Las grandes constructoras españolas compiten por su sexta autopista en Irlanda
Las autopistas irlandesas son ya un terreno colonizado por las empresas españolas. Las principales constructoras y concesionarias, desde Ferrovial a Dragados, pasando por FCC y Sacyr, se disputan un gran contrato, el sexto en este país, para ampliar y gestionar la circunvalación de Dublín.
Un fin de semana queda a las grandes constructoras españolas para cortar los flecos de la oferta con la que pujarán por la M-50 dublinesa. El lunes presentarán su propuesta para ampliar y gestionar esta vía ACS, a través de Dragados Concesiones (ahora Iridium), Ferrovial Agromán (división constructora de Ferrovial) y el tándem formado por FCC y Sacyr, según fuentes del sector.
En el mismo proyecto, pero para instalar el sistema de peaje ya han presentado oferta cinco consorcios, entre los que figuran también Iridium (de ACS), la concesionaria española Abertis a través de su filial francesa Sanef (Aurotoutes du Nord et de l'Est de France) y Acciona.
La autopista que circunvala Dublín es uno de los proyectos emblemáticos en la larga lista de inversiones en infraestructuras aprobada por el Gobierno irlandés. Y tiene varias particularidades. La primera es que el consorcio de empresas que gane el contrato que se disputa a partir del lunes tendrá mantener la vía bajo el modelo de canon variable que cada vez gusta más a las administraciones europeas.
Con esta fórmula, las adjudicatarias tendrán que ampliar en dos grandes tramos la M-50 y luego gestionar los ya existentes según unos criterios que les impone en este caso la National Road Authority. Si los incumplen verán mermado el canon que cobrarán de la administración.
La inversión prevista en este proyecto, que lleva tres años y medio de trámites, alcanza 500 millones.
Otra adjudicación en breve
En paralelo, las autoridades irlandesas han decidido que el otro contrato de instalación del sistema de peaje se haga bajo el esquema free flow. Este modelo permite a los usuarios pagar sin parar en el peaje ya que un dispositivo capta la matrícula del coche.
Si las españolas ganan la M-50 se harían con su sexto contrato de autopistas en Irlanda. El siguiente, el séptimo, está a punto de dirimirse. ACS y el consorcio FCC-Sacyr han sido elegidas finalistas para construir y explotar la M-7 Portlaoise-Castletown/ M-8 Portlaoise-Cullahill con un coste de 400 millones.
En el capítulo de logros, Ferrovial a través de su filial Cintra ya cuenta con la A1/N1 Newry-Dundalk, la mayor obra transfronteriza realizada entre Irlanda y el Reino Unido, con un presupuesto de 80 millones. También ganó la N4/N6 (335 millones, ya terminada) y ha sido seleccionada pero aún no ha firmado el contrato para la M3 Clonee-Norte de Kells (600 millones).
Mientras, ACS ya ganó en enero del año pasado la N25 Waterford Bypass por 360 millones e inauguró en 2005 la Dundalk Western Bypass (150 millones). El tándem FCC-Sacyr lograron en julio la N6 Galway- Ballinasloe (350 millones).
El metro dublinés, lo más jugoso
La fortaleza inversora que ha desplegado Irlanda en infraestructuras en los últimos años tiene su mayor ejemplo en el metro de Dublín. Las cifras del proyecto para dotar de tres líneas a la capital del país (una conectará con el aeropuerto) son astronómicas y pueden superar los 3.000 millones, según fuentes del sector. Esto le convierte, de lejos, en el contrato más importante de este mercado, lo que ha abierto el apetito de las principales constructoras españolas, con larga experiencia en las ampliaciones del suburbano madrileño o el metro de Bilbao o Málaga, entre otros. Así, ACS, Ferrovial, FCC o Sacyr estudiarán presentarse a una puja que se prevé muy reñida. Aunque los trámites también se auguran lentos en un plan que avanza a trompicones desde hace algunos años.