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Ferrocarril

Renfe aplaza la comercialización del AVE a Lleida por las dudas sobre el fin de la obra

La tradicional venta anticipada de billetes 60 días antes de la fecha del viaje no está disponible en el caso de los servicios ferroviarios que permitirá la nueva línea de alta velocidad Madrid-Lleida, que supone el primer tramo de la futura infraestructura AVE entre Madrid y Barcelona.

Renfe seguía ofreciendo ayer en sus taquillas, en su sistema de venta telefónica y en su página web para el mes de enero de 2003 el servicio ferroviario actual, que tarda siete horas entre Madrid y Barcelona; tres entre Madrid y Zaragoza, y cinco entre Madrid y Lleida.

Esta situación entra en contradicción con las intenciones de Fomento, cuyo secretario de Estado, Benigno Blanco, volvió a 'garantizar' ayer en el Senado que en diciembre 'estarán finalizadas las obras que permitan poner en explotación el tramo Madrid-Lleida'.

El motivo que, de forma extraoficial, alegan los técnicos de Renfe para justificar que a día de ayer todavía no exista venta anticipada de los nuevos servicios es que no tienen información oficial fidedigna sobre los parámetros de funcionamiento de la línea, que se está rematando estos días en una carrera contrarreloj.

En concreto, Renfe no dispone de los estándares de velocidad definitivos que tendrá el trayecto, ni cuenta por tanto con una programación firme de los tiempos de viaje en la línea ni de la estructura tarifaria, ya que el ministerio no ha comunicado todavía cuál será el canon por uso de la vía que tendrá que pagar al ente público que construye la línea, el GIF. En estas condiciones, el plan comercial del corredor sigue abierto.

Billetes antiguos

Ante esta situación, Renfe ha optado por seguir comercializando de forma anticipada el servicio actual. Dicho servicio se presta por la línea antigua con trenes Talgo e Intercity y tiempos de viaje de aproximadamente tres horas entre Madrid y Zaragoza, y cinco horas entre Madrid y Lleida.

En caso de que un cliente haya comprado anticipadamente un billete de este tipo de servicio convencional para enero y finalmente pueda utilizar la nueva línea AVE con sus servicios ferroviarios de altas prestaciones, no tendrá que pagar la diferencia de precio entre uno y otro tipo de billete, según las fuentes extraoficiales de Renfe citadas.

Otra situación paradójica que puede producirse con los clientes que tengan billetes adquiridos estos días para viajar entre Madrid, Zaragoza, Lleida y Barcelona se refiere a la estación de origen en Madrid. El servicio que vende ahora Renfe sale de Chamartín, pero cuando el viajero coja el tren en enero con la nueva línea ya en servicio, la estación de salida serán Atocha.

Los principales cuellos de botella de la infraestructura son el sistema de señalización y las obras de la estación de Zaragoza. Los técnicos de Renfe consideran que es imposible que esté operativa la señalización en los niveles que permitan circular a 300 kilómetros por hora de velocidad máxima. El GIF, por contra, ha asegurado a la operadora que el sistema estará en fecha. Sin embargo, Ansaldo, el grupo que instala el sistema, afirma que estará operativa en marzo.

Polémico peaje por el uso de la vía

El canon que deberá pagar Renfe por el uso de la vía AVE Madrid-Lleida se ha convertido en el dato más esperado no sólo por los principales actores del sector ferroviario, sino por los modos de transporte competidores, especialmente el avión. No en vano ese peaje determinará el precio final del billete entre Madrid y Lleida, pero también el de todos los AVE que se construyan en el futuro. Además, es un elemento esencial para la competitividad del producto frente a otros modos de transporte y para condicionar en el futuro la aparición de competidores de Renfe.Desde otro plano, el presupuestario, el canon es esencial para evitar contablemente que las enormes inversiones que desarrolla el ente público GIF, encargado de ejecutar todas las líneas de alta velocidad, computen como déficit público. Para que esto sea posible, como pretende el Gobierno, el peaje debe servir, por exigencia de Bruselas, para pagar el mantenimiento de la línea y para financiar, al menos parcialmente, la inversión realizada. El director general de Ferrocarriles de Fomento, Manuel Niño, ha dicho que la línea Madrid-Lleida empezará a funcionar con ese canon, aunque no quiso precisar cuál será su cuantía.

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