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Latinoamérica

Telefónica descarta inyectar fondos adicionales en la filial argentina

Cuando Deloitte & Touche emitió su informe semestral sobre los resultados de Telefónica de Argentina su conclusión fue clara: la viabilidad y solvencia de la empresa están en entredicho. Y la compañía no lo negó. Ella misma reconoció una quiebra patrimonial de 760 millones de dólares (174 millones menos después del último canje de deuda realizado en agosto) procedente del desfase entre los pasivos y los activos en moneda extranjera.

Ante esta tesitura, Telefónica de Argentina planteó dos posibilidades de salvación. Una pasa por continuar con la política de aplazar el pago de la deuda según los plazos van venciendo. La otra, que Telefónica acuda al rescate. En el momento de emitir su informe de cierre del primer semestre de este año ambas opciones eran posibles. La filial argentina decía desconocer la actitud que adoptaría la matriz. Ahora ya lo sabe.

El consejero delegado de Telefónica, Fernando Abril-Martorell, descartó ayer que la operadora vaya a inyectar fondos en su participada. Pero no porque la vayan a dejar morir. Simplemente 'no es necesario', ya que la compañía puede sobrevivir con la política de reestructuración de deuda. Desde que estalló la crisis, Telefónica de Argentina ha aplazado ya tres veces el pago de los pasivos en vencimiento y ha conseguido alargar el plazo de la deuda a la espera de que la situación en el país y en el patrimonio vuelva a la normalidad.

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Pese a esta negativa, la posición de Telefónica sobre Argentina es clara: 'No hay dudas de que vamos a permanecer allí', explicó Abril después de su intervención en el curso de telecomunicaciones de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo. Y su apuesta, continuó el ejecutivo, se ha traducido en un flujo millonario de inversiones e inyecciones de fondos desde que llegaron al país hasta el momento en que el Gobierno decretó la pesificación de la economía y rompió la paridad con el dólar.

Los problemas argentinos representan el final de una carrera plagada de obstáculos en los últimos años, no sólo en el país austral sino en toda Latinoamérica. La luz, sin embargo, ya se ve al final del túnel. 'La crisis parece haber tocado fondo', en palabras de Abril. La mejora del tipo de cambio es ya una realidad, y su impacto positivo es mayor en cada trimestre que pasa. También está ayudando la recuperación del dólar. Todo ello tendrá un fiel reflejo en los ingresos del tercer trimestre, aseguró el ejecutivo, que se verá potenciado por las medidas de ahorro de costes y eficiencia que ha implantado la compañía.

'Nos hemos preparado para crecer en Latinoamérica en cuanto llegue la recuperación'. La mejora también proviene de la propia reactivación de las economías de la zona y a ello se une el más positivo escenario tarifario. En Brasil ya se ha conseguido una subida superior al 18% y en Argentina las conversaciones con el Gobierno deberían concluir, antes o después, en un alza de precios que restablezca parte del equilibrio que rompió la Ley de Emergencia Económica y que Telefónica considera vital para la buena marcha de su filial.

El pesado fardo de la compañía

Como consejero delegado de la primera empresa de telefonía del país, Fernando Abril-Martorell no pudo evitar referirse a la polémica de la semana: la subida de la cuota y las compensaciones del Gobierno. Fue tajante: 'Estamos llevando en solitario una carga que no nos corresponde'. Y se refería a varias cosas.En primer lugar, al servicio universal, que debería ser compartido por el resto de los operadores. Y, también, al reequilibrio tarifario. La subida de la cuota es, en su opinión, una herencia de seis años de inactividad. 'Bruselas dictaminó que las tarifas debían reequilibrarse antes de la liberalización y aquí no se hizo. La subida actual de la cuota no es más que el final de un proceso que debería haber terminado hace tiempo'.Tampoco es de recibo trasladar al sector las mejoras de eficiencia que consigue la compañía, aseguró el consejero delegado, apoyando así las declaraciones del día anterior de Julio Linares, presidente de Telefónica de España. Y por ello es vital que la contabilidad de costes que utiliza la Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones (CMT) para fijar las tarifas de interconexión contemple el gasto en el que se incurre con los despidos. Si el ahorro de costes por la regulación de empleo se repercute en los rivales vía mejores precios de interconexión no se habrá avanzado nada y en cinco años se estará en el punto de partida.Abril-Martorell considera que no se le está pidiendo al Gobierno nada que no sea lógico y accesible. En otros países, la situación es más flagrante, añadió. Citó el caso de Francia, que ha inyectado 9.000 millones de euros en France Télécom. 'Nosotros no competimos en Francia, así que nos da lo mismo, pero las filiales de France Télécom sí están aquí. Y el dinero que invierten y con el que compiten procede de fondos públicos, y luego encima presentan quejas y quieren mejoras de la regulación. Esto sí es una quiebra de la competencia', sentenció.

Compras selectivas

Fernando Abril-Martorell no desveló ayer ningún cambio trascendente en la política de crecimiento de Telefónica. Móviles y Latinoamérica serán las bases de las mejoras de ingresos porque en el horizonte no se aprecia ninguna compra de calado. La estrategia, por tanto, sigue centrada en las compras selectivas y la mejora operativa. El mejor ejemplo de lo que hace Telefónica está en la compra de la operadora celular brasileña TCO, una compañía con tres millones de usuarios y con muy buenas ratios de rentabilidad. Así seguirán las cosas. 'Siempre hemos mostrado nuestra disposición a hacer compras selectivas', explicó Abril-Martorell. 'Si vemos algo que nos complemente, lo compraremos'.Fue en este contexto donde el consejero delegado realizó su afirmación más optimista. El ejecutivo considera que el sector ha tocado fondo, 'tanto en la Bolsa como en la actividad'. Y eso encaja perfectamente en los planes de Telefónica, porque una reactivación de las telecomunicaciones servirá para 'propiciar operaciones corporativas'.Ya de cara a los accionistas, Abril rehusó confirmar si la operadora complementará el año que viene el dividendo con la amortización de acciones, aunque no lo descartó. La puerta sigue abierta, lo que pasa es que todavía no se ha tomado la decisión.

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