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Desacuerdo

GM se queda con Opel y el Gobierno alemán lo ve "inaceptable"

El ministro alemán de Economía, el liberal Rainer Brüderle, calificó hoy de "inaceptable" la decisión de General Motors (GM) de suspender la venta del fabricante europeo de automóviles Opel al grupo austro-canadiense Magna. Por su parte, el comité de empresa de Opel en Alemania ha convocado huelgas para el jueves, que comenzarán en Alemania y se extenderán por toda Europa como protesta.

Una fábrica de Opel en Ruesselsheim (Alemania)
Una fábrica de Opel en Ruesselsheim (Alemania)Reuters

El Gobierno alemán lamentó hoy la decisión de General Motors (GM) de suspender la venta de la marca Opel al grupo austríaco-canadiense Magna y exigió la devolución de los 1.500 millones de euros de ayudas puente aportados para apoyar la frustrada operación. "Con esa decisión se ha interrumpido un proceso de inversiones que se había desarrollado a lo largo de más de seis meses por todas las partes implicadas, también GM", dijo Ulrich Wilhelm, portavoz oficial del Gobierno germano esta madrugada.

Por su parte, el ministro alemán de Economía, el liberal Rainer Brüderle, calificó hoy de "inaceptable" la decisión de GM. "El comportamiento de General Motors es totalmente inaceptable", tanto ante los trabajadores como frente a Alemania, dijo Brüderle visiblemente irritado cuando se disponía a asistir al consejo de ministros bajo la presidencia de la canciller, Angela Merkel.

Opel consideró hoy en un comunicado que GM quiere mantenerla como parte estratégica de la empresa. No obstante, el comité de empresa de Opel en Alemania ha convocado huelgas para el jueves, que comenzarán en Alemania y se extenderán por toda Europa como protesta.

Por su parte, la Comisión Europea ha advertido a GM que verificará la compatibilidad de cualquier ayuda que los estados miembros de la UE pudieran conceder y ha pedido a la empresa que el nuevo plan de reestructuración para Opel sea "sólido" y garantice "empleos duraderos".

Decisión en firme

Lo que fue una posibilidad remota en agosto se ha convertido en decisión firme. Sorprendente pero firme. El consejo de General Motors emitió una nota ayer tras una reunión en la que examinaba un solo punto: la venta de Opel, y la decision fue dar marcha atrás. La automovilística de Detroit mantendrá a la filial europea después de haber preaprobado su venta en septiembre. El consejero delegado, Fritz Henderson, dijo que se presentará en breve un plan para la reestructuración de esta filial.

El consejo de GM, una empresa que en un 61% está en manos del Estado americano, ha estado debatiendo el futuro de Opel durante meses. Los mismos que el Gobierno alemán ha estado negociando con Magna y sus socios rusos, el fabricante de coches GAZ y el banco público Sberbank. Por coincidencias de las agendas, la decisión de GM se hizo pública el mismo día en el que Barack Obama se reunía con la canciller Ángela Merkel en Washington.

Henderson, también ha estado negociando con Magna durante meses pero ayer el consejo, presidido por el ex presidente de AT&T, Ed Whitacre, impuso el criterio de que había que mantener la empresa europea. Whitacre, y la mayoría del consejo, han sido elegidos por el Gobienro para sus puestos, no obstante, ayer desde el Tesoro se dejó claro que Washington se había mantenido al margen de todas las deliberaciones.

La decisión es una prueba de que GM se aparta del modelo de dirección de la empresa de los últimos años. El hecho es que el cambio de opinión sobre la decisión de venta ha sido tomada por un consejo totalmente distinto al que llevó la compañía a las puertas del concurso de acreedores y la intervención del Gobierno.

Además, llega en un momento en el que los mercados europeos y el propio estadounidense empiezan a mostrar signos de vida después de meses de fuertes caídas de matriculaciones y hay optimismo con respecto al futuro. "Dada una mejora del clima para las ventas para GM en los pasados meses y la importancia de Opel/Vauhall para la estrategia global de la empresa el consejo ha decidido mantener Opel", se explicaba en las dos primeras líneas de la nota hecha pública ayer.

El consejo empezó a valorar como posibilidad mantener Opel en agosto. Algunos de los consejeros pensaban entonces que la empresa no podría ser un verdadero competidor global empequeñeciendo y desapareciendo de Europa, donde la única marca que mantendría sería Chevrolet. Por otro lado, existía una cierta preocupación por ceder el uso de la tecnología de Opel a un competidor ruso cuando esta es para GM un activo preciado, sobre todo ahora que la empresa se debe concentrar en fabricar coches más eficientes en EE UU.

Para la empresa de Detroit, la apuesta por Opel puede ser arriesgada y es posible que necesite más dinero público para sacar la filial adelante, además de una nueva renegociación con los sindicatos europeos puesto que las concesiones hechas hasta ahora estaban condicionadas a la venta a Magna. Ayer, el consejo de la automovilística señaló que habrá unos costes de reestructuración de 3.000 millones de euros. Es previsible que pida ayuda a los Gobiernos europeos donde Opel tiene operaciones. Es un riesgo, pero también una oportunidad y esa es la apuesta del nuevo consejo.

El plan de venta de Magna no solo no gustaba en la nueva dirección de Detroit sino que también había suscitado las suspicacias de la UE. Este pacto pasaba por un compromiso alemán de ayudar con 4.500 millones de euros. Ahora, una Alemania contrariada con la decisión de GM tardó apenas horas en recordar que la empresa tiene hasta finales de este mes para devolver un crédito puente hecho por Alemania por valor de 1.500 millones de dólares. Roland Koch, el líder del estado de Hesse, dijo estar "enfadado porque meses de esfuerzo para encontrar una beuna solución para Opel se han venido abajo por GM". Koch, aliado de Merkel dijo que le preocupaba el futuro de la automovilística y de sus trabajadores.

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