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Gobierno

Un año en La Moncloa

Zapatero ha sabido compatibilizar la ortodoxia económica con el respeto a la agenda social comprometida en el programa electoral

El escepticismo que hace un año dominó algunos análisis políticos a la vista de la fragilidad parlamentaria con la que el primer Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero estrenó su victoria electoral, ha quedado amortiguado por los hechos. En este periodo, no sólo se ha empezado a modular el patrón de crecimiento económico hacia criterios más consistentes basados en la productividad y la modernización tecnológica, sino que se ha dado continuidad, dentro de la más estricta ortodoxia, al principio de la estabilidad presupuestaria con una mejora evidente de algunos de los principales indicadores. En 2004 la economía creció al 2,7%, dos décimas más que en 2003, y se crearon casi medio millón de empleos. La afiliación a la Seguridad Social aumentó a una tasa interanual del 3,5% y el Fondo de Reserva bordea ya a los 23.000 millones de euros.

Pese a las amenazas derivadas de la inflación y del mal comportamiento del sector exterior, esta foto fija de la economía augura tiempos mejores si se tienen en cuenta los pilares sobre los que se asientan los Presupuestos Generales del Estado ahora vigentes, aprobados por primera vez con el concurso de Esquerra Republicana, Izquierda Unida y Coalición Canaria, los principales socios de gobierno que hasta ahora han acompañado a Zapatero en esta singladura.

En este año, el vicepresidente económico, Pedro Solbes, ha gestionado sus políticas haciéndolas compatibles con el respeto a la agenda social comprometida por el PSOE en su programa electoral. El Gobierno no sólo ha iniciado el camino para elevar el salario mínimo interprofesional hasta los 600 euros, ha duplicado las ayudas para becas y ha aprobado un plan de choque para abaratar el precio de la vivienda, sino que tiene ultimada la denominada Ley de Dependencia, orientada a ayudar a las personas mayores y, de rebote, a aumentar el empleo en el sector servicios. Será la ley estrella de esta legislatura.

Zapatero también ha encauzado durante su estreno como presidente complejas soluciones para algunos de los grandes desafíos heredados de la etapa de gobierno del PP. A ello obedecen el plan de regularización de inmigrantes puesto en marcha desde el Ministerio de Trabajo, las reformas estatutarias que empezarán a llegar al Congreso en el otoño y el proyectado cambio Constitucional. El PP está llamado a participar en estas tareas después de centrar buena parte de su estrategia en el intento de deslegitimar la victoria electoral del 14 de marzo. Desde entonces han sido detenidos más de un centenar de activistas del terrorismo islámico presuntamente relacionados con la matanza del 11-M y no se ha destapado una sola pista sobre el atentado que conduzca a ETA.

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