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Elecciones 2003

PP y PSOE se la juegan en Madrid

Los españoles saben que con su voto no se para una guerra, pero sí que una vez que se ha votado no vale arrepentirse', dice Pío García Escudero. El máximo dirigente del PP en Madrid y estratega de la campaña popular busca minimizar el efecto electoral de Irak. Pero el conflicto bélico ha sido la gota que desborda un mal año para el PP. 'A la huelga general siguieron errores como la boda de la hija de Aznar, la gestión del Prestige o la guerra', insiste Julián Santamaría, cercano al PSOE y buen conocedor de las campañas electorales.

Todo ello puede pasar factura a los populares el domingo. 'Cuando se vota no sólo se valora al candidato, también cuenta la actuación de otras personas del partido, como el presidente del Gobierno', aclara José Luis Sanchís, uno de los mayores expertos en campañas electorales en España.

En medio de este escenario, Madrid es 'el espejo donde las sirenas se van a mirar', como dice Joaquín Leguina, diputado del PSOE. 'Los cambios en las elecciones municipales y en las grandes ciudades son el anticipo de los resultados de las generales. Por tanto, si ganase el PSOE en Madrid tendría las puertas abiertas para las próximas legislativas. Eso es lo que convierte al ayuntamiento en algo tan importante', resume Sanchís.

Joaquín Leguina asegura que Zapatero les sugirió a él y a Javier Solana que no se presentaran a las primarias para dejar vía libre a Trinidad Jiménez

Madrid es por tanto la fortaleza. Si cambia el bastón municipal tras 12 años en poder del PP con tres mayorías absolutas, los ciudadanos tendrán la sensación de que es posible que se abra una nueva etapa política en España. Por tanto, PSOE y PP se la juegan en Madrid.

Inés Sabanés, número uno en la lista de IU al ayuntamiento, resalta esta confrontación. 'Estas municipales coinciden con la cercanía de unas generales donde se intuye el cambio. Los partidos mayoritarios han hecho apuestas muy fuertes y estos comicios parecen más unas primarias de las generales que unas municipales'.

La duda es qué partido arriesga más. García Escudero, a pesar de reconocer la importancia de Madrid para el PP, considera que es peor para la oposición. 'Zapatero le da más importancia, como lo demuestra la designación de Trinidad Jiménez en contra de la propia FSM. La sorpresa fue cuando se encontró con que el candidato del PP era Alberto Ruiz-Gallardón. A partir de entonces Zapatero ha matizado la importancia del ayuntamiento'. Visión distinta dan en el PSOE. 'La designación de Gallardón demuestra el valor que los populares otorgan a Madrid', declara Manuel López, número dos de la oficina electoral de Trinidad Jiménez.

Abstención

Los indecisos decidirán el color del consistorio. Las encuestas apuntan que el resultado está muy abierto. Se puede decantar del lado popular o del lado de la coalición, implícita que no explícita, del PSOE e Izquierda Unida. 'No pactaré con el Partido Popular. Aclarado esto, no es bueno tener acuerdos previos', matiza Sabanés.

En las municipales de 1995, que precedieron la llegada de Aznar a La Moncloa un año más tarde, en el municipio votaron 1.760.000 personas, con una abstención del 28,79%. En aquellos comicios el PP cosechó 973.000 papeletas. Cuatro años más tarde, en las últimas municipales, la abstención subió al 39,96% y votaron 300.0000 madrileños menos. Al PP le costó 175.000 votos.

La posibilidad de atraer a estos votantes es la baza que ambos partidos han jugado de forma distinta. El PP, desgastado por su política nacional, intenta convencer a los ciudadanos de que lo que se juegan es la buena gestión y eficacia de sus ayuntamientos. Por su parte, el PSOE busca el rédito al deterioro del PP.

Santamaría explica qué mueve a los abstencionistas a votar: 'La gente acude más a las urnas cuando cree que el resultado es incierto y le preocupa que gane uno por encima del otro. El voto joven, ahora cercano al PSOE, puede movilizarse', aclara.

La transcendencia de Madrid no ha pasado inadvertida para Aznar y Zapatero. Ante tal magnitud, los órganos regionales madrileños han quedado en segundo plano y la elección del candidato ha correspondido a los máximos dirigentes nacionales. Aznar ha prescindido de Álvarez del Manzano. 'La sociedad madrileña es muy ágil y cambiante, muy inquieta y tenemos que darle contestación con un nuevo equipo de gobierno', explica García Escudero. Porque, aclara, 'estamos especialmente interesados en seguir gobernando en Madrid'.

Una fuente, que prefiere el anonimato, relata cómo Gallardón le contó la conversación que mantuvo con José María Aznar: 'Me llamó y me dijo que según las encuestas que había realizado el partido yo salía mucho mejor colocado que Álvarez del Manzano y me propuso ser el candidato. Lo único que me pidió es que si no aceptaba no contase a nadie que me lo había ofrecido'.

En el PSOE también dan a Madrid una gran relevancia. La designación de Trinidad Jiménez como candidata fue no sólo apadrinada por Zapatero, sino, como se dice en el partido, impuesta. 'La apuesta por Trini es valiente, supone una decisión fuerte por la renovación, por el nuevo proyecto del PSOE', declara Manuel López. Como reconoció a Leguina el propio Zapatero, 'la designación de la candidata ha sido una apuesta personal mía'.

En el PSOE no se oculta la importancia que Trinidad tiene para la ejecutiva nacional. Algunos detalles son esclarecedores. La oficina electoral del candidato a la Comunidad de Madrid, Rafael Simancas, está ubicada en la sede de la FSM, mientras que la de Trinidad Jiménez está en la calle Ferraz, a unas cuantas manzanas de la sede nacional. Y el personal que trabaja con Trinidad proviene de la ejecutiva nacional, no de la FSM.

Fuentes socialistas declaran que la imposición de Jiménez a la FSM se compensó con la total libertad por parte de la regional para designar candidato y confeccionar las listas para la comunidad. Además, la federación madrileña se ha repartido los puestos a la lista del ayuntamiento excepto seis reservados a Trinidad.

Manuel López rechaza que Zapatero haya impuesto a la candidata, aunque reconoce que en los primeros momentos la FSM se opuso a la designación. Insiste en que fue elegida en unas primarias a las que no se presentó ningún oponente. Sin embargo, al ayuntamiento le salieron otros novios. Leguina fue uno de los postulados. 'Cuando comuniqué a Zapatero mi decisión de presentarme a las primarias, me dijo que el proyecto del partido era otro y me insinuó que no concurriera', reconoce Leguina a este diario. Y también desvela que cuando la FSM propuso a Javier Solana como candidato por Madrid, Zapatero hizo saber a Mr. Pesc que el partido ya tenía candidata. Tanto Leguina como Solana dejaron expedito el camino a Trinidad Jiménez.

Pero en el PSOE dicen que Zapatero corre sus riesgos. Si Trini pierde, alguien puede pedirle cuentas por desperdiciar la posibilidad de arrebatar Madrid a un Partido Popular que vive sus horas más bajas desde 1996.

El PP y el PSOE tienen mucho que ganar, y que perder, en Madrid.

'No se atreverán a señalar a los especuladores'

La campaña ha variado según el partido. Cada uno se ha centrado en aspectos distintos para atraer a los madrileños.Leguina tiene muy claro en qué se habría centrado: 'En lo que peor ha funcionado en Madrid, el urbanismo. Es catastrófico que el suelo de los Pau, aun sin urbanizar, se haya multiplicado por siete u ocho', dice. Pero matiza: 'No sé si la oposición (incluido el PSOE) se atreverá a señalar la especulación, porque los dueños actuales del suelo son muy poderosos, incluidos los grandes bancos'. Y aclara: 'Me he jugado una cena con Alfredo Pérez Rubalcaba coordinador de la campaña de Trinidad Jiménez a que no van a citar nombres de personas o empresas relacionadas con la especulación del suelo en Madrid'.García Escudero resalta la gestión y la buena imagen para los madrileños de Ruiz-Gallardón. En el PSOE son conscientes de ello. 'Hay que reconocer que ha hecho bien las grandes obras de infraestructura, pero ha fallado en la gestión del día a día', declara Manuel López.Sabanés insiste en la necesidad de descentralizar la ciudad. 'Ahora es un gobierno con grupos de intereses económicos. Hay que buscar alianzas sociales, culturales, universitarias..., para definir qué ciudad queremos', declara.

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