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Juicio

Amusátegui y Corcóstegui ligan los pagos a su papel en la fusión del SCH

Fin de la primera fase en el juicio por las jubilaciones millonarias. Ayer afrontaron el interrogatorio el ex copresidente del SCH, José María Amusátegui, y el ex vicepresidente, Ángel Corcóstegui. Ambos justificaron los pagos por su contribución a la fusión de Santander y BCH, y negaron que alguien les hubiera presionado para dejar el banco antes de tiempo.

Poco más de una hora necesitó Amusátegui para defender que no era ilegal haber cobrado un bonus de jubilación de 43,7 millones de euros en agosto de 2001, como le atribuye la acusación. El ex consejero delegado, Corcóstegui, necesitó incluso menos para pasar el mismo trance que el día antes encaró el presidente del Santander, Emilio Botín (cuatro horas).

En la misma sala con cámara blindada -destinada en esta vista no a imputados sino a periodistas-, Amusátegui desplegó la elocuencia que ya le caracterizó como banquero en activo. Tranquilo, expresivo y ante un Emilio Botín mucho más relajado que el día antes, el ex ejecutivo explicó que los tres consejeros ejecutivos del BCH que pasaron al fusionado SCH (él, Corcóstegui y Antonio Escámez) firmaron nuevos contratos tras el 15 de enero de 1999, cuando se acordó la operación.

La única cifra que se incluyó en ese momento 'es la del bonus', dijo, calculada según su labor en Hispanoamericano, en el BCH y 'sobre todo, por la muy compleja actividad futura en el SCH' por la fusión. Si ésta 'no hubiera tenido éxito, no lo hubiera cobrado', afirmó.

La cantidad fue rellenada a mano en el contrato por Antonio de Hoyos entonces secretario general del BCH y luego asesor legal del SCH. Este aspecto ha generado varias dudas. De hecho, las acusaciones -la representada por el condenado por el caso Banesto y ex consejero Rafael Pérez Escolar y la del accionista minoritario Juan Francisco Franco Otegui- preguntan de quién es la letra en los contratos del 15 de enero de 1999 y del 14 de agosto de 2001 (dos días antes de aprobarse la jubilación anticipada de Amusátegui).

Ninguno de los dos ex altos cargos respondió al interrogatorio de las acusaciones, la misma estrategia que utilizó Botín.

A preguntas del fiscal, Fernando Burgos, Amusátegui negó presiones para salir del SCH antes de la fecha prevista (febrero de 2002) y dejar a Botín como presidente único. 'Nadie me puso como condición nada'. Rechazó también que su salida tuviera como contraprestación que el consejo ratificara a Corcóstegui en su cargo y que éste no nombrara en su lugar a otro consejero del BCH para no romper la paridad en el órgano de administración. 'Yo tampoco lo hubiera nombrado', apuntó.

Este mismo punto corroboró Corcóstegui al aclarar que en la cláusula añadida a su contrato el 16 de agosto de 2001 'no había ninguna contraprestación para nombrar a un sustituto de Amusátegui en el consejo', afirmó.

Igual de contundente fue al negar que 'me invitaran a abandonar el banco; Botín me insistió dos veces para que no me fuera'. Justificó, además, el cobro de 108,1 millones por su labor ejecutiva en 'toda su vida laboral' y señaló que 'nunca impuse mi sueldo' en ningún cargo.

Tanto él como Corcóstegui reiteraron su frente de defensa: los contratos de los pagos fueron conocidos y aprobados por el consejo, y no en secreto y no se 'blindaron' condiciones, como apuntan las acusaciones.

'Si la fusión no hubiera tenido éxito, no lo habría cobrado', dijo Amusátegui

La sesión Confesiones personales y nuevo calendario

'Me pareció excesivo inhabilitarme por diez años'El que fue ejecutivo estrella en momentos clave de la concentración bancaria de este país, Ángel Corcóstegui, dejó traslucir ayer que su retirada de la banca a los 50 años fue un trago duro de asumir. Primero insistió en que fue decisión suya jubilarse tras haber incluido una cláusula en el contrato (aprobado el 16 de agosto de 2001) para permitirle la jubilación antes de los 55 años. 'Estaba agotado', reiteró, y la presión que impone su cargo con el cierre de cuentas y otras tareas forzaron su decisión en febrero, según explicó. La retribución de su contrato (aprobado el 17 de abril de 1999) cambió entonces porque aceptó las condiciones que le propuso el comité de retribuciones: rebajar un 42% la pensión (de 175 a 108,1 millones de euros) e inhabilitarle para cargos similares en otros bancos diez años. 'Dije que diez años me parecía mucho'. A preguntas del fiscal añadió que 'lo llevé muy mal. Me pareció un coste excepcional. Me pareció correcto todo lo que me propusieron salvo eso'. En ese momento, el presidente del tribunal, Antonio Díaz Delgado, le evitó seguir con la declaración.Acelerón a la declaración de testigos y peritosTerminados los interrogatorios, el viernes comienza la declaración de testigos y peritos. El presidente del tribunal de la Audiencia Nacional que juzga a Botín, Amusátegui y Corcóstegui por presunto delito societario quiere un proceso rápido pero se alargará más allá del 14 de febrero. Por 'aluvión de casos' la agenda de hasta 28 comparecencias salta luego al lunes y martes de la semana próxima e incluso quizá al domingo. El viernes irán el secretario del consejo del SCH, Ignacio Benjumea, y del inspector del Banco de España, José María Lamamie de Clairac, que analizó los documentos de fusión del SCH, además de los ex consejeros del BCH Santiago Foncillas, Pedro Ballvé, Felipe Benjumea y Fernando de Asúa, y el ex secretario del consejo y asesor legal del BCH, Antonio de Hoyos. Si hay tiempo también testificarán el hermano de Emilio Botín y ex vicepresidente del Santander, Jaime Botín, y el consejero del grupo, Matías Rodríguez Inciarte.

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