Qué futuro le espera al Banco Mundial
Parece que, con la salida de su presidente Paul Wolfowitz, termina la guerra interna en el Banco Mundial. La situación en el Banco se torna ahora hacia un asunto más importante: el futuro de la institución, en un mundo que cada día solicita menos de sus servicios financieros. En el informe Desarrollo Financiero Global de 2007, publicado en mayo por el propio banco, se resalta su declinante papel: 'El financiamiento neto proveniente de institutos financieros internacionales y demás fuentes crediticias del Club de París cayó marcadamente en los últimos dos años, mientras aumentaron considerablemente los préstamos privados'.
El informe continúa enunciando que muchos países en desarrollo liberalizaron los controles sobre el capital, permitiendo a sus empresas un acceso sin precedente a los mercados de capital.
Entre 2002 y 2006, los créditos privados alcanzaron más del 60% del total de préstamos en esos países. Para conseguirlo, dice el informe, las empresas tienen que cumplir con la mayor transparencia y mejor información requerida por los mercados internacionales de capital.
El problema que enfrenta el Banco Mundial es que el flujo de dinero a las naciones en desarrollo reduce su papel, por lo que el informe aclara que la institución puede continuar contribuyendo 'con el establecimiento de reglas claras y concisas para el acceso a los mercados financieros del mundo industrializado'.
A la vista de los problemas que presenta el Banco Mundial con respecto la forma de llevar a cabo sus financiamientos, no parece tener las características adecuadas para realizar el papel que, teóricamente, debe representar.
Por otra parte, organismos privados como el Internacional Accounting Standard Board (IACSB), ya trabajan hacia ese mismo objetivo. En la práctica, con su participación en los mercados privados de capitales, las empresas pronto aprenden las reglas, incluyendo la transparencia y el cumplimiento de las normas internacionales de contabilidad (NIC) y de las normas internacionales de información financiera (NIIF).
Las mencionadas normas son las que muchos Gobiernos de países en desarrollo han ignorado una y otra vez en sus negociaciones con el Banco Mundial. Ahora bien, al contrario de los Gobiernos, las empresas privadas de esos mismos países no pueden tapar incumplimientos e, incluso, infracciones bajo la excusa de 'soberanía nacional'.
Lord Brian Griffiths, vicepresidente de Goldman Sachs Internacional, comentó, en octubre de 2006, que países como China no necesitan financiación del Banco Mundial y pone en duda que 'los préstamos sean la mejor manera de ayudar a los países subdesarrollados (...). Uno se puede preguntar si el Banco Mundial juega algún papel significativo'. Desde un punto de vista histórico, el creciente papel del capital privado en el mercado financiero internacional es un regreso a la normalidad.
En América Latina, sin embargo, hay otra alternativa adicional que podemos llamar la opción Chávez. Se trata de la transferencia de fondos de la Venezuela rica en petróleo a otros países latinoamericanos gobernados por otros presidentes populistas. Hasta la fecha, Venezuela le ha ofrecido unos 1.500 millones de dólares a Bolivia y otros 500 millones de dólares a Ecuador.
En septiembre de 2006, Chávez sugirió la creación del Banco del Sur, como alternativa al Banco Mundial y al Fondo Monetario Internacional (FMI). Posible y tristemente, ese proyecto logrará resultados peores que los proyectos del Banco Mundial y sus fondos se utilizarán en la nacionalización de empresas privadas. La experiencia nos ilustra sobre que los proyectos que se ejecutan sin la necesaria disciplina que impone el mercado tienden a fracasar y, en muchos casos, aparecen envueltos en corrupciones.
Suceda lo que suceda, cada día habrá menos demanda de fondos del Banco Mundial, pero como siempre ocurre, la burocracia inventará nuevas actividades que poco tendrán que ver con el objetivo original.
Guillermo de León. Profesor de Economía Financiera de la Universidad Antonio de Nebrija