_
_
_
_
_
Tribuna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las tribunas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

El Real Madrid y la gestión de una crisis

Pasados unos meses de la reelección de Florentino Pérez como presidente del Real Madrid, hemos podido constatar que la gestión de un equipo de fútbol es más complicada que la de cualquier empresa normal. No es buen momento de hacer un análisis exhaustivo de la temporada, pero sí puede ser buen momento para analizar la era Florentino Pérez, que se podría sintetizar en tres ejes: modernización, liderazgo e internacionalización.

La modernización del club ha sido una palanca de cambio en toda regla, los anteriores presidentes habían dejado pasar el tiempo sin darse cuenta que el tiempo estaba pasando por ellos, la impresión que transmitía el club hace cuatro años era la de un club mayor, su imagen y sus infraestructuras no correspondían a su historia.

Para modernizar hay que tener un modelo, Florentino lo llevaba muy dentro, su ideal era seguir la esencia de lo que Santiago Bernabéu había hecho en su momento, pero con las circunstancias actuales; triunfar en el campo se podría haber logrado, pero triunfar en el campo generando ilusión con buenos resultados económicos, eso otra cosa.

El equipo que preside Florentino Pérez no juega en la economía normal, sino en la economía del espectáculo, que es mucho más compleja de dirigir

Hasta el año 2000 el Real Madrid había vivido del futuro, se vendían trozos de derechos de imagen a cinco años vista, se empeñaba hasta lo último para poder seguir pagando las fichas de los jugadores,… con el nuevo modelo se comenzó a vivir del pasado para poder afrontar el futuro.

Los clubes de fútbol viven del efecto resultado, cortoplacismo es su sinónimo en el mundo empresarial, confundir los hechos con los síntomas suele ser la enfermedad, que puede ser catalogada como la enfermedad profesional de los presidentes, porque son muchos los ejemplos. Florentino Pérez vio que salir de la crisis económica sólo se conseguiría rompiendo con la bola de nieve de la deuda, a costa de una operación inmobiliaria muy jugosa, este cataclismo le permitió conseguir la estabilidad y a partir de ahí sentar las bases del modelo de negocio de Disney Madrid.

El famoso zidanes & pavones, que ha sido el mejor laboratorio de ideas futbolísticas, supuso el golpe positivo definitivo a la marca Real Madrid y a su proyección internacional. El efecto ha sido mágico, en estos momentos en cualquier lugar del mundo se sabe qué es el Real Madrid, porque se conoce bien quienes son sus estrellas.

Posiblemente en el aspecto futbolístico no haya sido la mejor idea, pero el resultado obtenido por el departamento de marketing estos años la justifica con creces. El Real Madrid no es un club normal, no juega en la economía normal, juega en la economía del espectáculo, que es mucho más compleja de dirigir.

Lo normal es que uno viva de lo que hace, en este caso el Real Madrid se dedica a jugar al fútbol, pero la gente lo que compra es entretenimiento y en cambio los mayores incrementos de ingresos se han producido de su imagen, en concreto de la esponsorización y el merchandising. Estos pilares no se hubieran conseguido mantener si no hubieran estado apoyados en unos excelentes directivos que han permitido tal aumento de los ingresos.

Solventados los cuatro primeros años de triunfos y alegrías, estos últimos seis meses han sido los más largos de la historia, de un círculo virtuoso se ha caído en un círculo vicioso, a veces con la sensación de que una crisis lleva a otra crisis. Da la sensación que estar dentro del Real Madrid genera tal presión que provoca que los ciclos de vida de los proyectos profesionales se acortan. Se cerró mal la crisis Del Bosque & Hierro, se cerró mal la crisis Queiroz , no parece que haya sustituto para Valdano,… la dimisión de Camacho.

La gestión de las crisis es una asignatura pendiente de la literatura del management, hay una serie de casos pero pocas generalidades, porque las circunstancias no tienen nada que ver unas con otras, ¿Qué hacer?

Hasta la fecha, las actuaciones de Florentino Pérez son las correctas: apoyo de la junta directiva, liderazgo del presidente dignificando la actuación de todos, la institución está por encima de las personas y un nuevo director de orquesta de la casa. Sólo hay que confiar en que los resultados relajen el ambiente, pero el aprendizaje negativo puede pasar factura.

El vestuario del Real Madrid ha dictado sentencia y eso lo sabía Camacho: Son extraña las correlaciones siguientes: sentar en el banquillo a Raúl, Beckham, Morientes y Guti, fallar un penalti, tener dos expulsados y que tus dos porteros se lesionen. El fútbol tiene sus reglas y cuando los jugadores no tienen el más mínimo interés, el entrenador se puede desgañitar, … estaba sentenciado.

Tan importante en un vestuario es saber quién va a entrar como decidir quién debe irse. Y los casos de Sanchís, Butragüeño, Michel,… son muy buenas coartadas para que en diciembre se tomen las decisiones que todo el mundo pensaba que se iban a decidir en julio.

El profesor Neale se preguntaba si un solo equipo podía fichar a los mejores del mundo. æpermil;l lo dudaba porque no tenía un buen ejemplo. Nosotros lo hemos visto. El problema no es tanto fichar a los mejores jugadores del mundo, sino tener a los mejores jugadores del mundo en forma y con ilusión. Los ciclos se acaban, lo complicado es ver los hechos, porque los síntomas ya los vimos hace seis meses.

Más información

Archivado En

_
_