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Actividad económica

EE UU, la mayor economía del mundo, empieza a ver el fin de la crisis

El paro, del 9,7%, se prevé persistente, lo que empaña y hace peligrar un incipiente avance

Barack Obama
Barack ObamaEFE

Después de 18 meses en el túnel de la que ya se ha dado en llamar la Gran Recesión, EE UU empieza a ver algo de claridad al mirar al frente. Es más, algunos analistas como Nigel Gault, de IHS Global Insight creen que el final de este periodo, en el que se entró oficialmente en diciembre de 2007, puede que se date en junio.

Eso lo decide la NBER, la oficina nacional de análisis económico, pero suele hacerlo con varios meses de precavido retraso. Mientras llega ese momento, los economistas ya están percibiendo que se ha pasado del final de la caída libre a una cierta estabilización y parte de la actividad económica vuelve a crecer. Ahora que los primeros tramos del paquete de estímulo de 787.000 millones de dólares diseñado por la Administración de Barack Obama echan a rodar, la política monetaria se mantiene al más elevado nivel de estímulo posible y la banca empieza -también tras una importante ayuda del Estado-, a salir del agujero, las señales positivas empiezan a llegar tímidamente.

La que mejor se ha recibido ha sido la mejora en el índice de ISM industrial conocida el día 1 de septiembre y la revisión de las cifras del PIB del segundo trimestre que mostraban como la economía había echado el freno al deterioro.

Con una tasa de paro del 9,7% que se prevé que aumente, EE UU va a registrar un bajo consumo, algo que se espera poder compensar con la demanda externa

En el primer caso, el índice del Instituto de Gestión de la Oferta manufacturero (ISM) correspondiente a agosto cruzó la línea divisoria de los 50 puntos que separa la expansión de la contracción y por primera vez desde hace 19 meses se instaló en territorio positivo. El índice pasó de 48,9 hasta 52,9 una mejora con la que ni siquiera soñaban unos analistas que vieron como se disparaban los pedidos nuevos. Adicionalmente, los pedidos a fábricas de bienes duraderos, subieron un 4,9% en julio, el mejor dato en dos años, y se revisaron al alza las cifras de junio y mayo.

El veredicto unánime es que el sector manufacturero, uno de los más golpeados por la crisis se está recuperando. En parte gracias al programa dotado con 3.000 millones de dólares "dinero por chatarra" con el que por menos de un mes se ha subsidiado la compra de un coche de bajo consumo a cambio de achatarrar el viejo.

El cambio de rumbo en la industria tiene su origen en algo que ya se anticipó en la segunda revisión del PIB del segundo trimestre: los inventarios están muy bajos, incluso demasiado. Recomponer esos inventarios va a dar un empuje a la economía en el tercer trimestre y los economistas dan por sentado que es en este periodo en el que la gráfica se dará la vuelta.

Vuelve el crecimiento

De la contracción de los últimos cuatro trimestres se espera que se pase a un crecimiento del 2,5% y el 3% en los dos últimos de año respectivamente. Son previsiones de los analistas de UBS. Gault, de IHS, cree que en el actual trimestre el crecimiento puede llegar al 3,7%. El equipo de analistas de Dean Maki, en Barclays, apuesta por un crecimiento en el segundo semestre del 3,5% y del 3% en los primeros seis meses de 2010.

La vivienda, una de las zona cero de la actual crisis, también está dando señales de una cierta mejora. Los precios siguen bajando, un 15,4% en junio según el índice S&P/Case-Shiller, pero por segundo mes consecutivo la pérdida de valor inmobiliario ha sido menor que en los 30 días anteriores. Gracias a la rebaja acumulada de precios y los bajos tipos hipotecarios la caída ventas toca fondo.

En julio las ventas pendientes de casas crecieron un 3,3% con respecto al mes anterior y no solo se suma ya medio año en positivo sino que anticipa que el mercado se va a seguir moviendo. De momento, ese mismo mes se vendieron un 9,6% más de casas nuevas, el mayor incremento desde julio de 2005 y el cuarto consecutivo en alza. En el mercado de segunda mano (responsable del 80% de las transacciones) agosto ha marcado el cuarto mes consecutivo de alza en las ventas. Eso si, los embargos no cesan y según Realtytrac en el primer semestre del año se iniciaron o ejecutaron 1.9 millones de ellos, un 9% más que en el semestre inmediatamente anterior.

Otras señales como el índice ISM de servicios está subiendo y preparando su paso por encima de la barrera de los 50 puntos y la confianza de los consumidores, medida por la Universidad de Michigan, ha sido revisada al alza en agosto hasta 65,7 puntos frente a los 63.2 estimados. Tras la reunión del mes pasado, las actas de la Reserva Federal transmiten un moderado optimismo por que la autoridad monetaria confía en que la espiral a la baja está llegando a su final y se crecerá moderadamente en el segundo semestre. Con todo, la Fed no está aún retirando los estímulos.

Eso si, EE UU, la locomotora del crecimiento mundial en las últimas décadas sigue débil y vulnerable y ya no solo por su inmenso déficit, el mayor en el periodo de posguerra, sino por el paro. El riesgo que más pesa es el desempleo que ya es del 9,7% (16,8% si se cuenta el infraempleo) y se espera que suba durante meses. El efecto sobre el motor de la economía, el consumo, es muy negativo.

Paro alto, consumo bajo

Pese a tener el mercado laboral más flexible del mundo las empresas siguen rebajando plantillas en vez de ampliarlas y el paro está en cotas no vistas desde 1983. A eso hay que sumar que el crecimiento de los ingresos salariales es nimio, el crédito sigue siendo inaccesible para muchos hogares y los rendimientos de los activos no sacan a los consumidores, de la difícil situación.

En el segundo trimestre el consumo cayó un 1% y se espera que en el actual solo suba un 0,9% (una vez descontadas las ventas de coches). Los ciudadanos han empezado a acercarse a los comercios aunque no gastan mucho y buscan descuentos. Desde Goldman Sachs, el economista Edward McKelvey, explicaba en una nota a inversores que los hogares muestran intención de aumentar sus tasas de ahorros justo cuando los ingresos no van a subir demasiado. No solo porque es lo que ocurre en el primer año de una expansión (si no hay estímulos fiscales), sino porque "los empresarios no tienen que ofrecer mucho para volver a ampliar sus plantillas cuando el paro es tan alto". Nadie espera una recuperación robusta del consumo.

El letargo del consumidor puede provocar una recaída y que la curva de la recuperación tenga forma de W (con un segundo valle menos pronunciado, no una recesión, según Gault) si una vez repuestos los inventarios falta demanda.

Así pues, EE UU se levanta de la crisis con la mirada puesta intensamente en el exterior, en una mejora de las economías de Asia y Europa para poder mantener los niveles de actividad. De hecho, y dada su población y potencial, se presta mucha atención a China. Se confía en que los consumidores de este país, igual que los alemanes, tomen el testigo del exhausto estadounidense.

La economía de EE UU puede volver a tirar de la global pero en esta ocasión va a necesitar que el resto de los países muestren más dinamismo que antaño, haya más sintonía, y puedan ayudarle ahora que se prevé que su dinamo falle durante algunos años.

Los emergentes lideran el repunte global pese al lastre de Rusia

Si, al margen de su virulencia, algo ha caracterizado la crisis económica y financiera de los últimos dos años, ha sido la resistencia de los países emergentes. En anteriores ocasiones, se habían situado en el epicentro de las dificultades, o habían sido arrastradas por la caída de las grandes economías. Esta vez, en su mayoría, han resistido, y también se han situado en la cabeza de la recuperación global. El grupo más representativo de entre los países emergentes es el de los BRIC (Brasil, China, India y Rusia). En la línea de salida de la crisis, las potencias poblacionales asiáticas han vuelto a mostrar músculo, dejando a Brasil en un siguiente plano y a Rusia en una situación preocupante.Como viene siendo habitual en los últimos lustros, el liderazgo indiscutible del crecimiento global corresponde a China, con un envidiable aumento interanual del PIB 7,9% en el segundo trimestre. Los ingentes planes de apoyo públicos demuestran haber dado resultado, hasta el punto de compensar la debilidad de los mercados exteriores. Aunque en un nivel algo más modesto, también India ha dejado atrás las convulsiones con un crecimiento del 6,1% entre abril y junio. En cuanto a Brasil, todavía no ha recuperado valores positivos, si bien es probable que lo haga en el periodo en curso.Pero, sin duda, la situación más preocupante es la de Rusia, con un desplome del 10,9% entre abril y junio. Jean-Michel Six, economista jefe para Europa de Standard & Poor's, sostiene que, a partir del verano pasado, Rusia se empezó a desmarcar de los otros BRIC al sufrir de primera mano el brusco descenso en la cotización de los precios del petróleo (en pocos meses, la del barril de Brent se dividió por tres). "El aterrizaje duro de Rusia revela las grandes debilidades de su anterior modelo de crecimiento económico, basado en las exportaciones de materias primas y en las entradas masivas de capitales extranjeros", explica Six. La historia es bien conocida: la sequía del crédito paralizó las entradas de fondos, y el valor de las ventas de crudo y gas se desplomó. Desde la agencia de calificación pronostican una caída del PIB del 8% este año, en tanto que el propio gobierno ruso admite que el déficit rondará el 8,5% del PIB.

El G-20 exige más capital y menos primas a la banca

Los responsables económicos del G-20 (además de los representantes de España y Holanda) anunciaron el sábado en Londres que establecerán controles sobre los emolumentos de los banqueros, y exigirán al sector ligar más estrechamente el capital al riesgo tomado. Además, coinciden en que hay que mantener los planes de estímulo, que suman casi 4 billones, para salir de la crisis. La concreción de estas medidas se tomará en la cumbre de Pittsburgh del 25 de septiembre.

Japón afronta la situación más difícil con cambio político

La segunda economía del planeta afronta los primeros síntomas de recuperación global en medio del mayor cambio político en medio siglo. La histórica victoria del Partido Democrático (PDJ), tras casi medio siglo de hegemonía liberal, coincide con un panorama económico con caídas desoladoras: exportaciones (36,5%), viviendas iniciadas (32,1%), PIB (5,9%) o precios (2,2%). Incluso la tasa de paro del 5,7% resulta inaudita. El signo más positivo de los últimos meses lo aporta la producción industrial, con un incremento del 1,9%. El de julio es el quinto incremento consecutivo de la actividad manufacturera.El repunte industrial, unido a la esperada mejoría exportadora a medida que se confirme la recuperación en las grandes economías del planeta, ha llevado a la OCDE a mejorar sensiblemente su previsión para Japón: el recorte del producto interior bruto se situaría en el 5,6%, frente al pronóstico del 6,8% realizado a principios del verano. Con todo, la caída de la actividad japonesa será la más pronunciada entre las grandes potencias económicas.El nuevo gobierno promete gastar 127.000 millones de euros en incentivos fiscales, entre los que se incluyen 2.300 euros de renta anual por cada hijo en un intento de estimular la ínfima tasa de natalidad. A corto plazo, estos apoyos tensarán aún más las castigadas cuentas públicas de la potencia asiática, cuya deuda pública ronda ya el doble del tamaño del PIB.

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