Despedir y rejuvenecer
La indemnización media por despido abonada por las empresas en 2003 se acerca ya a los 10.000 euros, lo que supone un avance de casi un 50% sobre lo pagado en 2000. Este fuerte crecimiento de las cuantías de las rescisiones (55 días por año de servicio parece ser muy habitual) es imputable a dos cosas: la salida cada vez más numerosa de plantillas envejecidas, aprovechando la manga ancha de la autoridad laboral sobre prejubilaciones, y tesorerías saneadas.
Las empresas no contratan si no necesitan hacerlo. Pero la disposición al ajuste de plantilla es siempre más flexible, sobre todo si a cambio se dispone de mecanismos para recomponer los recursos humanos con más juventud, más formación, más disposición física al desempeño y menos coste laboral. La inspección debe vigilar este fenómeno de rotación para, al menos, impedir que salida y entrada en el mercado laboral estén en parte financiadas por la Seguridad Social.