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Finanzas

El presidente de BBVA vaticina fusiones bancarias tras la implantación de Basilea II

La adopción de las normas internacionales bancarias Basilea II en 2006 y las nuevas exigencias de capital para la banca darán lugar a procesos de "compras y fusiones" en el sector y también hará que muchas entidades abandonen negocios como la gestión de activos, según el presidente del BBVA, Francisco González.

En unas jornadas organizadas por la Asociación de Periodistas de Información Económica (APIE) en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP) de Santander, González aseguró que Basilea II dejará a unas entidades con excesos de capital, mientras que otras se quedarán escasas, lo que en algunos casos se traducirá en procesos de integración.

Estos serán los efectos más destacados de Basilea II a medio plazo, pero el impacto más inmediato será la elevada inversión que requiere de cada entidad para adaptarse a sus exigencias, y que en el caso de las grandes entidades, como el BBVA, González cifró entre 100 y 200 millones de euros.

Ana Botín menciona más riesgos

Por su parte, la presidenta de Banesto, Ana Patricia Botín, ha asegurado que las nuevas exigencias llevarán consigo la opción para numerosos bancos de desprenderse de sus compañías aseguradoras. Otros, en su opinión, abandonarán algunos mercados emergentes en los que no tienen una presencia significativa.

Botín explicó que la actividad aseguradora requerirá más capital tras la entrada en vigor de Basilea II, lo que hará menos atractivo este negocio para algunos como Crédit Suisse, que se ha adelantado a la regulación y se ha deshecho de su filial.

También apuntó la ejecutiva al riesgo de un abandono por parte de ciertas entidades de la gestión de activos y la intermediación de valores. Cree que para las gestoras de fondos más débiles, la solución será vender su gestora y convertirse en un supermercado que venda productos de otros, mientras que las fuertes querrán comprar filiales de otras entidades y reforzar su presencia en el negocio. El otro gran apartado será las carteras industriales, ya que al requerir más capital las entidades tenderán a ser más selectivas en sus operaciones y a invertir sólo con criterios de rentabilidad financiera, lo que se traducirá al final en que se centren más en el negocio bancario.

Por el contrario, los negocios más favorecidos por la nueva regulación serán la banca de particulares, las hipotecas, los préstamos a empresas, las tarjetas y el leasing, arrendamiento financiero con opción de compra.

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