CiU ve poco margen de maniobra para poder respaldar el Estatuto catalán

'No tenemos nada fácil dar nuestro brazo a torcer. La vía para aprobar el nuevo Estatuto sigue cegada', afirmó ayer a este periódico un destacado dirigente de CiU, después de conocer las palabras pronunciadas en Montevideo por el presidente de la Generalitat, Pasqual Maragall, en las que rectificó a medias las acusaciones de corrupción contra la anterior administración autonómica vertidas en el Parlamento catalán.

La misma fuente considera que, en estos momentos, CiU carece de margen de maniobra para regresar a los trabajos de la ponencia que elabora el nuevo Estatuto 'ya que nuestro electorado no lo entendería'.

Los nacionalistas catalanes tienen capacidad de veto sobre la reforma estatutaria y están dispuestos a jugar sus cartas hasta el final, conscientes de que su decisión puede provocar un posible adelanto electoral en Cataluña y también una merma en los apoyos parlamentarios que recibe en Madrid el Gobierno central.

'Probablemente, en alguna ocasión, he podido decir alguna palabra que no tenía que decir', dijo ayer Maragall en Montevideo en una alusión directa a su insinuación de que CiU cobraba cuando gobernaba el 3% de comisión en la adjudicación de las obras públicas. Poco después, el líder de CiU, Artur Mas, consideraba insuficiente esta rectificación. 'Su grave insinuación no se arregla a base de medias palabras o medias tintas, por lo que presentaremos esta semana una querella contra Maragall si antes no se ha producido una cirugía a fondo, es decir, una disculpa pública y sin matices'.

Todos los partidos catalanes con representación en el Parlamento autonómico, salvo CiU, participaron ayer en una reunión de la ponencia encargada de la reforma estatutaria como síntoma de cierta normalidad.