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Política monetaria

Las grandes economías europeas esperan que el BCE baje tipos para eludir la recesión

La mayoría de los analistas estiman que la bajada de tipos será de 0,5 puntos, hasta el 2%, un nivel histórico desconocido en la zona. Pero no llueve a gusto de todos. La bajada del precio del dinero perjudica a países como Irlanda y Grecia con problemas inflacionistas. En España, perjudicará el ahorro de las familias, pero mejorará el volumen de exportaciones.

Fuerte apreciación del euro, caída de las expectativas inflacionistas y estancamiento en las principales locomotoras de la economía europea. Todos los factores se conjugan a favor de una rebaja de tipos por parte del Banco Central Europeo (BCE), con la única discrepancia entre los analistas sobre el alcance de la bajada. La mayoría de los expertos confían en que el banco baje hoy los tipos medio punto, hasta el 2%, a un nivel nunca visto en los tres años de corta historia de la Unión Monetaria. Los menos creen que limitará el recorte a 25 puntos básicos, dejando los tipos centrales en el 2,25%, para volver a bajarlos otro tanto después del verano.

Si se toma la referencia académica que define la recesión técnica como dos trimestres consecutivos de contracción del PIB, seis países, que representan el 80,71% de la producción de la zona euro, se encuentran al borde de la recesión, al haber registrado al menos un trimestre de contracción del PIB. Son Alemania, Austria, Francia, Holanda, Italia y Portugal.

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En sentido estricto, sólo Holanda se encuentra en recesión, al caer su PIB un 0,2% y un 0,3% en el cuarto trimestre de 2002 y el primer trimestre de 2003, respectivamente. En ese periodo, la economía de la zona euro ha crecido un 0,1% y un 0% en tasas intertrimestrales, respectivamente, lo que revela el estancamiento que afecta a toda la economía europea.

'Todo apunta a que la zona registrará otro crecimiento cero en el segundo trimestre', afirmaba ayer Goldman Sachs, a la vista de la decepcionante evolución del sector industrial en la zona.

Así las cosas, los expertos coinciden en la necesidad de una rebaja de tipos por parte del BCE para reanimar a la economía europea. Más ahora que las expectativas de inflación están bajo control.

El BCE, a diferencia de la Reserva Federal de Estados Unidos, tiene como mandato principal el control de los precios, que en abril se situaron en el 2,1% para el conjunto de la eurozona, y en mayo se frenaron hasta el 1,9%, según estimaciones preliminares de Eurostat. Hay notables diferencias entre sus miembros. Alemania se encuentra próxima a la deflación (1%). Junto a Austria (1,2%) y Finlandia (1,3%), cuenta con los niveles más bajos de inflación mientras que Irlanda (4,6%), Portugal (3,7%), Grecia (3,3%) y España (3,2%) se sitúan a la cabeza del crecimiento de los precios.

La entidad bancaria ha revisado recientemente su estrategia y el objetivo de precios ha pasado de ser 'inferior al 2%' a situarse 'alrededor del 2%'. Este pequeño matiz le permite ser más flexible con la política monetaria, en un momento en el que las perspectivas de precios son claramente a la baja, gracias a la atonía de la economía y a la fortaleza de la divisa común.

Impacto comercial

En términos comerciales, el euro ha caído un 3,5% desde principios de mayo, un 6% desde marzo y un 12% desde diciembre. Credit Suisse First Boston estima que una subida del euro del 7% en términos comerciales tiene el mismo impacto sobre el PIB que una subida de tipos de un punto.

Alemania es la economía más afectada por la apreciación del euro dado que el 57% de sus exportaciones se dirigen a países de fuera de la zona euro. Además, su baja inflación le lleva a soportar el tipo de interés real más alto de toda la zona euro. Según Goldman Sachs, las condiciones financieras que soporta Alemania son las más duras desde 1999, mientras que para el resto de la zona euro son las más relajadas de su historia. El índice se elabora teniendo en cuenta el tipo de cambio, la inflación y los tipos de interés.

Dicho lo dicho, el Banco Central Europeo cuenta con una recuperación general de la zona euro, tras el nuevo recorte de tipos. Según sus propios cálculos toda variación de un punto porcentual (100 puntos básicos) en los tipos de interés provocará una variación de un punto de PIB en dos años (0,34 puntos, en el primero, y 0,71 puntos, en el segundo).

La autoridad monetaria con sede en Fráncfort es consciente, no obstante, de que una variación en el precio oficial del dinero afecta de forma desigual a los países integrantes de la unión monetaria, según se encuentren en fase de expansión o desaceleración.

Berlín, en el punto de mira

En Alemania, por ejemplo, la incidencia de una variación de tipos (ya sea subida o bajada) sobre su producción industrial es mucho mayor que se produciría en otros países como Bélgica, Holanda o España.

Los cambios afectan, además, de forma diferente a los distintos sectores. Los ligados a bienes duraderos, como bienes de inversión y construcción, responden con mayor intensidad a variaciones en la política monetaria, al poder diferir su compra con mayor facilidad.

El BCE cuenta con que la rebaja de tipos beneficie sobre todo a Alemania, Francia e Italia, países básicos para la recuperación de la zona euro, y en donde se conjugan un bajo crecimiento con una inflación controlada. Grecia e Irlanda son la otra cara de la moneda. Una bajada de tipos les ocasionará problemas de control de precios.

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