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Pedro Mielgo

'Pueden pasar muchísimas cosas en el sector eléctrico'

Es protagonista de una de las ofertas de acciones más esperadas del año. El proceso para la venta de un 28% de REE se pondrá en marcha en los próximos días. Pedro Mielgo se felicita de la buena evolución del valor en Bolsa, anuncia mejoras en los resultados y promete mantener una elevada retribución al accionista

No parece amigo de llamar la atención, sino de la eficacia de lo discreto, pero de nuevo le toca ser estrella en la Bolsa. Este ingeniero industrial de 57 años preside Red Eléctrica Española, la compañía que opera el sistema eléctrico y de la que se prepara una nueva colocación de acciones. Un 28% del capital de REE, valorado en más de 400 millones de euros, será sacado al parqué por Endesa, Iberdrola, Unión Fenosa e Hidrocantábrico, obligadas por ley a reducir su participación del 10% al 3% cada una. Asesora la operación Merrill Lynch y los bancos colocadores serán Citigroup, BBVA y Santander. Mielgo analiza la operación en espera de sus detalles.

Pregunta. Las eléctricas reducen su peso en la compañía. ¿Esto le deja a usted y su equipo más margen de maniobra?

Respuesta. En absoluto. Nuestra actividad está muy regulada y la ley dice que la gestión debe ser independiente en el desarrollo de sus funciones. Todos los accionistas lo han respetado. No creo que haya grandes diferencias.

'Ahora la filial de telecomunicaciones no aporta valor ni lo detrae. No estaremos en el negocio minorista, pero estamos acudiendo a concursos importantes''El endeudamiento ha alcanzado un máximo y ya está descendiendo mes tras mes. æpermil;ste es un negocio de perfil sólido'

P. La oferta pública de venta (OPV) por un 28% del capital se había anunciado para antes del verano, que está ya aquí encima. ¿En qué momento se encuentra la colocación?

R. La decisión está en manos de las empresas. Debe haber alguna decisión pronto porque, efectivamente, si se quiere lanzar la oferta antes del verano hay que decidir ya ciertas cuestiones, como un calendario y la estructura de la operación. Si en lugar de antes del verano fuera después también convendría saberlo para ir preparando el terreno. Creo que las empresas tomarán una decisión muy rápidamente.

P. ¿Acaso se cruzó en sus planes la opa de Gas Natural sobre Iberdrola? ¿O sólo se estaba esperando un momento mejor del mercado, dada la inestabilidad reciente?

R. Esto es una operación independiente, que tiene un plazo legal para llevarse a cabo. Y el mercado para Red Eléctrica no está mal.

P. ¿Es previsible la entrada de algún nuevo accionista significativo a través de esta colocación?

R. Accionistas de referencia han sido SEPI Sociedad Estatal de Participaciones Industriales desde 1999 y las empresas eléctricas, que son las fundadoras de Red Eléctrica en 1985. Con una participación limitada al 3% van a entrar accionistas interesados. Cualquiera que tome un 3% es un buen accionista para REE.

P. ¿Podrían participar otros actores del mercado energético españoles o extranjeros?

R. La ley no se lo prohíbe. Podrían entrar perfectamente, siempre que se respete el límite del 3% directo e indirecto.

P. Salvo que tengan capital público, porque en ese caso el Gobierno les veta.

R. El Tratado de la UE no distingue entre capital público y privado al hablar de circulación de capitales, pero es un hecho que países como España han manifestado una preocupación seria y realista porque esta no discriminación da lugar a que empresas públicas tengan ventajas y haya una asimetría de reciprocidad en la adquisición de acciones o posiciones en el mercado. El criterio debería ser la reciprocidad.

P. Las eléctricas tienen que reducir su presencia en el consejo. ¿Qué cambios habrá en este órgano?

R. Lógicamente la reducción de la presencia de los accionistas eléctricos debería dar lugar a un aumento del peso relativo de los consejeros independientes. No hemos hablado aún del asunto, tenemos tiempo, pero está en la mesa.

P. Se anuncia que el número de consejeros baja a 13.

R. En 1985, cuando se crea Red Eléctrica, el sector estaba menos concentrado y había 11 empresas eléctricas accionistas. Cuando esto cambia y la compañía sale a Bolsa en 1999, la compañía tiene dos opciones: un consejo amplio y una comisión ejecutiva, o un consejo pequeño y más ejecutivo en sí mismo. Elegimos esta opción porque para este tipo de empresa es más que suficiente. Y ahora confirmamos que esa dirección es la más conveniente.

P. ¿Va a introducir cambios en las normas de gobierno para recoger las propuestas de la Comisión Aldama?

R. Ya hemos introducido uno, la regulación del comité de auditoría, órgano que ya teníamos pero estaba regulado en el reglamento del consejo y no en los estatutos, como exige la ley de reforma del sistema financiero. Tenemos previsto tocar otros temas, lo que se hará a lo largo del año, probablemente cuando la OPV tenga lugar y haya una nueva estructura accionarial, para adecuar las normas al máximo. Reforzaremos el control de los conflictos de intereses y volveremos a hablar de funcionamiento de la junta general para dar más capacidad de acceso y participación a los accionistas. Tocaremos otros temas de funcionamiento interno en la dirección de la eficacia y la transparencia.

P. Tras la OPV el capital flotante pasará del 31,5% al 59,5%, lo que en teoría le situaría más expuesto al mercado, pero su actividad está fuertemente regulada y ningún accionista puede tomar más del 3%. Parece un blindaje insalvable.

R. Para el tipo de actividad que tenemos la ley ya da una protección que no es un blindaje. Yo creo que hay una protección a la función que realiza REE y no a la empresa. La limitación accionarial al 3% tiene por objeto asegurar la independencia de REE en las funciones que desarrolla en el sistema eléctrico. Estas limitaciones también existen en otros países y no es comparable a un blindaje ni a una acción de oro.

P. Precisamente la acción de oro ha sido abolida por el Tribunal de la UE. ¿Se plantearía algo así en REE ante una eventual privatización?

R. Ni tenemos noticias de semejante plan ni es el momento de tratarlo, porque la SEPI tiene una participación importante que puede disminuir a partir del año que viene.

P. ¿Ve REE como empresa totalmente privada?

R. Somos privados en un 72%. Si se cumplen las previsiones de la ley, SEPI se quedará en algún momento con un 10%. Y creo que con un 90% privado no se puede decir que seamos una empresa pública. No hay ninguna obligatoriedad, pero lo lógico, con el espíritu de la ley del sector eléctrico, es que SEPI termine quedándose con ese 10%. Que el Estado tenga interés en mantener una presencia en una empresa que realiza una función como la nuestra es comprensible, aunque no es el único modelo que existe.

P. La acción gana más del 11% en el año y un 33% desde su salida a Bolsa en 1999, pese al declive del mercado. Se ve como un valor defensivo por su elevada rentabilidad por dividendo, superior al 4,5%. ¿Cuál va a ser su política de retribución al accionista en los próximos años?

R. La política que venimos siguiendo desde 1999 es dar una rentabilidad atractiva y asegurada a largo plazo. Hemos mantenido en los últimos años un pay out porcentaje del beneficio que se destina al dividendo alto, entre el 65% y el 70%, uno de los más altos de la Bolsa y del Ibex. Nuestra política para los próximos años es mantener ese atractivo no aumentando el pay out, que ya está alto, sino asegurando un aumento razonable del dividendo.

P. ¿Cómo será el cierre de este ejercicio en cuanto a ventas y beneficios?

R. Tenemos dos efectos por la incorporación de nuevos activos. En primer lugar, un aumento de ingresos de 600 millones de euros, es decir, en torno a un 40%, sin contar los intercambios internacionales de energía que nos dejan poco margen. Segundo, hay un incremento de resultado por las economías de escala. La adquisición de activos aumenta los gastos financieros y la deuda, pero nos permite economizar desde el primer momento y dar resultados mejores sin haber ampliado capital. A corto plazo tenemos una reducción inmediata de costes unitarios. A medio plazo, con mejoras internas de sistemas e instalación, lo que hacemos es que esa mejora va creciendo a lo largo de los próximos años. Para este año el aumento del beneficio neto será de dos dígitos, en la línea del primer trimestre cuando creció un 14%.

P. ¿Cuál es el futuro de Albura, la filial de telecomunicaciones, que perdió más de 20 millones el pasado? ¿Es una víctima de la euforia tecnológica en los años de la burbuja?

R. Teníamos previsto que tuviera pérdidas. Habíamos hecho hipótesis muy duras, por lo que no es un resultado que nos haya cogido desprevenidos. El futuro de esta empresa está en operar una red muy capaz, de calidad, para operadores y grandes clientes en el negocio de transporte de capacidad. No estamos ni vamos a estar en el negocio minorista. La previsión es que este año el resultado sea negativo pero mejor que el del año pasado y se vaya acercando al equilibrio los próximos años. Dependerá de la evolución de la demanda. La demanda en este negocio, tras el parón que tuvo el año pasado, se está recuperando. Están llegando concursos muy importantes a los que estamos acudiendo. Hay que esperar un poco.

P. ¿Cuál es el concurso más importante para la filial?

R. Hemos conseguido hace unos meses el contrato de la red Iris, que conecta las universidades españolas y está completa y funcionando. Y nos hemos presentado al concurso del Ministerio de Defensa en los paquetes que nos interesan. No queremos dar telefonía, pero sí datos. Hay otros concursos que están a la vista y para los que nos estamos preparando, también en las administraciones públicas.

P. Entre los concursos pendientes figura la adjudicación de la red televisiva de Retevisión Audiovisual, a la que han acudido a través de uno de los consorcios.

R. Estamos pendientes de la decisión que tome Auna, que ha manifestado que resolverá en breve.

P. ¿Debe afrontar la compañía alguna carga extraordinaria por pérdida de valor del negocio de telecomunicaciones?

R. Como es un negocio que aporta pequeño volumen en comparación con la matriz, la valoración del mercado y de la mayoría de los analistas está siendo cero. No aporta valor ni lo detrae. En comparación con el tamaño del negocio eléctrico su aportación es muy pequeña.

P. ¿Se está avanzando hacia el fin de la isla eléctrica que es España? La mejora de la interconexión con Francia marcha con retraso.

R. España siempre ha sido una península, casi una isla. Eso le ocurre también a otros países periféricos, como Grecia e Italia, e incluso a Reino Unido, que sí es una isla. Con Francia tenemos una capacidad de interconexión que nos gustaría que fuera mayor, lo que requiere construir nuevas líneas. Existen acuerdos a nivel político y de las empresas para construir una nueva línea de aquí a 2006 que aumentará la capacidad de intercambio hasta los 2.600 megavatios. En dos años ya hemos subido desde los 900 a 1.400 megavatios con proyectos de mejora de líneas. Tendremos esa nueva línea y otra más a largo plazo, en cuya definición se está trabajando ya conjuntamente pero no está definido el trazado, que nos debería permitir llegar a 4.000 megavatios en el año 2009. Eso más la capacidad de conexión que tenemos con Portugal y con Marruecos. Con Portugal hay cuatro proyectos, tres de refuerzo de las líneas existentes. En tres o cuatro años habremos duplicado la capacidad de interconexión con Portugal pasando de 700 a 1.400 megavatios. Con Marruecos también estamos trabajando para instalar un segundo circuito, que permitiría más que duplicar la capacidad, pasar de 300 a 700 megavatios. España ya es menos isla de lo que era.

P. El Gobierno deja claro que quiere seguir ejerciendo una fuerte vigilancia sobre el sector eléctrico. Algunos directivos se quejan de que es imposible cualquier concentración para tener empresas de tamaño europeo o mundial.

R. Qué duda cabe de que el tamaño es una variable importante, sobre todo mirando las cosas a escala europea. En España ha habido un proceso de adaptación, a mi juicio ejemplar, al nuevo campo liberalizado. Ha habido adquisiciones, entrada de empresas extranjeras aquí y en otros países, y ese proceso no ha terminado. Es muy difícil predecir si las empresas españolas van a tener más o menos presencia en Europa o si otras empresas europeas van a tener más o menos presencia en España. A escala europea no ha terminado la concentración.

P. Pero desde el Gobierno se ha bloqueado cualquier intento de fusión entre las empresas españolas.

R. Lo único que hemos visto en los últimos años son dos o tres casos concretos, no hemos visto mucho más. Hay muchas posibilidades de ganar tamaño en España y en Europa y sobre eso es muy difícil dar reglas o hacer previsiones. En otros países se han producido fusiones o adquisiciones inesperadas. Pueden pasar muchísimas cosas.

P. Tras una etapa de importantes cambios regulatorios, ¿es la hora de dar cierta estabilidad a la industria?

R. En un sector en el que la regulación es nueva, y no hay un ciclo de experiencia, es lógico que se produzcan decisiones que no beneficien a todos por igual. Dicho esto, en España la regulación ha ido en una línea de más prudencia que en otros países. En países como Estados Unidos han corrido mucho y luego se han frenado en seco, y eso es peor para las empresas y para los consumidores. En España se han tomado algunas decisiones muy importantes en la dirección correcta: la metodología tarifaria, que da estabilidad al sector; la posibilidad que todo el mundo tiene derecho a elegir suministrador, que se ha acelerado sin ningún problema técnico. Muchos países no pueden decir lo mismo.

Pregunta. Las últimas compras de activos, por las que incorporó redes de Endesa y Unión Fenosa, han disparado el endeudamiento de REE a 2.200 millones de euros, una cifra que ha llamado la atención a los analistas y que ha penalizado su calificación de riesgo crediticio.

Respuesta. Nosotros tenemos las mejores calificaciones de Europa en el sector eléctrico, después únicamente de aquellas compañías que tienen garantía del Estado. Eso no es una penalización. Standard & Poor's nos ha mantenido el rating después de la operación. Moody's la ha bajado un poco, pero estamos en los mejores niveles de Europa.

P. ¿Cómo se va a reducir esa deuda?

R. Este tipo de negocio, como otros semejantes de redes, son generadores muy fuertes de flujo de caja, lo que permite atender el ritmo de inversión previsto y reducir el endeudamiento progresivamente. De hecho, el endeudamiento ha alcanzado su máximo histórico, pero ya está descendiendo mes tras mes. Por otra parte, veamos a algunas de nuestras empresas comparables, como la británica National Grid, que antes de su fusión con Lattice tenía el mismo endeudamiento, medido en apalancamiento porcentaje de los recursos propios, o más que nosotros y nadie se asustó. Este tipo de negocios tiene un perfil más sólido en el que el riesgo financiero no se valora igual que en un mercado más liberalizado o expuesto al mercado. Esto es una actividad regulada en régimen de monopolio.

P. ¿A qué ritmo se rebajará la deuda?

R. Entre un punto y dos anuales en términos de apalancamiento, dependiendo del ritmo de inversión. Ahora estamos en un 71%.

P. ¿Prevé operaciones de refinanciación?

R. A finales del año pasado suscribimos un crédito puente y tenemos todo el año para refinanciarlo. Lo que estamos diseñando es una operación mixta con una línea de crédito importante a largo plazo y otros instrumentos, como bonos. En conjunto van a ser 1.500 millones de euros. Lo que estamos diseñando es la estructura.

P. REE tiene un 84% de la red nacional. ¿Adquirirá el resto aunque suponga más endeudamiento?

R. El otro 15% lo tenemos en copropiedad con CVC a través de Redalta. Tenemos un 25% de esa sociedad, que compró los activos de Iberdrola por 784 millones. Tenemos una opción de compra del 75% restante.Una fórmula fija el precio de compra, que lo actualiza por debajo del IPC. Dependerá de cómo estemos en el momento de ejercer la opción, pero no va a aumentar el apalancamiento.

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