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Gobierno

Zapatero pide confianza y descarta rebajar el gasto público

Confianza fue la palabra más repetida ayer por José Luis Rodríguez Zapatero en el mitin ofrecido en la madrileña Casa de Campo para festejar sus primeros cien días de Gobierno. El presidente descartó una reducción drástica del gasto público, aunque prometió una combinación de 'austeridad y solidaridad' para afrontar la crisis.

Tenían interés los organizadores del acto en que Zapatero estuviera bien arropado en esta celebración. A ella acudieron la casi totalidad de la ejecutiva del PSOE y del Gobierno, que escucharon al presidente reclamar confianza en su proyecto político ante una crisis económica que ha sembrado el nerviosismo en las filas socialistas y también en el Ejecutivo ante la falta de liderazgo con la que se está conduciendo. El propio Zapatero afirmó ayer enérgico que confía en su propio proyecto y emplazó ayer a su partido a difundir este mensaje 'entre las familias que peor lo pueden estar pasando'.

El presidente confió en alcanzar en breve un acuerdo con empresarios y sindicatos para encauzar el diálogo social y acentuó también su interés en pactar con las fuerzas políticas las medidas necesarias para abordar la crisis, aunque puso como condición para ello el respeto a las políticas sociales comprometidas por el PSOE en su programa electoral. La advertencia que hizo al líder del PP, Mariano Rajoy, con el que hoy se reunirá en La Moncloa, fue la siguiente: 'No estoy de acuerdo en las recetas que proponen una reducción drástica del gasto público porque ya sabemos quien las paga, los trabajadores. Los planes de choque de la derecha siempre chocan contra los más desprotegidos...'. En este contexto, Zapatero prometió 'austeridad' -'¡Cómo no la va a haber si está Solbes al frente!', ironizó- y también 'solidaridad' hacia los pensionistas y los trabajadores que queden en paro. Aspira, añadió, a que UGT, Comisiones Obreras y CEOE, avalen su política social, 'arrimen el hombro y realicen esfuerzos para fortalecer el diálogo social, un potente instrumento para afrontar los retos económicos'.

En sus palabras rescató el optimismo con el que ha adornado todas sus intervenciones desde el inicio de la legislatura. Zapatero recordó que la inversión extranjera en España ha crecido en relación al año pasado, un dato que interpreta como un claro indicio de que 'los inversores internacionales confían en nuestro país, en su potencial y en su capacidad de recuperación'. 'También confía el Gobierno y me gustaría que todos siguieran su ejemplo', abundó. El presidente esbozó a continuación algunas de las fortalezas que observa en la economía española, entre ellas el volumen de población ocupada, la alta cualificación de un tercio de la mano de obra, el dinamismo de la inversión en el exterior, y la superación en renta per cápita a la media de la Unión Europea. Esta vez tampoco olvidó el recordatorio de que España también ha superado a Italia en este indicador.

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El objetivo principal del Gobierno, añadió Zapatero, es recuperar 'lo antes posible el ritmo de creación de empleo y el crecimiento económico sostenible'. Afirmó que está seguro de que se puede conseguir, pero eludió dar fechas. También anunció que el Ejecutivo adoptará nuevas iniciativas para paliar la crisis que afectarán a los ayuntamientos, castigados por la caída de los ingresos, y al sector de la vivienda, pero no precisó las medidas concretas.

Nueva financiación

Tampoco avanzó el presidente las ideas que maneja el Gabinete para conseguir un acuerdo sobre la reforma de la financiación autonómica, aunque se mostró convencido de que, al final, se cumplirá este objetivo.

Zapatero sí dijo que el objetivo principal de esta reforma será 'que todas las comunidades dispongan de más recursos para atender la educación y la sanidad'. En todo caso, recordó que el condicionante más serio que lleva al Gobierno a modificar el sistema de financiación es el compromiso incorporado al programa electoral, 'que como todo el mundo sabe está para cumplirse'.

Zapatero admitió que las negociaciones combinarán el plano bilateral, como desea Cataluña, y el multilateral, como quieren el resto de las comunidades autónomas.

12.000 millones para infraestructuras

Zapatero ofreció ayer la impresión de que no acierta a comprender el motivo por el cual la gestión que realiza el Gobierno no llega bien a la opinión pública. A la hora de explicar lo que está haciendo el Ministerio de Fomento en la modernización de las infraestructuras, el presidente fue prolijo en el manejo de los números.Recordó que en estos cien días, el Gobierno ha dedicado 12.000 millones a mejorar el sector del transporte y que en estos momentos hay en construcción 203 tramos de ferrocarril, 185 tramos de autovías, obras en 47 de los 48 aeropuertos de interés general, reformas en 40 centros portuarios y, además, una docena de desaladoras en fase avanzada.El presidente también puso en valor la creación del Ministerio de Ciencia e Innovación que permitirá, dijo, modernizar el sistema productivo, 'nuestro eje central del proyecto político a cuatro años'. España, aseveró, 'está en condiciones de ocupar posiciones de liderazgo', gracias al esfuerzo que está dispuesto a realizar el Gobierno para modernizar las estructuras económicas del país en sectores como el transporte, las telecomunicaciones y los servicios.

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