La próxima liberalización eléctrica
La cercana liberalización plena del sector de la energía en España y posterior en Europa lleva a los actuales operadores a plantearse una cuestión fundamental: ¿somos lo suficientemente grandes como para competir en el mercado europeo?
La experiencia en otros países demuestra que la apertura del mercado conlleva un proceso de fuertes movimientos de internacionalización y consolidación, empujados por factores como las nuevas tecnologías, la creciente globalización de la economía, la necesidad de penetrar en nuevos mercados, la paulatina desregulación en diferentes países y la presión de los mercados de capital.
En este escenario, los grupos eléctricos se están viendo obligados a adaptar sus estructuras a las nuevas condiciones: de operar en un mercado regional deben pasar a hacerlo en uno europeo o global; de competir en un mercado cerrado, se enfrentan ahora a múltiples competidores; de la tradicional organización jerárquica, evolucionan hacia políticas basadas en las relaciones y las alianzas; y, por último, su característica integración vertical deja de ser operativa en un marco que requiere organizaciones y estructuras flexibles, centradas exclusivamente en su core business.
La liberalización del sector requiere una fuerte adaptación de las compañías, tanto en su estructura, como en su tamaño, su cartera de servicios y su manera de relacionarse con los clientes. Eso significa también un nuevo enfoque en los negocios -generación, distribución y transporte, y comercialización-.
El mercado español puede resultar atractivo para nuevos operadores por las posibilidades que existen de crecimiento, por encima del 3% frente al 0,5% del mercado alemán, por ejemplo.
Dejando de lado las normas que rijan el sector, el éxito de la liberalización va a depender de cómo se comporte el usuario español: ¿estará dispuesto a cambiar de compañía?, ¿renegociará los términos de su contrato?, ¿demandará un proveedor único para gas y electricidad? La experiencia en otros sectores como las telecomunicaciones sugiere que podría haber un 20% de usuarios dispuesta al cambio.
Las posibilidades que se abren a los ojos de los actuales líderes del mercado para consolidar su posición son múltiples, en función de los objetivos:
Integración: para lograr mayor poder en el mercado y una cuota de mercado adicional
Internacionalización: mayor poder de mercado y crecimiento potencial
Transformación en proveedor total de servicios: maximizar el valor para el cliente y retención de usuarios
Reducción de costes/reestructuración de su cartera de servicios: mayor competitividad y liberar recursos.
En el caso de las compañías de tamaño medio, las opciones se orientan más por el camino de la cooperación con otras empresas, debido a la insuficiencia de sus economías de escala y a su limitado poder financiero, y a la innovación. Independientemente del tamaño, las compañías deben empezar a prepararse para el futuro. Los objetivos son claros:
Empezar cuanto antes con una estrategia clara y consistente, puesto que la liberalización aumenta la competencia.
Incrementar la eficiencia incluso cuando los beneficios siguen creciendo. La experiencia en otros mercados confirma que la liberalización tiende a bajar los precios.
Mejorar las relaciones con los clientes. Los competidores innovadores están esperando el momento de arrebatar usuarios a los operadores tradicionales que no sepan retenerlos antes de que se abra completamente el mercado.
El desarrollo de normas claras orientadas hacia el negocio.
Ser realistas en el diseño de la oferta de productos y servicios.