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Una firma muy importante

Esta tarde, si ningún contratiempo de última hora lo impide, tendrá lugar la ceremonia de una firma muy importante para Europa y sus aledaños. Será en Zurich, no en Varsovia.

Turquía y Armenia, enemigos irreconciliables desde 1915, quieren poner fin en la ciudad suiza, bajo importanes medidas de seguridad, a casi un siglo de hostilidades. Por primera vez desde la mantaza de armenios durante la fase agónica del Imperio Otomano, los dos países aspiran a normalizar sus relaciones. En 1991, según recuerda la agencia France Press, Turquía reconoció a Armenia cuando se independizó de la URSS, pero no estableció relaciones diplomáticas. Dos años después, las fronteras entre los dos países se cerraron como consecuencia del conflicto en Nagorno-Karabaj entre Armenia y Azerbayán (apoyada por Ankara)

Para la Unión Europea, la "paz" entre Turquía y Armenia puede ayudar a estabilizar una zona como la del Caucaso en la que se juegan buena parte de sus intereses geoestratégicos y energéticos. Y alimenta las esperanzas de que el gobierno de Erdogan resuelva también el conflicto que divide la isla de Chipre.

El acuerdo, sin duda, no acabará de golpe con las serias discrepancias entre turcos y armenios sobre los trágicos acontecimientos del pasado. Pero ayudará a pasar, no a olvidar, las páginas del siglo XX que impiden a Ankara y Yereván relacionarse con normalidad en el siglo XXI.

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A la firma de los dos protocolos, negociados con la mediación del Gobierno suizo, asisten, entre otras personas, el Alto Representante de la UE, Javier Solana, la secretaria de Estado de EE UU, Hillary Clinton, y el ministro ruso de Exteriores, Serguei Lavrov. El presidente de EE UU, Barack Obama, llamó el martes a su homólogo armenio para agradecerle su valentía. Por cierto, que Obama ha sido uno de los impulsores de una paz que, si llega a cuajar, podría suponer el Nobel para el presidente turco, Abdulla Gul, y el armenio, Serge Sarkisian.

P.D.: hoy también tendrá lugar en Varsovia la firma del Tratado de Lisboa por parte del presidente polaco, Lech Kaczynski. Si la ceremonia de Zurich merece el calificativo de histórica para muchos de los asistentes, la de Varsovia no es más que el final de una mascarada protagonizada por un presidente desleal con sus socios comunitarios.

Foto: partido de fútbol en Yereván entre las selecciones de Armenia y Turquía, en septiembre 2008 (copyright de Photolur). Mapa: de Swissinfo.ch

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