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El desplome de los mercados

La Bolsa, víctima de su propia liquidez

Los mercados de valores han sido una de las pocas vías para el desapalancamiento global. El Ibex pierde un 40% en 2008.

Un operador indio en la Bolsa de Mumbai
Un operador indio en la Bolsa de MumbaiReuters

No sé si tengo una colección de adjetivos suficiente para describir lo que he hemos vivido', afirma Joaquín Casasús, socio de Abante Asesores. 'Ha sido el peor año bursátil de la historia, peleando con 1931 y 1932. Hasta 1929 fue mejor que 2008', añade.

Pocos inversores, por no decir ni uno, podían esperar que el ejercicio que termina iba a ser tan prolijo en malas noticias, muchas de ellas inimaginables. Los mercados de valores han acusado este escenario tan negativo, especialmente desde el punto de vista financiero, y han caído literalmente a plomo.

La Bolsa española cerrará la semana que viene el peor ejercicio de su historia. El Ibex 35 acumula en 2008, a falta de dos sesiones para el cierre del año, un retroceso del 40,27% que le ha llevado desde los 15.182,3 de principios de año hasta los 9.068,5 puntos. El descenso no es exclusivo de España. El índice MSCI mundial se ha dejado un 44,11% de su valor, o lo que es lo mismo, las Bolsas mundiales han perdido 30 billones de dólares (unos 21 billones de euros) de capitalización, una cifra superior al PIB de EE UU y Europa juntos, según los datos manejados por la Bolsa española. La lista de descalabros es larga: el S&P 500 estadounidense pierde un 40,56%, El Dow Jones, un 35,8%, el Dax de Fráncfort, un 42,62%, el Footsie londinense, un 34,7% y así sucesivamente.

Los desplomes han sido extraordinarios; no se recordaba un ejercicio tan horroroso para las Bolsas desde el Crac de 1929 y, sobre todo, desde 1930 y 1931, cuando el Dow Jones perdió un 33% y un 52%, respectivamente.

Pero quizá más importante que las caídas en sí es el hecho de que el mercado se ha roto. Los paradigmas que deben regir las Bolsas no han funcionado y las valoraciones y los análisis más fundamentados han pasado a un segundo plano. Las acciones hoy por hoy están baratas, pero no es suficiente para seducir a los inversores, que han salido en tromba de los mercados de valores.

'La Bolsa ha sido la pagana de todo el proceso de desapalancamiento', explica Víctor Alvargonzález, director general de Profim. En gran medida, los mercados de valores han sido víctimas de su propia liquidez. Ha sido el activo a través del cual los inversores, las empresas y las entidades financieras han realizado la purga del sobreendeudamiento de los últimos años. Precisamente por ser el activo más líquido en un momento en el que la sequía de transacciones ha sido total en otros mercados, principalmente el de crédito, el inmobiliario y el de derivados OTC (no regulados). La incapacidad para obtener capital por otras vías y la acuciante necesidad de éste han provocado la venta masiva de títulos bursátiles y el consecuente desplome de las acciones. Las Bolsas y los bancos centrales, en definitiva, han sido los únicos garantes de liquidez, ante un mercado interbancario totalmente seco. A lo que hay que añadir el empeoramiento de las perspectivas económicas y el papel de la Bolsa como indicador adelantado de la actividad, que se ha hecho eco de las expectativas de recesión, hoy confirmadas.

Víctimas de lo sucedido hay muchas -y también algunos villanos-. El sector bancario se ha llevado la peor parte en términos bursátiles, con una pérdida de valor en Europa del 65,75% en estos 12 meses, según el índice Stoxx sectorial. No es para menos, habida cuenta de la desconfianza que han desatado quiebras como la de Lehman Brothers o rescates como los de Citi y Fortis en Estados Unidos y Europa respectivamente. La gran banca de inversión, como negocio independiente, ha desaparecido del mapa para volver al redil de la banca comercial.

Las entidades españolas no han sido ajenas a la tensión financiera, especialmente las más domésticas, que no sólo han acusado el parón del sistema interbancario, sino que batallan además con la crisis inmobiliaria local. Las pérdidas en Bolsa superan el 40% en la mayoría de los casos. Pero incluso entidades como Bankinter, Santander o Pastor han perdido más del 50%.

Los otros sectores damnificados, el inmobiliario y el constructor, son el ejemplo claro del fin de un ciclo y del pinchazo de la burbuja. Afirma, la antigua Astroc, cerrará el año con una caída cercana al 90%, similar a la de Inmobiliaria Colonial. Dentro del Ibex, son las constructoras, Sacyr y Acciona, las que peor saldo reflejan, con descensos del 73,2% y del 60,8%, respectivamente.

Si algo ha caracterizado a los mercados de valores en el último año ha sido el riesgo; riesgo medido como volatilidad, que se ha disparado y ha provocado oscilaciones imposibles de las cotizaciones. El índice Vix, el indicador de volatilidad del S&P 500, ha tocado este año máximos históricos sobre los 80 puntos. Las Bolsas han experimentado sesiones de infarto, con subidas y bajadas cercanas al 10% en un solo día, algo inconcebible hace solo unos meses.

El desplome de las Bolsas ha obligado a los supervisores a tomar medidas insólitas, mientras se ponía en el ojo del huracán a los hedge funds o fondos especulativos, acusados de ahondar la caída de las acciones a través de apuestas bajistas. Entre los meses de julio y septiembre el mercado se convirtió en un hervidero de rumores sobre posibles quiebras bancarias, lo que ahondó la caída en Bolsa de muchas entidades y obligó a los Gobiernos a salir en su ayuda.

Tal ha sido la tensión, que en septiembre la SEC, el regulador de los mercados estadounidenses, prohibió la venta a corto de acciones sobre 799 compañías, principalmente entidades financieras. Medidas similares se tomaron en otros países europeos, incluida España, donde la CNMV obligó a comunicar las posiciones bajistas sobre una veintena de entidades españolas cotizadas.

'Hasta el verano el proceso de desapalancamiento de la economía se estaba produciendo de manera gradual, pero la quiebra de Lehman Brothers provoca un acelerón y la espiral empieza a tener efectos colaterales', comenta Casasús. 'Narrar la crisis a los cuatro vientos ha hecho que la actividad se haya paralizado'.

Los mercados de valores , como termómetro de la marcha de la economía, han sido víctimas y verdugos al mismo tiempo. Porque en el desplome extraordinario de los índices, muchas compañías y entidades financieras se han quedado en el camino.

El valor del año

Unión Fenosa es el único valor del Ibex 35 que se encamina hacia un cierre positivo dentro del Ibex. Acumula un subida del 14,44% desde el mes de enero debido a la opa que Gas Natural lanzó sobre la compañía eléctrica en julio a 18,3 euros.

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