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Coyuntura

Alemania avisa que una guerra pondría fin a la incipiente recuperación europea

Finalmente, el Gobierno alemán no ha tenido más remedio que revisar a la baja sus previsiones de crecimiento para 2003, aunque mantiene su objetivo de reducir el déficit público. Wolfgang Clement, ministro alemán de Economía, confirmó ayer lo que muchos ya esperaban y afirmó que el PIB germano crecerá este año sólo un 1%, frente al 1,5% pronosticado en otoño.

Alemania creció el pasado ejercicio un raquítico 0,2%, muy por debajo de las expectativas iniciales, debido, principalmente, al descenso de la inversión y del consumo. En cuanto al paro, el ministro señaló que la tasa media de desempleo durante el presente año llegará a los 4,2 millones de personas, un 10% de la población activa, más de lo previsto anteriormente y también ligeramente por encima de las cifras de 2002.

Pese al descenso de las cifras de crecimiento, Clement afirmó que 'partiendo de las condiciones actuales' el Ejecutivo estará en condiciones de reducir el déficit público por debajo del 3% del PIB, como impone Bruselas. El ministro, sin embargo, fue cauteloso y añadió que toda medida para recortar el déficit deberá adaptarse a la situación económica y, por tanto, 'ser flexible'.

Alemania ya superó los límites fijados en el Pacto de Estabilidad en 2002 y un nuevo incumplimiento no sólo hipotecaría su crecimiento económico futuro, sino que podría acarrearle sanciones económicas por parte de la Comisión. Junto al objetivo de contención presupuestaria, el Gobierno alemán quiere lograr que el crecimiento económico 'tenga efectos positivos sobre el desempleo' y hacer de este ejercicio 'el año de las reformas estructurales' que permitan al país salir del 'círculo vicioso' en el que se encuentra. Los expertos insisten en que la economía alemana necesita profundos cambios sobre todo en el sistema laboral, excesivamente rígido para la creación de empleo.

El aumento de la presión fiscal y las contribuciones sociales introducidos este año han sido necesarios para no cargar aún más a las arcas públicas, pero, a su vez, han frenado el consumo y perjudicado a la recuperación económica.

Las nuevas previsiones del Gobierno no tienen en cuenta la posibilidad de una guerra en Irak. Clement explicó a los periodistas que las consecuencias económicas del conflicto 'no son calculables' a la hora de hacer previsiones y que, en cualquier caso, él aún confía en una solución pacífica.

Clement, que precisó que en los pronósticos revisados de crecimiento económico del Gobierno no se tienen en cuenta los posibles efectos de una guerra en Irak, señaló que espera que no se produzca al final un conflicto militar, justo ahora que comienzan a verse 'las primeras luces' de recuperación en la locomotora de la zona euro.

'Actualmente los indicadores económicos parecen mostrar las primeras luces de recuperación de la actividad', dijo Clement, refiriéndose al incremento de los pedidos industriales y la producción industrial de noviembre.

El Gobierno alemán estima que la situación económica mejorará con el transcurso de los meses, sobre todo en el segundo semestre del año, tal como ya habían apuntado con anterioridad los institutos alemanes de coyuntura.

Al igual que en 2002, el sector exterior será la tabla de salvación de la economía germana. Según Clement, las exportaciones aumentarán este ejercicio un 4,5%, frente al incremento del 2,9% del pasado año. Las ventas al exterior suponen un tercio del PIB alemán y en el último ejercicio evitaron que la economía entrara en recesión. En este sentido, el ministro negó que el Gobierno esté preocupado por el efecto sobre las exportaciones de la subida del euro, que durante 2002 ha ganado un 26% frente al dólar.

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