La deficiente regulación frena las inversiones
Hasta cinco años pueden tardar en resolverse en España las disputas entre el operador dominante (Telefónica) y las compañías que quieren abrirse un hueco en el mercado. Esa dilatada resolución de los conflictos entre empresas competidoras es una de las principales lacras del sistema regulador de las telecomunicaciones en varios mercados europeos, según un informe publicado ayer por el Instituto Británico de Derecho Internacional y Comparado (BIICL).
La lentitud de los procedimientos juega, normalmente, a favor de la empresa dominante. Pero en un mercado único y en proceso de liberalización como el europeo, ninguna compañía sale indemne de esta situación. De hecho, el informe publicado ayer cuenta con el patrocinio de Britisth Telecom, operador dominante en el Reino Unido pero que en su proceso de expansión se topa con trabas reguladoras y normativas.
'Los retrasos y la incertidumbre causan graves daños en una industria tan cambiante y con un uso tan intensivo de capital', advierte Mads Andenas, uno de los autores del informe.
Otro estudio, recientemente publicado por ECTA (la Asociación Europea por la Competitividad en Telecomunicaciones, entre cuyos socios figuran empresas del sector que buscan nuevos mercados), detecta una relación directa entre la eficacia del sistema regulador de cada país y el nivel de inversiones en telecomunicaciones que alcanza. Un sismógrafo que sitúa en un extremo los 236 dólares per capita de inversión en el ágil mercado británico frente a los 86 dólares en el rígido mercado alemán. 'El 90% de esa diferencia puede atribuirse a la calidad del sistema regulador', advierten fuentes de ECTA.
En España, el informe del BIICL critica el riesgo de solapamiento y duplicación entre las autoridades competentes en el sector la Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones y los ministerios de Economía y de Industria y recomienda que la CMT asuma la competencia exclusiva para fijar las tarifas que afectan al sector.