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Tribuna
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Una revisión a fondo de la PAC

La situación actual que están viviendo los mercados, tanto de cereales como de algunas producciones ganaderas, no es exclusiva de nuestro país, ni siquiera de la UE, sino que se manifiesta a nivel mundial. Es consecuencia de la coyuntura internacional que responde a múltiples factores, principalmente el tirón de la demanda. Nos sorprende que la alimentación, a la que apenas se destina un 17%de la renta de los españoles, ha generado más alarma que la provocada por la subida de otros productos o servicios a los que destinamos una mayor parte de nuestros ingresos. Al tratarse de una necesidad básica, se justifica en mayor medida su carácter estratégico y la existencia de políticas específicas que lo protejan y regulen. En las últimas campañas se ha observado un incremento en la demanda de cereales en Asia, sobre todo en China e India, tanto para alimentación humana como para animal. El crecimiento económico de los países emergentes del este deAsia ha provocado un incremento en las rentas de sus ciudadanos que se ha traducido en una mejora en su alimentación y en el consumo de proteínas de origen animal, sobre todo de porcino. La reducción de la oferta también ha obedecido a un descenso de la producción en el este de Europa y en el hemisferio sur, fruto de una climatología adversa. Ello ha provocado que en las últimas campañas sehayanestado consumiendo los stocks existentes en la Unión Europea, así como en otras áreas de producción como Brasil, Argentina, o el este de Europa, en la medida en que la demanda en el mercado mundial ha sido superior a su producción.

Estas razones justificarían por sí solas un incremento en los precios de los cereales, sobre todo si tenemos en cuenta la globalización existente en los mercados. Pero, además, al incremento de la demanda externa también hay que añadir un aumento interno por el crecimiento de la población inmigrante, si bien el incremento de la demanda interna en laUE puede ser moderada y pasajera comparada con la experimentada en Asia. Sin duda, se han producido factores coyunturales, aunque la aplicación de ciertas políticas está teniendo un efecto a más largo plazo, es por tanto necesario realizar una reflexión sobre la Política Agrícola Común (PAC). En efecto, la PAC ha estado obsesionada con la gestión de los excedentes producidos en la década de los ochenta y sobre todo con los costes derivados de la aplicación de los instrumentos de regulación de mercado. Es en esos años cuando se implantan los primeros estabilizadores cuyo objetivo era la contención de la producción comunitaria, alguno de los cuales sigue todavía en vigor como las cuotas lecheras, que establece un límite a la producción por ganadero, de tal forma que, si un Estado miembro supera su cantidad de referencia, se aplica una multa al ganadero que haya superado su cuota individual. La Comisión Europea ha desincentivado la producción, baste como ejemplo, que desde 1986 han desaparecido 172.000 explotaciones lecheras ymás de un millón de activos agrarios en nuestro país. En la actualidad prácticamente no existen instrumentos de regulación de mercado y la PAC ha reorientado toda su política a una contención de la producción y a una liberalización de los mercados, de tal forma que ha dejado a los productores y a los consumidores a merced de las fuerzas y de las tensiones de dichos mercados, abandonando uno de los principios fundamentales que inspiraron la PAC como es la garantía de abastecimiento.

A todo lo anterior conviene añadir la incoherencia de la UE frente a la evolución de la biotecnología en el mundo. Mientras nuestros competidores pueden hacer uso de los Organismos GenéticamenteModificados, la UE los prohíbe a sus productores, al tiempo que autoriza su importación para la alimentación animal. Si a esto añadimos que cada día resulta más complicado aplicar los tratamientos fitosanitarios y los productos veterinarios, debido a una reglamentación tremendamente exigente y cambiante, no es de extrañar que muchos de nuestros agricultores y ganaderos hayan tirado la toalla. Sin duda ha llegado el momento de revisar las decisiones tomadas y analizar si estamos ante una PAC acorde con las nuevas necesidades del mercado mundial. Así, el ¢chequeo médico de la PAC¢, que ha anunciado la Comisión Europea para el próximo año, puede ser el momento ideal para hacer una reflexión de la política actual. Las cooperativas estamos trabajando por mejorar la competitividad de la producción de nuestros socios y acercarnos a los últimos eslabones de la cadena agroalimentaria con el fin de mejorar los precios a los consumidores, eliminando los intermediarios inútiles.

José Joaquín Pérez de Obanos. Presidente de la Confederación de Cooperativas Agrarias de España (CCAE)

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