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Cartera

El BBVA vincula su permanencia en las participadas a una rentabilidad del 10,5%

El BBVA ha dado un giro a su estrategia empresarial. La nueva apuesta, que implica volver a los orígenes, se orienta a los proyectos empresariales. 'El objetivo es participar en el capital de empresas de tamaño medio para financiarlas, ayudarlas en su desarrollo para que éste sea más acelerado, y posteriormente sacarlas a Bolsa', asegura un alto directivo del banco. 'Se persigue conseguir una alta rentabilidad sin participar en la gestión de estas empresas', añade.

Este cambio de criterio ha provocado un giro en su apuesta por las grandes participaciones industriales, que poco a poco van perdiendo peso en la nueva estructura del grupo, al buscar más la rentabilidad que la influencia en un determinado sector. Aunque los primeros signos de esta cambio estratégico ya empezaron a percibirse el año pasado cuando Francisco González -menos proclive que sus antecesores a contar con un importante grupo industrial- asumió la presidencia única, ha sido este año cuando el banco ha sentado las bases concretas de este cambio de criterio.

La última remodelación de la cúpula de la entidad del pasado 9 de enero, en la que se produjo la reducción de las áreas de negocio de seis a tres, dió el impulso definitivo a la nueva política de la entidad, tanto en su concepción del negocio bancario como en la de su política empresarial. Las participaciones industriales se segmentan en dos unidades. Las inversiones en empresas industriales cotizadas en telecomunicaciones (Telefónica y sociedades vinculadas como Sogecable y Terra) y energía (Repsol, Gas Natural, e Iberdrola y Endesa) quedan bajo la dirección financiera, cuyo responsable es Manuel González Cid, hombre de confianza de González. El resto de sus empresas participadas, incluida Iberia, se encuentra en la nueva unidad de proyectos empresariales e inmobiliarios, dirigida por Francisco Estévez.

El fin último del banco es utilizar sus inversiones 'de forma más eficiente', tal y como reconoció el banquero en la presentación de resultados correspondiente a 2002, realizada el pasado 30 de enero. El coste de capital ajustado al riesgo de la inversión es el baremo por el que tiene que pasar toda la cartera de inversión del BBVA, 'sin excepciones', señalan fuentes del banco.

El retorno de rentabilidad que estas inversiones tienen que reportar a la entidad se ha fijado para este año en un mínimo del 10,5%, 'aunque no es una foto fija de un solo ejercicio', explican las mismas fuentes. También afirman que todas las participaciones industriales del banco tienen que pasar por este criterio, incluidas las inversiones consideradas tradicionalmente por el grupo como estratégicas, caso de Repsol, Iberdrola, Telefónica o Endesa, aunque en esta última su participación no llega al 3% (tiene el 2,97%) y por lo tanto no consolida por puesta en equivalencia.

Sólo existe una excepción, Telefónica. A pesar de que el criterio de rentabilidad que se busca es el mismo, incluso para la operadora, los acuerdos establecidos con la empresa que preside César Alierta, que incluyen el desarrollo de más de 30 proyectos, avalan el concepto de estratégica de esta participación en la que el BBVA tiene una posición de control del 6,53%, tras haber incrementado su inversión un 0,47% en 2002 aprovechando los bajos precios de la Bolsa del último año.

Hay que recordar que de todas sus participaciones industriales con la única que tiene un cruce accionarial es precisamente con Telefónica, compañía, además, que cuenta con un consejero en el BBVA.

En el caso de Repsol YPF y de sus empresas vinculadas, caso de Gas Natural, o de Iberdrola, hay que añadir al criterio de rentabilidad otro condicionante ante una posible venta: las negociaciones deben pasar por el filtro de los accionistas de referencia de las compañías.

Altos directivos del BBVA mantienen que el grupo 'no ha colgado el cartel de se vende en ninguna de nuestras participaciones industriales'. Pero reconocen que 'no hay prisa por vender. Pero si se presenta una oferta atractiva, se vende', y como ejemplo citan la venta que realizó el banco el pasado año de la inmobiliaria Metrovacesa, segunda en el ranking español de su sector, y por la que obtuvo unos ingresos de 547 millones de euros.

Fuentes del banco aclaran que las grandes inversiones consideradas tradicionales en la cartera del BBVA no son tales. Su procedencia data de los años 90, mientras que las inversiones en proyectos empresariales se encuentran en los orígenes del banco.

El grupo aumenta su presencia en Iberia, Iberdrola y Telefónica

En 2002 la cartera del BBVA experimentó varios cambios, todos explicados bajo la premisa de la búsqueda de la rentabilidad. æpermil;ste es el caso de la venta de Acesa, Metrovacesa o la reducción de su participación en Acerinox, que ha pasado del 13,81% al 9,69% al cierre del año. Además, en esta última compañía se ha reducido considerablemente el porcentaje de capital que considera 'con criterios de permanencia' -sólo el 5,01%-. Otra participación que ha perdido peso ha sido Repsol, donde el banco ha vendido en 2002 un 0,19%, para controlar el 8,15%. La participación que considera de permanencia continúa, sin embargo, en el 8,08%.Llama la atención el cambio de criterio sobre la participación en la industria alavesa Vidrala. Con el 17,19% de su capital, tras haber vendido un 0,28% el pasado año, el BBVA ha eliminado cualquier porcentaje considerado con carácter de permanencia. Un año antes controlaba el 17,47% de Vidrala, del que el 17,03% tenía el cartel de permanente. Sus participaciones en Iberia, Iberdrola, Telefónica y Gamesa han experimentado el efecto contrario. El BBVA ha subido un 2,11% su participación en Iberia en la que controla el 9,41%. Además, ha incluido el concepto de participación 'con criterios de permanencia' al 7,3% del capital de esta compañía, algo que no figuraba un año antes. En Iberdrola controla el 9,14%, tras haber comprado un 0,54%. Pero a pesar de este aumento, ha rebajado un 1,75% la consideración de posición permanente situada ahora en el 6,39% (8,14% un año antes). En Telefónica ha subido un 0,47%, al controlar el 6,53%, del que el 5,28% es considerado permanente. De Gamesa ha adquirido un 0,91% más, hasta el 19,80% y ha incluido el 18,89% como permanente.

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