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Empleo

El BCE urge a flexibilizar los salarios y modernizar los convenios en la zona euro

Los avances logrados en materia de empleo en los países de la zona euro 'siguen siendo insuficientes' y 'la puesta en marcha de reformas estructurales no ha estado en consonancia con la magnitud de los problemas existentes en los mercados de trabajo'.

Esta es la principal conclusión que extraen los técnicos del Banco Central Europeo (BCE) tras analizar, en su boletín de noviembre, la composición del empleo que se ha creado en los últimos seis años y compararlo con la anterior etapa expansiva en la segunda mitad de los años ochenta.

El banco explica que entre 1996 y 2001 el ciclo expansivo de la económía se tradujo en un significativo crecimiento del empleo, que se situó en un avance medio de la ocupación del 1,5% anual. Este volumen de creación de empleo sólo es comparable con el de la segunda mitad de los años ochenta, cuando éste crecía un 1,4%. Sin embargo, el análisis del Banco Central señala que en los pasados seis años el crecimiento del empleo en relación con el producto interior bruto (PIB) tuvo más peso (el 0,6%), que a finales de los años ochenta (0,4%).

A la luz de estos datos, los técnicos del BCE admiten que este tirón del empleo se ha producido gracias a las reformas llevadas a cabo en los Doce, particularmente algunas mejoras en la ayuda a los parados para encontrar empleo, así como el endurecimiento de las condiciones para cobrar las prestaciones por desempleo, entre otras.

Todas estas reformas se han aplicado en mayor o menor grado en los países de la zona euro, pero el BCE cree que son insuficientes para lograr los objetivos de empleo fijados en la Cumbre de Lisboa (alcanzar una tasa de ocupación del 67% en 2005 y del 70% en 2010, desde el 62% actual).

Por ello, el BCE insta a los gobiernos de los Doce a que acometan nuevas reformas orientadas a modernizar la negociación colectiva -primar los convenios de empresa sobre los de sector, vinculando más el salario a la productividad-; seguir endureciendo el acceso al seguro de paro y desincentivar más las jubilaciones anticipadas.

Según este documento, las prestaciones por desempleo desincentivan la búsqueda de empleo del parado, por lo que se recomienda que las reformas sigan incrementando las exigencias para el cobro de este seguro.

Asimismo, aunque el banco admite que las reformas de la protección social en general (pensiones) 'van en la dirección correcta', indican que en la mayoría de los casos 'no han tenido el alcance suficiente' para frenar las prejubilaciones.

Otra de las reformas que aconseja el BCE para impulsar el crecimiento es la orientada a fomentar el empleo autónomo, cuya contribución a la creación de empleo ha sido 'muy reducida' entre 1996 y 2001. Por ello critica que 'la normativa de la zona euro siga poniendo impedimentos considerables a la creación de nuevas empresas' y reclama que se eliminen estas barreras.

El 'milagro' del empleo en España desde la crisis de 1993

Desde 1997, el empleo en España -ya sea medido con las afiliaciones a la Seguridad Social o con la encuesta de población activa- crece a tasas superiores a las que aumenta el producto interior bruto (PIB). Teóricamente esto sólo podría suponer una cosa: que disminuye la productividad -con mayor número de trabajadores se crea menos producto-. Sin embargo, en la práctica esto no es lo que está ocurriendo, ni mucho menos. Los empresarios son los primeros en afirmar tajantemente que la empresa no contrata si no lo necesita. 'En sectores como las telecomunicaciones, que pueden despedir, hay ganancia de productividad', dicen fuentes patronales. Este diario ha consultado a varios expertos para que expliquen este fenómeno atípico. Fabián Márquez, experto laboral de la CEOE, considera que este aumento del empleo por encima del PIB es enteramente atribuible a la afloración de empleo sumergido durante esta etapa expansiva. No obstante, la mayoría de ellos creen que, aunque sí en parte, no todo puede deberse a dicha afloración de empleos. Miguel Ángel García, técnico del gabinete confederal de CC OO, considera que la explicación fundamental está en que se mide mal el PIB, está muy infravalorado. En su opinión, el producto interior bruto real es muy superior al que reflejan las cifras de Contabilidad Nacional, debido a las bolsas de economía sumergida y a la mala medición estadística de los excedentes empresariales. José Ignacio Pérez Infante, profesor asociado de mercado de trabajo de la Universidad Carlos III, considera que si no hay pérdidas de productividad es porque se refleja más empleo que el que realmente hay y esto se combina con escasísimos crecimientos de la productividad. Pérez Infante atribuye este último hecho a la posibilidad de contratar temporalmente que tuvieron las empresas después de 1993 para recuperarse de la crisis. Este tipo de empleo, que en los últimos años ha sido ocupado en gran parte por inmigrantes en sectores de bajo valor añadido (como la hostelería), tiene productividades más bajas. Fuentes del Gobierno lo explican porque desde 1997 se liberó coste laboral por el abaratamiento del despido y coste financiero por la rebaja de tipos y ello se ha invertido en la creación de empleo.

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