Interlocutores sociales sin productividad

El documento explicativo de las Medidas para el Mantenimiento del Empleo, la Protección de las Personas Desempleadas y la Mejora de la Liquidez de las Empresas tiene un trasfondo a favor del paro que merece una seria reflexión.

Presentado por el Gobierno el lunes 2 de marzo para aprobar en el Consejo de Ministros del viernes 6 de marzo, el documento explicativo es claro. “Ante la actual situación”, explica,” el Gobierno adquiere el compromiso de incrementar las dotaciones presupuestarias en la cuantía necesaria para garantizar el derecho de los trabajadores desempleados al cobro de las prestaciones por desempleo”. Es decir, más dinero para el paro.

Es loable el objetivo reiteradamente manifestado por el presidente del Gobierno de que ningún trabajador vaya a quedar abandonado. La prestación puede ser una forma de entender esto, pero si es la prioridad, José Luis Rodríguez Zapatero está equivocado. La prioridad no es el paro, es el empleo.

Y ese es el problema. Véase sino el curioso orden en que se explica el destino del conjunto de medidas “analizado y valorado” por “el Gobierno y los Interlocutores Sociales (sic)”. Primera medida: “Proporcionar una cobertura adecuada a los trabajadores desempleados”. Segunda medida: “Frenar la destrucción de empleo, favoreciendo el mantenimiento de los empleos actuales” (es decir, y asombrosamente, sin planteamiento algunos sobre la sostenibilidad de ese empleo). Y, sólo en tercer lugar: “Impulsar el proceso de generación de nuevos puestos de trabajo”.

Este orden es algo más que anecdótico. Lleva implícito que lo primero es sostener el paro, que lo segundo es mantener el empleo existente aunque haya empleos que vayan contra la lógica de las cosas, y sólo en tercer lugar se habla de lo verdaderamente necesario: empleo nuevo y, se entiende, sostenible.

Los citados “Interlocutores Sociales (sic)” han convenido que “estas actuaciones tendrán un carácter urgente y extraordinario para el año 2009”. Y eso lo dicen después de pasados siete meses desde su rimbombante “Declaración para el Impulso de la Economía, el Empleo, la Competitividad y el Progreso Social”, suscrita el 29 de julio de 2008, ya en plena crisis, con la que se inició la actual fase de lo que llaman “Diálogo Social”.

Aunque sean mejorables, el Gobierno por lo menos ha puesto en marcha las citadas medidas. Algo es algo. Pero a los “Interlocutores Sociales”, esos que se sientan en la mesa del Diálogo Social hace siete meses, les ha faltado tiempo para poner cara de incomodo.

Y así no vamos a ningún sitio. O los “Interlocutores Sociales” empiezan a meter productividad a su trabajo o habrá que ignorarlos y legislar. Porque los datos de paro no son una broma.

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