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La fuerte demanda interna impulsa el crecimiento económico hasta el 2,6%

El crecimiento de la economía española se aceleró una décima, hasta el 2,6%, en 2004, según estimaciones del Banco de España. Se mantuvo el vigor de la demanda interna, pero empeoró el comportamiento del sector exterior. El último trimestre se cerró con un breve repunte, hasta el 2,7%.

La economía española sigue viento en popa, aunque su ritmo de aceleración actual es algo exiguo, muy lejos de las tasas cosechadas a finales de los años 90 (superiores al 4%).

Así, según estimó ayer el Banco de España (el dato oficial del INE no se conocerá hasta dentro de tres semanas), el PIB nacional creció en 2004 un 2,6%, ligeramente por encima del 2,5% del ejercicio anterior.

El país encadena, de esta forma, su undécimo ejercicio de crecimiento económico consecutivo desde la recesión de 1993. Una etapa así nunca se había conocido antes en toda la historia de la democracia. Según la entidad supervisora que dirige Jaime Caruana, en el año 2004 fue clave la elevada creación de empleo (2,1%), que 'impulsó tanto el consumo de los hogares como la demanda de vivienda'. Esta última sigue siendo fuerte, aunque con una tendencia descendente.

La demanda interna fue la gran impulsora del crecimiento, sobre todo, el consumo y los bienes de equipo

Otro aspecto relevante, 'que contribuyó también al fortalecimiento de la economía, fue la recuperación de la inversión en bienes de equipo', muy esperada en ejercicios precedentes. La industria de bienes de equipo facturó el año pasado 32.935 millones de euros, un 3,1% más que en 2003, 'gracias a la buena evolución de la demanda interna', según anunció ayer también Francisco Francés, presidente de la patronal del sector (Sercobe).

Pero la economía española también ofrece sombras. En el otro lado de la moneda se sitúa el sector exterior. La mejora de las exportaciones ha quedado ensombrecida por el fuerte repunte de las importaciones, espoleadas por el vigor de la demanda interna.

El resultado ha sido un aumento de la contribución negativa al PIB del sector exterior, que el Banco de España lo cifra 'en 1,5 puntos', frente a los 0,8 puntos de 2003. Si no fuera por el sector exterior, la economía española estaría creciendo otra vez a ritmos del 4%, como lo hizo en la década pasada.

Desde el punto de vista de la oferta, destaca la recuperación de la agricultura y de la industria, que se han unido a la 'resistencia' de la actividad constructora a abandonar su puesto como locomotora de la economía.

Cuarto trimestre, mejor

El cuarto trimestre contiene algunos rasgos diferenciales. Lo más destacable es su ritmo global de crecimiento (2,7%), una décima más que en los trimestres anteriores, conseguido gracias a una ligera recuperación del sector exterior. Ello hace concebir esperanzas sobre lo que puede pasar a lo largo de 2005. Sin embargo, esta mejora se ha conseguido por un recorte en las importaciones más que por el avance de las ventas al exterior, algo que da que pensar. El turismo también ha echado una mano.

Por otra parte, la inversión de bienes de equipo, que alcanzó su techo en el segundo y tercer trimestre, se mostró más débil en la última fase del año, prueba de que aún hay mucho que mejorar en el sector. A pesar de todo, el Gobierno es optimista. Para 2005 ha previsto que la economía española siga acelerándose hasta alcanzar un ritmo de navegación del 2,9%, una tasa considerada algo elevada por parte de los analistas. El factor clave será, una vez más, la creación de empleo y la capacidad de la economía española para que el sector exterior drene menos recursos.

Otra clave será el nivel de tipos de interés, con tendencia al alza. La deuda de las familias sigue elevándose de forma preocupante. Según el Banco de España, su crecimiento ha acabado en 2004 cercano al 20% y 'no se ven síntomas claros de desaceleración' en el precio de la vivienda, principal activo por el que los hogares se endeudan.

'Indizar el SMI reduce la flexibilidad'

El Banco de España advierte en su último informe de coyuntura que en 2005 habrá un repunte de los costes salariales como consecuencia de las cláusulas de revisión activadas. 'Mientras que en la mayoría de las economías el aumento de precios del petróleo no ha incidido sobre la evolución de los salarios, limitando sus efectos sobre la inflación, en España su incorporación a través de la mecánica de las cláusulas alentará pérdidas de competitividad', avisa.El banco reconoce que 2004 ha tenido salarios moderados. Sin embargo, con un alza del 3,7% deben considerarse elevados si se comparan con otras economías del entorno. Ello 'contribuye a mantener el diferencial de crecimiento de costes laborales con los principales competidores de los productos españoles, y afecta negativamente a su competitividad'. Para la entidad, la 'pervivencia del mecanismo de indización refuerza la inercia inflacionista de una economía, y limita su capacidad de respuesta'. Por ello, considera que la fijación de un sistema de revalorización automática para el salario mínimo (SMI) 'resultaría inapropiado', al igual que opina el vicepresidente del Gobierno Pedro Solbes. El banco cree que este sistema, junto con las fuertes subidas del SMI previstas para este año, 'envía una señal contraria a la necesidad de flexibilizar la negociación salarial', y puede inducir a subidas adicionales en los estratos cercanos al SMI, donde más empleo se ha creado en los últimos años. UGT y CC OO calificaron ayer de 'inoportunas' las opiniones del banco sobre el SMI, ahora cuando se está negociando el asunto.

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