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Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Días vitales para el automóvil

El sector del automóvil, uno de los más sensibles a las fluctuaciones de los ciclos, está padeciendo con virulencia la desaceleración económica mundial. El mercado español es uno de los más afectados, en parte porque partía de cifras récord tras 14 años de vacas gordas. Pero el dato de ventas de noviembre arroja un saldo extremadamente pesimista: se vendieron la mitad de vehículos que en igual mes del año anterior, el segundo mayor descenso mensual de la historia del sector. Además, el desplome acumulado del año es del 26%, el peor de la historia del automóvil en España.

Los Estados han acudido en ayuda del sector. En EE UU, los tres gigantes -GM, Ford y Chrysler- están al borde del abismo. Tanto, que el presidente electo, Barack Obama, ha pedido al actual Gobierno Bush que movilice un multimillonario plan de ayudas, para lo que hoy mismo deben presentar sus planes de viabilidad. Europa también contempla ayudas para el sector, que previsiblemente recibirán el visto bueno en la cumbre Europea del 11 y 12 de diciembre.

En España, el Gobierno ha anunciado ayudas de 800 millones y un plan que se aprobará en enero ligado al de Bruselas. Pero la situación es crítica: entre expedientes de regulación y despidos ya hay en el aire más de 50.000 empleos. Es decir, las medidas son urgentes. Porque, a pesar de ser el octavo productor mundial de automóviles, España no tiene ningún centro de decisión. Eso hace más urgentes las soluciones y la coordinación entre las comunidades más afectadas.

El gran reto es determinar qué tipo de medidas serán eficaces. Bruselas no quiere aportaciones públicas directas y aboga por fórmulas financieras para contribuir a desarrollar modelos más ecológicos. Es una manera adecuada de enfocar la profunda transformación del sector a medio plazo. Por contra, EE UU previsiblemente no se limitará a la hora de apoyar a sus empresas. Pero lo urgente -la recuperación de las ventas y que el sector no se pare- no debe ocultar lo imprescindible: que el automóvil afronte un futuro sostenible.

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