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Elecciones 2008 Retos

2. Una política fiscal que espolee la actividad económica

Hacia una reforma tributaria que no dañe la recaudación

Las propuestas fiscales suponen una de las principales diferencias del programa de los dos grandes partidos que han concurrido a las elecciones. Mientras el PSOE rehúye las promesas concretas de grandes rebajas tributarias, el Partido Popular mantiene que reducirán los tipos en el IRPF, en el impuesto de sociedades y en el de transmisiones patrimoniales y actos jurídicos documentados. Detrás hay dos formas de afrontar el encaje de la política fiscal en la economía. Sin posibilidad de influir en la política monetaria -controlada por el BCE-, los populares han ideado una programa fiscal que sirva de acicate y revierta la tendencia a la baja del crecimiento económico. La tesis popular, que ya fue utilizada por José María Aznar, es que la aplicación de su rebaja fiscal incentivará un crecimiento económico y volver a incrementar la recaudación tributaria. O dicho de otra forma, los servicios públicos no se denigrarían por la reducción de las tarifas impositivas. Los socialistas, por su parte, no plantean una gran cambio en los principales impuestos. Sobre IRPF se han limitado a decir que lo bajarán si hay margen para ello y, sobre sociedades, que adecuarán los tipos al entorno europeo. La principal propuesta socialista es la devolución de 400 euros a todos los contribuyentes este año.

En cualquier caso, el reto del próximo Ejecutivo será doble. Por una parte, mantener un sistema fiscal que no dañe ni desincentive la inversión económica y garantice el actual Estado de bienestar. Ello no parece fácil. Por un lado, porque la desaceleración económica provocará un menor vigor de la recaudación y, por el otro, porque es en los malos tiempos cuando más aumentan los gastos de los servicios sociales y más importancia adquiere el gasto productivo del Estado. El superávit -que en 2007 alcanzó el 2,23% del PIB- deberá servir para mantener el nivel de los servicios. Sin embargo, el Gobierno que se forme deberá ser capaz de mantener el excedente, aunque no necesariamente en el alto nivel actual. En cualquier caso, sería deseable no regresar a los años en los que el Estado era deficitario.

Las opiniones

CEOEEl objetivo prioritario es que la economía española y nuestras empresas aumenten su competitividad de cara a los próximos años. Para eso, es fundamental que existan políticas de reducción de las cargas fiscales para las empresas y se adopten medidas fiscales de estímulo al ahorro y a la inversión productiva.CC OOEspaña no necesita ninguna rebaja en los impuestos porque la actual coyuntura económica va a reducir significativamente los ingresos públicos. La política fiscal de la Administración Central se debe apoyar en el uso de los recursos públicos disponibles para articular una política de gasto distribuida en las diferentes políticas sobre las que tiene competencia.UGTSe debe concretar un modelo fiscal de carácter integral, que eleve la potencia recaudatoria del sistema tributario para sustentar las inversiones que precisa el cambio de modelo productivo y el mantenimiento del crecimiento del empleo, y para mejora los servicios públicos y de protección social, con el fin de redistribuir la riqueza y compensar la contribución de los trabajadores al sistema. En las circunstancias actuales no deben reducirse los impuestos. España sufre un serio déficit social y las crecientes desigualdades requieren de un fortalecimiento del Estado social.

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