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Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

El Presupuesto abre nueva etapa

El Consejo de Ministros dio el viernes el último empujón al proyecto de Ley de Presupuestos para el año próximo, que será presentado el próximo martes en el Congreso de los Diputados. La línea maestra de las cuentas del Estado para 2005, primeras del Gobierno que preside José Luis Rodríguez Zapatero, es la clara apuesta por el gasto social.

Este apartado crece un 9,5% respecto a 2004 y representa el 50,2% del gasto total del Estado. El presupuesto para pensiones, por ejemplo, sube un 7,15% mientras que el destinado a vivienda lo hace un 32,5%. Y ello contando con una economía que crecerá el 3% en 2005 y en la que se crearán 332.000 empleos. Mientras, el Gobierno mantiene en el 2,8% el objetivo de crecimiento para este año, aunque sospecha que se verá obligado a una corrección a la baja debido a la escalada del precio del crudo.

El modelo económico que propugna el equipo de Pedro Solbes se asienta sobre el incremento de la productividad y se proyecta, básicamente, sobre tres capítulos del Presupuesto: el gasto en I+D, que crece más del 25%; la inversión en infraestructura, el 9,2%, y el de educación, el 7,9%.

Otra de las novedades que aporta el proyecto de Presupuestos es la deflactación (descontar la inflación) de la tarifa del IRPF. No obstante, su impacto recaudatorio es mínimo, 175 millones de euros, pues no afectará ni a las deducciones ni a los mínimos exentos. Además, está en manos de las comunidades autónomas decidir si deflactan o no la parte del tributo que tienen cedido, que es el 33%.

Economía ha decidido también la actualización de las tasas, así como de los impuestos especiales que gravan el tabaco y el alcohol. La subida efectiva será del 2%, es decir, la inflación prevista. Por contra, no toca el impuesto sobre hidrocarburos, algo lógico teniendo en cuenta el castigo que el aumento de los precios del petróleo está infligiendo sobre algunos sectores económicos, especialmente el transporte y el campo.

Solbes adelantó que, más allá de la actualización de estos impuestos, su aumento podría contribuir a solucionar, en parte, el déficit sanitario que arrastran buena parte de las comunidades autónomas. Esta medida, en todo caso, no se incorporará a los Presupuestos y se negociará en el Consejo de Política Fiscal y Financiera, donde se sientan todas las regiones.

Capítulo aparte merece la eliminación de la polémica Ley de Acompañamiento. Con esta decisión se evita el cuestionable espectáculo anual de colar por la puerta de atrás importantes novedades sobre decenas de leyes en vigor con un casi inexistente debate parlamentario. Sin embargo, la desaparición de ese instrumento complica y ralentiza enormemente, desde el punto de vista jurídico, la introducción de cambios legales. Se gana en transparencia pero se pierde, tal vez, en operatividad.

El Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero afronta su primer rubicón político llevando al Congreso unos Presupuestos distintos y esperanzadores. Un proyecto con unas raíces marcadamente sociales y progresistas y con un clarísimo guiño a la tan ansiada y prometida transparencia.

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