_
_
_
_
_
Lealtad, 1

Parece que la ola de calor remite

Junio se ha despedido con una climatología atípica. Las temperaturas han sido inusuales y figuran ya en los anales de la historia. Cuentan los expertos en medicina que los seres humanos somos especialmente sensibles a los cambios drásticos de temperatura, de tal modo que modifican nuestros usos, hábitos y costumbres. La agresividad, por ejemplo, aflora con frecuencia. De ahí la secuencia de malos tratos y el aumento de las depresiones.

Quienes siguen muy de cerca los movimientos de las Bolsas, los que operan al instante, aluden en sus comentarios recientes al impacto que ha tenido la ola de calor en el ánimo de los inversores, analistas y agitadores.

Los observadores más fríos señalan que en las últimas semanas se ha generalizado la pérdida de rumbo y orientación. Han abundado los espejismos, de tal modo que los mercados se han agarrado, con frecuencia, a indicadores de tercera división y han despreciado las referencias de la liga de campeones. ¿Por qué? Porque se ha tratado de cerrar el primer semestre del año con alzas suficientes para mantener encedida la llama del mercado. El primer semestre nunca debe ser extrapolado al conjunto del ejercicio. Los gestores, empero, sí lo aprovechan para tranquilizar a una clientela que sólo ha conocido varapalos desde marzo de 2000. Incluso se ha aireado un posible cambio de tendencia una vez que el rebote iniciado una semana antes de la guerra de Irak ha sido el más largo y fructífero de los desarrollados desde el estallido de la burbuja de los valores tecnológicos.

La ola de calor ha remitido en los últimos días y julio ha amanecido con una fuerte caída de la temperatura ambiental. Hay quien sospecha que este cambio súbito también afectará al ánimo de los bolsistas y que poco a poco volverá a imponerse la cordura. Entre otras cosas, porque las cuentas no salen, ni en lo macro ni en lo micro.

Más información

Archivado En

_
_