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Moda

La cantera toma el relevo de las estrellas en Gucci

Gucci, la firma de alta costura y peletería controlada por Pinault Printemps, puso ayer fin a la era de los diseñadores estrella. Tom Ford, cabeza de la creatividad de la compañía, ha dado paso al ascenso de cuatro diseñadores de la casa: Stefano Pilati, Alessandra Facchinetti, John Ray y Frida Giannini. Los cambios también tienen como objetivo reforzar la división de moda de Yves Saint Laurent con el objetivo de competir en mejores condiciones con Chanel y Christian Dior.

Los cambios, ampliamente filtrados a la prensa durante las últimas semanas, se producen después de meses de especulaciones sobre quién iba a tomar el relevo del dream team formado por Domenico de Sole, consejero delegado de la compañía, y del afamado diseñador Tom Ford, que dejarán el cargo en abril. En ese momento, PPR, propiedad del multimillonario François Pinault, tomará el control de la compañía italiana.

La pareja Ford-De Sole ha funcionado como un reloj en la compañía. Su maridaje consiguió sacar a la compañía de la grave crisis en que se encontraba y la convirtió en uno de los más célebres casos de estudio de las escuelas de negocio.

PPR reforzará el control del grupo con la oferta que se lanzará en abril

La pareja convirtió Gucci en la tercera firma de lujo del mundo a través de un riguroso control de costes y un avanzado diseño que se ha imitado en todos los puntos del mundo.

Los nuevos fichajes afrontan ahora el reto de mantener el estilo y el éxito comercial de una marca en la que Tom Ford dijo haber puesto su sello personal, mientras el grupo se integra en PPR.

Pinault Printemps-Redoutte nunca ha explicado abiertamente el porqué de la salida de De Sole y Ford del grupo. El diseñador indicó en una reciente entrevista que el control, más allá del dinero, era la principal razón de la ruptura.

Gucci siempre ha defendido vehementemente su independencia. El principal ejemplo fue la batalla contra el gigante LVMH, primero en Bolsa y luego en los tribunales.

François Pinault apareció como el caballero blanco que salvó a la compañía italiana del propietario de Dior. Pero LVMH había impuesto una cláusula que obligaba a PPR a comprar el 30% del capital, plazo que concluye el próximo mes, poniendo fin a su presencia en las Bolsas de Amsterdam y Nueva York y a su independencia.

Stefano Pilati será ahora el director creativo de YSL, mientras Alessandra Facchinetti se convertirá en responsable del diseño de mujer de Gucci, John Ray se hará cargo del de hombre y Frida Giannini gestionará el de complementos. La ausencia de estrellas, dicen, refleja el deseo de Serge Weinberg, consejero delegado de PPR, de estrechar el control de Gucci, que siempre había disfrutado de cierto grado de independencia operativa. Fachinetti declaraba ayer: 'Es un enorme reto y un honor para mí. Siempre he querido ser una mujer Gucci'.

Después del pánico inicial producido por el anuncio de la salida de Ford y De Sole de la compañía, los inversores han sido más pragmáticos y han preferido pensar en que se inicia una nueva etapa en Gucci. Las acciones se han visto fundamentalmente afectadas por la inminencia de la oferta de compra de PPR, que se realizará a un precio de 85,52 dólares por título. PPR pagará unos 2.500 millones de dólares si todos los accionistas acuden a la oferta. Siempre ha dicho que no tiene ningún interés en la totalidad de Gucci.

La aventura de un tejano en Milán

Tom Ford escenificó su salida el domingo con un glamouroso desfile destinado a relanzar Yves Saint Laurent. Ovaciones, pétalos de rosas lloviendo desde el techo... La última colección de Tom Ford para Gucci, presentada el pasado 25 de febrero, se convirtió en una marcha triunfal para el diseñador tejano coincidiendo con el clímax emocional de los desfiles de moda otoño/invierno 2004/2005 de Milán.'Estoy muy conmovido, pero intento controlar mis emociones. Gucci es una parte de mi vida', dijo Ford tras el desfile, visiblemente afectado por la acogida.En el show de despedida, rodeado de una gran expectación, el modisto quiso rendir homenaje a sus primeras colecciones, olvidando años de excesos con vestidos largos de noche en raso, con un aire de los cuarenta, ajustados y abiertos por el flanco. Faldas estrechas, cinturones anchos y zapatos altos, acompañados de cuellos de zorro, pantalones de encaje transparente o chaquetas de grandes solapas que imitan el esmoquin, desfilaron ante un público entregado. El fin de fiesta llegó con las lágrimas del homenajeado y la larga ovación que le dedicó el público. De momento no se sabe cuál será su nuevo destino a partir del próximo abril.

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