madrid es si será o no un paso intermedio para volver a la arena política. Mientras que sus detractores lo ven más que probable, sus defensores lo ven imposible: su nuevo perfil financiero es una vía de no retorno.

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Sobre la firma

Miguel Moreno Mendieta
(Madrid, 1979) es licenciado en Derecho y Economía por la Universidad Carlos III. También cursó el Máster de Periodismo de El País. Se incorporó al periódico Cinco Días en 2006, tras pasar por la web de El País y Mi cartera de Inversión. Escribe sobre el sector financiero, con un foco especial en fondos de inversión y los seguros.

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