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Tribuna
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El esfuerzo de los candidatos a la Unión

La Comisión Europea ha publicado recientemente su informe sobre el grado de cumplimiento de las leyes europeas por parte de los países candidatos a integrarse en la UE. En sus conclusiones se subraya que no se han encontrado grandes sorpresas ni imprevistos relevantes. La prensa española destacó, con marcado acento negativo, los resultados de un informe que sólo pretende enumerar aquellos aspectos en los que todavía quedan cosas por hacer, y que la misma Comisión considera que queda tiempo suficiente para resolverlos.

La transición por la que han pasado la mayoría de los países candidatos merece un profundo reconocimiento por parte de los actuales Estados miembros. Pese a recibir poca ayuda financiera, los países candidatos han logrado, en muy pocos años, transformar sus economías, al mismo tiempo que sus sociedades se iban adaptando al sistema democrático. Estos países han llevado a cabo una completa modernización estructural y una integración internacional de sus economías y sociedades. Para ello han tenido que enfrentarse a muchos problemas.

El problema fundamental, para la mayoría fue enfrentarse a una economía ineficiente en claro declive. Además, tuvieron que abordar la falta de capital e iniciativa para desarrollar un sector privado, la existencia de grandes monopolios estatales ineficientes y terriblemente burocráticos, la falta de infraestructuras y la poca innovación tecnológica, así como la falta de un sistema bancario moderno y de un mercado de productos financieros. Y todo ello en una coyuntura económica internacional que no pasaba por su mejor momento.

En este difícil entorno, los países candidatos han tenido además que incorporar a su legislación el actual acervo comunitario es decir, el conjunto de leyes vigentes en la UE mucho más extenso hoy que el que tuvieron que asumir los países que se adhirieron en etapas anteriores.

A pesar de estas dificultades, los países candidatos conseguían culminar las negociaciones de adhesión en diciembre de 2002. Sin embargo, ello no significaba que, en ese momento o en abril del 2003, fecha de la firma del acuerdo de adhesión, los países candidatos estuvieran en disposición de cumplir el acquis comunitario. Quedaba un año por delante.

La Comisión, como 'guardiana de los tratados', tiene la responsabilidad de hacer el seguimiento continuo del grado de cumplimiento de los compromisos adquiridos por los Estados miembros. Y el compromiso adquirido por los países candidatos es el de aplicar desde el primer día de la adhesión, exceptuando aquellos temas para los que se han establecido períodos transitorios, la totalidad del acquis.

El informe de la Comisión alerta sobre algunos retrasos en su preparación para formar parte del club europeo. Retrasos que se concentran en la modernización de las Administraciones públicas, el control de las fronteras exteriores de la UE, y, especialmente, en la legislación sobre el mercado interior y el reparto de las ayudas europeas. Temas importantes, desde luego, pero que en caso de incumplimiento la Comisión podría establecer 'cláusulas de salvaguarda' temporales que protegieran al resto de socios.

En definitiva, en vez de recurrir al alarmismo debería valorarse con admiración el camino recorrido por los nuevos socios, con los que vamos a convivir en paz y libertad a partir de mayo 2004.

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