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Lealtad, 1
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

Snow frente a Greenspan

Snow, de nombre John, a la sazón secretario del Tesoro de Estados Unidos, no tiene mucha mano izquierda. Sus colaboradores están acostumbrados a redactar autodesmentidos al hilo de declaraciones hechas fuera de tono o sacadas de contexto, según se mire. En cualquier caso, y aunque los comerciantes de expectativas pueden haber salido ganando frente a su predecesor O'Neill Snow no sabe mover los hilos como el maestro Greenspan.

Así, la semana pasada dijo que esperaba que los tipos de interés suban el año que viene como consecuencia de una economía en expansión, y que la Reserva Federal no dudaría en endurecer su política aun en año electoral. Provocó un terremoto de pequeña magnitud en los mercados de bonos y tanto el propio departamento del Tesoro como la Casa Blanca tuvieron que afirmar que solamente estaba señalando la típica relación entre los tipos y la economía.

Se puede discutir la política seguida por Snow en temas como el déficit fiscal o algunos aspectos de comercio exterior. Pero lo que dijo hace dos fines de semana es lógica pura y dura. Si la economía se recupera, los tipos de interés no pueden estar en el 1% porque, con toda seguridad, los tipos reales (descontando la inflación) serán negativos, y a medio plazo este fenómeno conduciría el país a una burbuja financiera explosiva. Pero esto sólo si la economía se recupera.

Hoy, con toda seguridad, veremos un ejercicio de todo lo contrario. A no ser que Alan Greenspan cambie el discurso de las últimas reuniones, vendrá a decir que la economía está bien encaminada pero que al tiempo es necesario regalar el dinero. Y los mismos operadores consultados que aseguraron no entender por qué Snow dijo lo que dijo -que sea verdad es secundario- estirarán las piernas en sus mesas de negociación, tranquilos al ver que todo cobra sentido.

¿Quién es más loco, el loco o el que sigue al loco? El doctor Greenspan administra la medicina y, al tiempo, niega la enfermedad. Mientras le funcione, seguirá haciéndolo. El problema es que la situación es insostenible a todas luces. De forma coyuntural se puede mantener la tesis de Greenspan, pero no a medio plazo.

Esto no es, en sí mismo, ningún problema. Pero si el mercado persiste en su convicción de que es lo normal puede llevarse alguna que otra sorpresa. Si nos creemos la recuperación, perfecto. Pero si no lo hacemos no tiene sentido que nos rasguemos las vestiduras porque suban los tipos largos. Y si nos quejamos de Snow puede ser que, entre nosotros, tampoco nos la creamos tanto.

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