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Guerra Irak/Reconstrucción

EE UU prepara ya el protectorado de transición

El día 20 de enero, el presidente George Bush creó el puesto de jefe de la Oficina del Pentágono para la Reconstrucción y Asistencia Humanitaria en Irak. Fue uno de los pasos dados cuando todavía se mantenía un duro debate en Naciones Unidas sobre si lanzar o no la ofensiva militar. La misión del jefe de esta oficina es la administración civil de Irak, desde la educación hasta la seguridad, pasando por el sistema sanitario, durante el periodo que dure la transición de la época posbélica a un Gobierno iraquí.

Al frente militar de esta etapa de protectorado estará el general que ha liderado las operaciones de guerra, Tommy Franks, pero las labores civiles se ejercerán por el ex general y ex empresario Jay Garner, quien de forma efectiva estará al frente de un país en posguerra y con 24 millones de habitantes.

El trabajo de Garner se resume en recomponer las piezas del país que quede tras la batalla y comenzar una reconstrucción, además de dar los pasos necesarios para que se forme una autoridad iraquí que se haga cargo del Gobierno de Irak. La dureza de esta misión va a depender del curso de la guerra pero de momento se va tomando nota del error de cálculo que ha supuesto pensar que los iraquíes iban a recibir con los brazos abiertos a los que se dan en llamar 'libertadores'.

Garner está en Kuwait desde poco antes de que el presidente diera a Sadam Husein su televisado ultimátum el 17 de marzo. Podría haber reclutado ya a casi 100 expatriados iraquíes para montar una básica Administración en las tres provincias en las que dividirá el país. Algunos de estos opositores representantes de grupos étnicos, políticos y religiosos tendría un papel consultivo.

Con muchos de los planes del Gobierno de transición aún por dibujar, en la Administración aún no hay una idea clara del papel que tienen que desarrollar los iraquíes en el proceso de transición.

Iraquíes

Cada vez suena con más insistencia para un alto puesto el nombre del líder del Congreso Nacional Iraquí, Ahmed Chalabi, un político que durante años ha estado ganándose las simpatías de las autoridades americanas. De hecho, tiene las del vicepresidente Dick Cheney que espera que a Chalabi se le dé un papel de relevancia.

En el Departamento de Estado creen que su concurso no sería una buena señal para la resistencia iraquí a Sadam, que ha aguantado la represión del régimen y erosionaría la credibilidad de las intenciones estadounidenses.

El problema de la división de la riqueza natural del país es uno de los asuntos que más ampollas puede levantar. Un artículo del 29 de enero de The Wall Street Jornal aseguraba que las fuerzas de Estados Unidos 'podrían encontrarse que el derecho internacional les daría un amplio margen de maniobra en el control de los campos de petróleo del país'. Este artículo señala que hay ciertas cortapisas porque según la convención de La Haya de 1907 hay algunas líneas maestras en esta gestión de riqueza mineral como que la propiedad de los recursos debe seguir siendo de los nativos de la tierra en la que se encuentra. Se interpreta además que los ingresos de los recursos deben destinarse a beneficio del país o los costes de ocupación.

Y eso es lo que dice que quiere el Gobierno Bush, pagar parte de los gastos que tengan y la reconstrucción del país con el dinero proveniente de este petróleo. Desde algunos foros, como el Consejo de Relaciones Externas, se duda de que esto sea factible porque a pesar de que el Gobierno ya está licitando algunas de las fases primarias de ayuda y reconstrucción del país (entre sus empresas), no se espera que la capacidad petrolera se restablezca en menos de tres años.

Esto plantearía un problema para el Gobierno de Bush, que contaría con el apoyo de pocos aliados fuertes económicamente con los que compartir el gasto de 20.000 millones que se calcula para la reconstrucción. Hasta ahora, y a diferencia de Afganistán, donde hay una administración y coordinación de la ONU en el conflicto, no se plantea ningún papel relevante para este organismo internacional.

No hay consenso total en la gestión post-Sadam. Según la ley internacional, la ONU no puede trabajar en un país bajo ocupación militar como estará Irak si la guerra sigue el curso planteado por Washington. Aunque la ONU puede ofrecer ayuda humanitaria de emergencia, está prohibida una colaboración a largo plazo sin la aprobación del Consejo de Seguridad.

Uno de los diplomáticos de la ONU aseguraban que en cuanto a la ayuda humanitaria, se está dispuesto a ayudar, pero cuando se trata de reconstrucción, 'no podemos convertirnos en subcontratas del Gobierno americano, sino que debemos estar autorizados por el Consejo de Seguridad'.

Y eso es todo un reto porque, dadas como están las cosas, los que se opusieron a la guerra quieren participar de la reconstrucción del país sin legitimar los planes de Bush ni antes ni después de la contienda. Vuelve a ser tiempo de diplomacia.

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