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Revolución en el sector eléctrico

Gas Natural descarta una mejora del precio de la opa

La compañía sostiene que la compra de Endesa no provoca una posición de mayor dominio del que tenían antes por separado en los mercados de gas y electricidad

Hoy ponemos el semen y dentro de nueve meses tendremos la criatura'. El presidente de Gas Natural, Salvador Gabarró, ejemplificó así el tiempo que tardará en ver la luz la nueva compañía energética si prospera la opa sobre Endesa anunciada el pasado lunes. En ningún momento aceptó la posibilidad de un fracaso, 'el semen lo hemos puesto bien', bromeó.

Gabarró compareció ayer en la sede de Barcelona ante una cincuentena de periodistas para ofrecer los detalles del proceso de opa y las características de la empresa resultante, junto a Rafael Villaseca, consejero delegado de la compañía, y Carlos Álvarez, director financiero, que no llegó a intervenir.

El tono de la intervención del presidente fue optimista, incluso con cierto tono de euforia en algún pasaje. Como cuando enseñó una fotocopia de un artículo aparecido ayer en The Wall Street Journal en el que se calificaba la nueva compañía de titán europeo. 'Tienen razón en tratarnos de titanes, vamos a ser la primera compañía de gas y electricidad en España y en Latinoamérica, la tercera del mundo en gas natural licuado y la tercera por detrás de la italiana Enel y la alemana Eon también en clientes, con más de 30 millones', justificó. Tanto Gabarró como Villaseca pretendieron demostrar que la unión entre Gas Natural y Endesa es el único camino posible, algo que no se puede discutir. 'Nadie contempla ya que gas y electricidad estén separados', dijo.

¿Y Endesa? Una periodista, siguiendo el símil que él había empleado, preguntó si no tenía miedo a que el proyecto acabara en aborto. 'Endesa acabará reconociendo la bondad de la operación', aseguró Gabarró, a la vez que aseguraba, alrededor de la una del mediodía de ayer, no tener todavía conocimiento de que la opa hubiera sido calificada por la compañía eléctrica de hostil.

Gabarró se esforzó en todo momento en demostrar que la operación no tiene fisuras y que todos los aspectos financieros están atados y bien atados. '¿A quién beneficia?' se preguntó. 'Será buena para los accionistas, porque mejorarán los beneficios por acción; para el usuario, porque habrá mejor servicio; para los trabajadores, porque será una compañía más sólida, y será buena también para España'.

En cuanto a la financiación, Gabarró también quiso reseñar su sencillez matemática. El precio que Gas Natural está dispuesto a pagar por Endesa, de 21,3 euros por acción, supone valorar la eléctrica en 22.549 millones de euros. El 65,5% se pagará mediante el canje de acciones de Gas Natural y el 34,5% restante, en efectivo. Una oferta que el grupo participado por La Caixa en un 32% no va a modificar, según avanzó Villaseca en una conferencia telefónica con analistas previa a la rueda de prensa. 'No tenemos intención de incrementar el precio porque no creemos que sea necesario', indicó.

Para resolver la financiación y también los posibles problemas de competencia entra en acción la venta de activos de Gas Natural, que adquirirá Iberdrola y que supondrá a la gasista unos ingresos de entre 7.000 y 9.000 millones. Con estos ingresos Gas Natural no necesitará endeudarse para acometer el pago de los 7.800 millones en efectivo. Por su parte, en una perfecta jugada a tres bandas, Iberdrola también sale reforzada de la operación.

Dos ventajas más de la nueva compañía. La primera, como no requerirá endeudamiento a largo plazo la empresa podrá seguir con su ritmo inversor, de manera que destinará a este capítulo 17.000 millones hasta el año 2009. Segunda: gracias a las sinergias entre las dos empresas se ahorrará progresivamente 350 millones en 2008.

El nuevo grupo, que si se cumple el calendario echará a andar el próximo abril, tendrá sede social en Barcelona y corporativas en Madrid y la capital catalana. Los directivos de Gas Natural descartaron cualquier tipo de recorte de personal en ambas empresas.

Resulta cuanto menos llamativo que la presentación en sociedad de la opa que puede dar lugar a la mayor empresa energética española haya corrido a cargo de dos directivos que hace un año no estaban en el sector. Salvador Gabarró llegó a la gasista catalana procedente de la Corporación Empresarial Roca en octubre de 2004, mientras que Rafael Villaseca dejo las riendas de Panrico para desembarcar en Gas Natural hace apenas nueve meses. Ninguna referencia en toda la presentación a La Caixa, primera accionista de Gas Natural, con el 35%, y poseedora del 1,9% del capital de Endesa, únicamente un escueto 'los socios están de acuerdo'.

Superar las trabas de competencia

El consejero delegado, Rafael Villaseca, se centró más en las cifras y en la defensa del aspecto estratégico de la operación, 'las dos redes la eléctrica y la de gas se han ido juntando por razones comerciales en todo el mundo, no hacemos más que unirnos a un fenómeno industrial, subirnos a un carro en marcha'. E insistió en dejar claro que la operación no sólo no atenta contra la competencia 'sino que la garantiza'. Convencido de que la operación pasará las trabas de competencia explicó: 'No elimina uno de los tres operadores porque no se puede considerar que Gas Natural fuera un operador eléctrico ni Endesa uno gasista, en realidad nosotros sólo tenemos el 3,5% del mercado eléctrico y Endesa sólo tiene el 4% del de gas'. También defendió que la unión de las dos empresas no supone una posición de mayor dominio de la que tienen las dos por separado en los mercados de gas y electricidad. El consejero delegado argumentó que la operación 'está en la línea' de lo que propondrá el Libro Blanco de la Energía, 'en el que se asume que en España no faltan competidores sino competencia'.

Villaseca también trató de presentar la operación como una evolución natural: 'La capacidad de generación eléctrica se está quedando limitada, la solución es el gas natural, las centrales de ciclo combinado'. Pero las piezas no acaban de encajar, ¿por qué ahora presentan la adquisición de Endesa como la opción natural cuando durante la última junta de Gas Natural, celebrada en abril, Gabarró dijo que descartaban una compra de Endesa o una fusión con Repsol porque el mercado no lo entendería? 'Entonces estábamos tomando el control de Gas Natural y en aquel momento, de verdad, no valorábamos en absoluto esta operación', razonó.

En cuanto al futuro de Manuel Pizarro, actual presidente de Endesa, Gabarró dijo que resolver la cuestión es menos importante 'que tirar adelante la operación, que el mercado se convenza de que la operación es buena, lo demás se irá viendo sobre la marcha'. En ningún momento se entró valorar las implicaciones políticas de la operación ni las reacciones que ha suscitado.

A juicio de Villaseca, que quiso desvincular el futuro de la operación del movimiento que la acción pueda tener a corto plazo, el accionista no debe tener duda de la conveniencia de aceptar la opa. En cuanto a la desaparición del límite del 10% de los derechos de voto en Endesa, la condición para que la opa prospere junto a alcanzar un mínimo del 75% del capital, Gabarró aseguró que era un punto fundamental 'no queremos ser únicamente un socio financiero, queremos tener la gestión'. El procedimiento a seguir, según explicó Villaseca, empieza porque Endesa tiene la obligación de convocar una junta en la que los accionistas, si están de acuerdo con la opa, 'tendrán que modificar este límite'.

El clima de optimismo que se vivió ayer en la sede de Gas Natural contrasta con la visión de las organizaciones de consumidores. La OCU calificó la operación de 'pésima noticia' para la libre competencia. Su director general, José María Múgica, solicitó al Servicio de la Competencia que mire con lupa la operación'. En su opinión, 'si se da un paso más hacia un escenario en que apenas existirán dos operadores, el resultado será que habrá que pagar más por la luz'.

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