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Batalla energética

Zapatero dice que velará por que la 'dirección' de Repsol sea española

Tan abultada se ha convertido la ceremonia de la confusión que los matices adquieren importancia. José Luis Rodríguez Zapatero dijo ayer en el Congreso que velará por que la 'dirección de Repsol' sea española y goce de 'autonomía e independencia'. Pero el presidente advirtió, al mismo tiempo, que no intervendrá en esta operación empresarial. El PP ve incompatibles ambas apuestas.

Una interpelación del líder del PP, Mariano Rajoy, sirvió ayer a Zapatero para mostrar su apoyo a Sacyr, a La Caixa y a Repsol, firmas 'que tienen una gran tradición de actividad económica y empresarial en España', y también para dejar claro que el Gobierno velará porque esta última compañía siga teniendo 'dirección española' y cuente con 'autonomía e independencia'. En lo que parecería acercarse a una cuadratura del círculo, el presidente añadió que todo esto lo va a hacer 'con respeto al libre mercado' y 'sin intervenir'. El PP consideró incompatibles ambas argumentaciones del presidente. Minutos después y en el mismo escenario, el ministro de Industria, Miguel Sebastián, le respondió al diputado del PP Álvaro Nadal que el Gobierno se ha quedado 'sin margen de maniobra' para actuar en esta operación debido al entusiasmo con el que los gobiernos de José María Aznar privatizaron empresas y cambiaron en ellas a más de dos centenares de consejeros. 'El Ministerio de Industria y este ministro harán lo que tengan que hacer', le espetó Sebastián al parlamentario.

Si la operación prospera, le dijo Rajoy a Zapatero, 'se habrá producido un enorme fraude en contra de los intereses de cientos de miles de pequeños accionistas de Repsol. No es una cadena hotelera, es una compañía con alto valor estratégico como para arreglar los problemas personales de algunos, incluidos los suyos, a través de una empresa dudosa', insistió.

Rajoy emplazó a Zapatero a usar la ley 'porque prevé procedimientos para evitar' operaciones de esta naturaleza. 'Si no lo hace, yo le acusaré de ser el responsable, en contra de los intereses generales de España, de un escándalo mayúsculo', le amenazó.

'El Ministerio de Industria hará lo que tenga que hacer', aseguró ayer Miguel Sebastián en el Congreso

Los matices con los que el Gobierno ha ido abordando el interés de Lukoil por entrar en Repsol han generado una visible desorientación en el Grupo Socialista, donde el ala izquierda, hace tiempo dormida, insiste en que sea el Estado, a través de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI), el que ayude a salvar Repsol del control ruso y, de paso, a evitar la suspensión de pagos de Sacyr.

Preguntas sin respuestas

El diputado popular Álvaro Nadal le formuló a Sebastián varias preguntas que quedaron sin respuesta. ¿Impedirá finalmente el Gobierno la compra por parte de Lukoil de una participación significativa o una toma de control en Repsol? ¿Esta operación supondría un riesgo para la seguridad de abastecimiento energético de nuestro país? ¿Cómo se casa esta operación con la fuerte participación que tiene Repsol en Gas Natural y la opa que esta empresa tiene pendiente sobre Unión Fenosa? ¿Conoce el Gobierno la situación financiera delicada de Lukoil?

De momento, el Grupo Socialista cuenta con el respaldo de Convergencia i Unió, en buena relación con La Caixa, y con el PNV para frenar cuantas iniciativas presente el Partido Popular relativas a esta operación. El martes pasado, consiguieron frenar entre los tres una moción popular por la que se solicitaba la prohibición expresa para las empresas extracomunitarias de penetrar en el sector energético español.

Otros grupos, como Izquierda Unida, acompañan al ala izquierda del PSOE, muy minoritaria, en su apuesta porque sea el Estado quien salve con su dinero los intereses españoles en juego.

Cita Rajoy-Brufau

El líder del PP, Mariano Rajoy, y el presidente de Repsol, Antonio Brufau, se reunieron el pasado viernes en Madrid para abordar la entrada de Lukoil en la petrolera. Brufau no consiguió convencerle de las ventajas de esta operación empresarial.

Un ministro con la misma casa y coche

El titular de Industria, Miguel Sebastián, se tomó ayer como una cuestión personal algunas insinuaciones hechas por el PP en relación con sus actuaciones pretéritas al frente de la Oficina Económica de Moncloa. Para intentar aclarar su patrimonio y demostrar que poco ha cambiado en el mismo desde su entrada en política, Sebastián afirmó en el Congreso: 'Vivo en la misma casa en la que vivía en 1996. Tengo la misma segunda residencia que tenía desde el año 1989. Y el último coche que me compré fue en 1999. No voy a consentir de nadie ningún tipo de insinuaciones'.Al igual que hiciera hace una semana en relación al presunto interés de la empresa Gazprom de entrar en Repsol, Miguel Sebastián se refirió ayer a la operación de Lukoil sobre la petrolera como algo 'inexistente'. El pasado martes, el vicepresidente económico, Pedro Solbes, aseguró que se trata de una operación que nunca ha estado sobre su mesa de trabajo.

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