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Telecomunicaciones

António Viana y Rosalía Portela se disputan la dirección ejecutiva de Ono

Ono está apostando fuerte en su nueva etapa con José María Castellano al frente de la compañía. El cargo de consejero delegado está vacante y la operadora sabe que ahí está la clave de su transformación. Rosalía Portela ha llegado al final en el proceso de selección, pero compite con un peso pesado del sector, António Viana.

Ono ganó 50 millones en 2009 frente a los 26 millones de pérdidas de 2008
Ono ganó 50 millones en 2009 frente a los 26 millones de pérdidas de 2008

Dos ex de Telefónica compiten frente a frente para convertirse en el nuevo consejero delegado de Ono y liderar el proceso de reestructuración que tiene que atravesar la empresa para dejar atrás los problemas de los últimos años y convertirse en una verdadera alternativa global al ex monopolio. Y todo ello, haciendo rentable por primera vez para los accionistas la inversión que depositaron hace tiempo en Ono y que han tenido que ir renovado, así que el cometido no es menor.

Como adelantó CincoDías el pasado 26 de febrero, Rosalía Portela es una de las candidatas al puesto, al que puede aportar toda la experiencia que atesoró como directora del negocio residencial de Telefónica España, cargo que abandonó hace algo más de un año. Pero enfrente tiene al otro candidato al nombramiento. Se trata de António Viana, según aseguran fuentes conocedoras de la situación, y su currículo habla por sí solo. Ha sido presidente de Telefónica Latinoamérica y también de Telefónica Móviles cuando esta compañía cotizaba en Bolsa y agrupaba todas las filiales celulares del ex monopolio en el mundo. En su última época en la operadora antes de dimitir, Viana era el máximo responsable de Telefónica España, donde gestionaba los negocios nacionales de telefonía fija, banda ancha y móvil.

Tanto Portela como Viana han salido de Telefónica hace un corto periodo de tiempo -poco más de un año-, pero ninguno tendrá problemas de incompatibilidad para el momento en que tengan que incorporarse a Ono.

Hasta hace muy pocas fechas había un tercer candidato en liza. Se trataba de una persona con un amplio conocimiento en el negocio de las telecomunicaciones por cable, no en vano ha sido gestor de una operadora muy similar a Ono en otro país, pero diversas razones han llevado a la compañía española a desestimar su participación.

La decisión está ahora en manos del consejo de Ono, que verá el tema en su próxima reunión, prevista para el miércoles. Si hay consenso, la resolución será rápida, pero teniendo en cuenta las tradicionales disensiones entre los socios no hay nada asegurado. Ono ha rehusado comentar esta información.

Los dos candidatos cuentan con apoyos en el máximo órgano de administración. Viana sería el ejecutivo perfecto por su conocimiento del sector en España, su visión estratégica, su perfil financiero -debido a la situación económica de Ono- e, incluso, su bagaje en una empresa cotizada, porque no hay que olvidar que la operadora de cable ha intentado salir a Bolsa y no descarta volver a hacerlo en el futuro.

Rosalía Portela también es una gran conocedora del sector en España, con vocación de seguir muy de cerca el día a día y con experiencia comercial.

Pese a que ambos disponen de una experiencia a prueba de dudas en telecomunicaciones, sus perfiles ejecutivos son muy distintos, de ahí que la elección llegue muy empatada al consejo.

Con el nombramiento de consejero delegado, Ono pondrá fin a unos meses de renovación, tras el acuerdo del consejo para la salida de la presidencia de Eugenio Galdón. Primero se nombró a su sucesor, José María Castellano, y ahora es necesario un ejecutivo fuerte para cubrir la vacante de Richard Alden.

Un impulso para mejorar la imagen y aumentar la capacidad comercial

Sea quien sea el nuevo consejero delegado de Ono, la tarea que tiene por delante no es sencilla. La mayor parte del despliegue de la red, las adquisiciones y las inversiones fuertes se han hecho ya, pero ahora llega el momento de rentabilizarlas, algo que los accionistas de Ono, sobre todo los norteamericanos, piden que se cumpla pronto.La paciencia está cerca de agotarse entre alguno de los socios, que quieren menos promesas y más resultados. Como anticipo, Ono ha conseguido cumplir en 2008 sus compromisos de resultados y ahora quieren el despegue comercial.Uno de los principales problemas de Ono es que parece haber llegado a un techo invisible. Tiene 1,85 millones de clientes, una cifra considerable para ser una empresa de cable, pero es que son los mismos que un año antes o incluso menos. Eso contrasta con el potencial que le da su red, que llega hasta casi siete millones de hogares. Para convertirlos en clientes no hace falta nada, el cable les llega a la puerta así que no habría que invertir un euro adicional, pero un problema de imagen y de capacidad comercial parece impedir el crecimiento.El equipo que se forme entre el nuevo presidente, Castellano, y el consejero delegado tendrá que derribar esta barrera, que da acceso a más de cinco millones de clientes potenciales. Eso, junto con la refinanciación de la deuda, son las principales tareas.

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