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Emisiones

Las compañías refuerzan sus opiniones con una batería de cifras

El compromiso firmado por el Gobierno español de incrementar las emisiones de gases contaminantes un 15% hasta 2012 respecto a los emitidos en 1990 ha quedado desfasado. En muchos sectores se critica la precipitación con la que el Ejecutivo alcanzó este acuerdo, en plena fase de crecimiento. En una reciente intervención en el Club Español de la Energía, el consejero delegado de Endesa, Rafael Miranda, recordaba en este sentido que el PIB español ha crecido un 36% en términos constantes entre 1990 y 2002. 'El resultado de esta evolución', señaló, 'es que en 2001 las emisiones de gases relacionados con el efecto invernadero en nuestro país se situaron un 32% por encima de las existentes en 1990'.

Miranda se alineaba con las tesis de los que sostienen que debía haberse negociado en términos de PIB y no una reducción lineal.

Para cumplir con Kioto será necesaria, según Miranda, una reducción de emisiones por unidad de PIB de un 40% hasta 2012, 'algo irrealizable', o comprar a los países comunitarios derechos de emisión por un valor de 1.500 a 3.000 millones de euros anuales, 'lo que supondría devolver a algunos países una parte esencial de los fondos estructurales'.

Endesa asegura que en emisiones España está por debajo de la media europea

La empresa que preside Manuel Pizarro, con un alto porcentaje de su generación basada en el carbón, señala que España está por debajo de la media europea en cuanto a emisiones de gases con efecto invernadero per cápita en 2001.

Sin negar la necesidad de que se apliquen nuevas tecnologías para evitar el impacto sobre la atmósfera del carbón (como su gasificación o las tecnologías que permitan secuestrar el CO2) Endesa y sus aliadas en la batalla (Fenosa y Cantábrico) siguen abogando por un mix de producción en el que se conjuguen todas las fuentes actuales de energía, porque todas individualmente tienen sus limitaciones: el gas, la dependencia exterior, que puede llegar al 70%; la hidráulica, su volatilidad; la nuclear, el evidente freno de cualquier nuevo programa, y las renovables, porque sólo pueden ser consideradas como energías complementarias.

En defensa de sus argumentos frente a los de Iberdrola, que defiende la sustitución del carbón por centrales de ciclo combinado, en Endesa aseguran que el carbón representó en 2002 el 41% de la producción eléctrica y el coste variable de producción del kW/hora con carbón nacional es un 30% inferior al de una central de ciclo combinado. Además, que los precios del carbón importado son más estables que los del gas, con oscilaciones el año pasado del 22% y del 83%, respectivamente.

Discrepancias

El planteamiento de Iberdrola es, en ciertos aspectos, radicalmente distinto. En su opinión, es posible cumplir la directiva sobre emisiones explotando las fuentes autóctonas, como el agua y la energía nuclear (que no emiten gases invernadero) y el carbón nacional. Sin embargo, habría que prescindir del carbón de importación, cuyo precio se ha duplicado de 25 a 50 dólares por tonelada.

Además, de tener que importar (carbón, fuel o gas), Iberdrola alega al Plan Energético Nacional que hace una clara apuesta por los ciclos combinados a gas. En este sentido, la compañía propugna, sobre el balance energético de 2002, en el que el carbón supuso un 36%, que éste se reduzca al 10% en 2010 y que los ciclos combinados pasen del 2% al 34%.

'Nosotros hemos hecho nuestros deberes', señala un portavoz de Iberdrola, 'y mientras Endesa ha apostado por Latinoamérica, Iberdrola ha construido la mitad de ciclos combinados que se han construido en España y tenemos la mejor posición en el mercado liberalizado'. En cualquier caso, reconoce que todo está abierto y no se oponen 'a la búsqueda de un consenso'.

DIRECTIVA: Las empresas se enfrentan a fuertes sanciones

La directiva sobre emisiones establece que cada instalación tenga asignados unos derechos al principio de cada año y que al final del mismo presente ante la autoridad nacional tantos derechos como emisiones. Las instalaciones que necesiten cubrir el exceso pueden comprarlo en el Mercado Europeo de Derechos de Emisiones, en el que los venderán las que tengan sobrantes por haber realizado mejoras tecnológicas o cambio de combustible. Las plantas nuevas no tendrán estos derechosCada Estado miembro debe realizar un plan nacional de asignación para el periodo 2005-2007. Las sanciones serán de 40 euros por tonelada de C02 excedida y de 100 euros por tonelada para el periodo 2008-2012.

Un acuerdo que afecta a ocho sectores

La UE ratificó en abril de 2002 el Protocolo de Kioto de 1997, que contiene una serie de medidas para que los países desarrollados reduzcan las emisiones de los principales gases con efecto invernadero, en principio el CO2, en un 5,2% entre 2008 y 2012 respecto a 1990. La UE se comprometió a reducirlas un 8% en ese periodo y, dentro de ese compromiso, España, como país en crecimiento, podría aumentarlas un 15%.Este acuerdo se materializó en la directiva aprobada en octubre, que afecta a los sectores eléctrico, petrolero, cemento, cal, siderurgia, vidrio, cerámica y papel.

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