Una nueva supervisión
Con toda probabilidad, la próxima legislatura va a ser por fin la de la reforma del sistema de supervisión financiera en España. Así lo hace prever la intención de los dos partidos mayoritarios, PSOE y PP. Y todo indica que el modelo elegido será el conocido como twin peaks, o picos gemelos, una fórmula dual por la que la CNMV se ocuparía de la conducta del mercado y el Banco de España de velar por la estabilidad del sistema y la solvencia de las entidades. El modelo, contrastado sobradamente en Holanda, será más eficaz cuanto mayor sea el consenso que lo respalde. Pero lo importante es que el cambio sea a mejor y no se pierdan la eficiencia e independencia demostradas por el Banco de España y, a la vez, se limen las carencias que en algunas etapas ha tenido la CNMV. El reparto de las competencias y la desaparición de la Dirección General de Seguros, dependiente hoy del Ministerio de Economía, tiene tanta lógica como que el mandato del presidente de la futura CNMV se desligue de los periodos electorales y pase de cuatro a seis años de duración, además de ser improrrogable. Igualmente, es imprescindible que los responsables de los reguladores presenten altas cotas de independencia y, a la vez, tengan el máximo respaldo del Parlamento.
