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En portada

La tormenta financiera arrecia con fuerza en los emergentes

La fuga de capitales castiga los mercados que prometían ser el sostén económico mundial.

Uno de los escenarios más sombríos posibles para la economía mundial parece que asoma por el horizonte. Los países emergentes ya no se decantan, al menos con la misma fuerza que hace sólo unas semanas, como el motor que salvará al mundo de entrar en recesión. Las turbulencias monetarias, la debacle de las entidades financieras, la falta de liquidez y la caída de las Bolsas azotan a estas naciones, desde las más grandes como México, Brasil o Rusia, a otras con menos nombre como Hungría, Turquía, Ucrania o Corea del Sur. Incluso países, que por parámetros como la renta per cápita están en el grupo de los top ten -y no sólo se trata de Islandia- podrían precisar de ayudas financieras de urgencia.

'Los mercados siguen creyendo, y cada vez con más violencia, que la idea del decoupling -que los emergentes tomarán el relevo de los más ricos para impulsar la economía- no se producirá. Y que esto provocará una desaceleración mundial más acusada de lo previsto', señala Pablo García, de la firma francesa Oddo. Añade que era previsible que China, India o América Latina no pudiesen absorber, pese al crecimiento de sus mercados internos, la caída de la demanda de los países occidentales.

Además, las principales economías en desarrollo se ven golpeadas por el miedo de los inversores, que se dispara en las etapas más conflictivas y que les conduce a una total aversión al riesgo. Como consecuencia, el dinero y los fondos que invierten en esas naciones se retiran y suben las primas de riesgo.

También las monedas se resienten, y de forma más virulenta desde que Argentina optase por nacionalizar los fondos de pensiones, decisión que ha provocado temor a que se deba, más que a un afán nacionalizador, a un problema de liquidez. En el último mes, la lira turca, el rand sudafricano y el forint húngaro han caído frente al dólar el 26,4%, el 26% y el 23,8%, respectivamente. En ese mismo periodo, el peso mexicano y el real brasileño se han hundido el 18,99% y el 19,36% frente al dólar.

Brasil ha acudido a apoyar a su moneda con una inyección de 50.000 millones de dólares, y México ha aportado 10.500 millones a su divisa. Y se intentan otras soluciones: Dinamarca ha subido los tipos de interés, mientras que otros países se apoyan en el FMI. Este organismo estudia elevar las cantidades y relajar las condiciones de los préstamos para evitar el hundimiento de Hungría, Ucrania o Pakistán. La puesta en revisión con perspectiva negativa de la deuda rusa ha acelerado la fuga de capitales y llevado la prima de riesgo de la deuda de los emergentes al nivel más alto desde 2002.

Otro efecto de la recesión occidental que arrasa las economías productoras de materias primas es la drástica caída de los precios. Aunque los descensos se han debido en parte, y especialmente en el petróleo, a la salida de los hedge funds y otros especuladores, en el fondo subyace la idea de que el consumo va a desplomarse con fuerza. El cobre -del que tanto depende Chile- baja un 58% desde el máximo del 7 de abril, y el Brent -crudo de referencia de Europa-, que el viernes cotizó en el entorno de los 62 dólares el barril, pierde un 57% desde julio.

China resiste mejor. Aunque reducirá exportaciones a Occidente, la caída de las materias primas le resta inflación. Ha crecido en el tercer trimestre al ritmo más bajo de los últimos cinco años; aun así es un 9%. Algo similar puede decirse de India. No obstante, algunos expertos creen que el FMI tendrá que revisar a la baja el crecimiento de la mayor parte de estas naciones.

El deterioro de la economía argentina y el efecto contagio

 

¿Qué ha desatado el miedo por la integridad de las inversiones extranjeras en Argentina?

La presidenta Cristina Fernández ha propuesto la nacionalización de las AFJP, las entidades que administran los fondos de las pensiones argentinos. La razón oficial es garantizar las jubilaciones de los partícipes, pero el mercado especula con la posibilidad de que el Gobierno utilice el dinero, unos 98.000 millones de pesos argentinos (en torno a 23.250 millones de euros), para hacer frente a vencimientos de deuda.

¿Hay posibilidad de que la medida no llegue a materializarse?

La propuesta será sometida a votación por el Congreso el próximo 28 de octubre. Pero no sería la primera vez que la presidenta es derrotada en este foro, puesto que el pasado julio fue incapaz de sacar adelante el aumento de los impuestos a la exportación de soja.

¿Qué compañías españolas se verían afectadas?

BBVA está afectado directamente porque controla el 84% de la AFJP, aunque la repercusión en su resultado consolidado es muy limitada. Junto a su filial Banco Francés, representaba en torno al 3% del resultado neto del grupo. El peligro para las empresas radica en que la medida pueda ir más allá. Jaime Llopis, socio de Cuatrecasas especializado en América Latina, señala que ¢sería muy ingenuo pensar que no existe un riesgo real en los sectores relacionados con servicios públicos¢. Con todo, JPMorgan no considera que la medida responde a una estrategia nacionalizadora, aunque advierte que existe riesgo de intervención estatal en los sectores eléctrico y bancario.

¿Qué otras grandes empresas cotizadas tienen una exposición significativa en ese país?

Repsol es la más expuesta, pues controla el 85% de la argentina YPF, que aporta en torno al 18% del resultado de explotación consolidado. Telefónica cuenta con dos filiales en el país que aportaron en torno al 3,5% del Ebitda consolidado en los resultados del primer semestre del año. Santander participa en Banco Río, que supuso alrededor del 2% del beneficio del grupo. Por su parte, Endesa obtiene alrededor del 3% del beneficio.

¿Es posible que se produzca un efecto contagio en el resto de países de América Latina?

El riesgo se deriva más bien del temor de los inversores a una crisis generalizada en ese continente; no tanto de las estrategias nacionalizadoras. Los intereses sólo en Argentina de las compañías españolas no son muy elevados, pero los grandes blue chips de la Bolsa ­Telefónica, Santander, BBVA, Repsol, Iberdrola y Endesa­ obtuvieron en torno al 33% de su Ebitda en los países de la región en el pasado ejercicio. La inversión acumulada por las grandes compañías cotizadas en la zona se aproxima a los 180.000 millones de euros. Sin embargo, el socio de Cuatrecasas manifiesta que ¢no se deben meter en el mismo saco a todos los países de la región, puesto que la mayoría está teniendo un comportamiento extremadamente serio y riguroso con las inversiones extranjeras¢. Son los casos, por ejemplo, de Brasil, México, Colombia o Uruguay.

¿Qué proceso se sigue si se produce una nacionalización o expropiación de alguna sociedad?

La empresa afectada tendrá que recurrir a los tratados de protección recíproca de inversiones (APRI), que permiten la reclamación directa ante el Centro Internacional de Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones (Ciadi). Este organismo fue creado por el Banco Mundial en 1965 y depende de él. ¢En cualquier caso, habitualmente se trata de un procedimiento muy lento¢, advierte Jaime Llopis. El Ciadi tiene actualmente entre manos 125 casos y, curiosamente, casi la mitad de ellos, 65, corresponden a reclamaciones contra países de América Latina y, de estos últimos, 34 son conflictos planteados con Argentina.

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