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Política monetaria

La amenaza de recesión en EE UU fuerza a Greenspan a bajar los tipos al 1,25%

La entidad que preside Alan Greenspan acordó ayer una rebaja de la tasa de los fondos federales de 50 puntos básicos, hasta el 1,25%, y de otros 50 puntos para la tasa de redescuento, hasta el 0,75%. Con la tasa de inflación actualmente en el 1,5%, la autoridad monetaria espera que estos tipos de interés reales negativos sirvan para impulsar la recuperación y evitar la tan temida doble recesión.

En su comunicado, la Reserva dice ¢seguir creyendo que una política monetaria acomodativa [expansiva], junto con un crecimiento robusto del crecimiento en productividad, propicia apoyo suficiente a la actividad económica¢.

Pero admite que ¢los recientes datos económicos tienden a confirmar que la mayor incertidumbre, en parte atribuible a mayores riesgos geopolíticos, está inhibiendo actualmente el gasto, la producción y el empleo¢. Las presiones inflacionistas, por su parte, ¢permanecen contenidas¢.

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En estas condiciones, ¢el comité considera que la relajación adicional de la política monetaria debería ser de ayuda mientras la economía avanza para superar este bache de debilidad¢. Pero, al menos inicialmente, lo que ha trasmitido la decisión de la Reserva es el temor a un mayor deterioro de la situación económica.

Desde la última reunión de la Reserva Federal, el pasado 24 de septiembre, la tasa de paro ha aumentado hasta el 5,7% y diversos institutos han coincidido en detectar un deterioro progresivo de la confianza de los consumidores, cuyo gasto ha sostenido el crecimiento del PIB a lo largo del año.

Riesgo de doble recesión

En este tiempo, hemos sabido, además, que el crecimiento en el tercer trimestre (3,1%) quedó por debajo del consenso del mercado (3,7%) y de poco sirvió que superara, con mucho, el crecimiento registrado en el trimestre anterior (1,3%). Las perspectivas para este final de año apuntan un escuálido crecimiento en torno al 1%.

El deterioro de los indicadores en las últimas semanas es tan evidente que la Oficina Nacional de Análisis Económico (NBER, por sus siglas en inglés) lanzó ayer un mensaje de preocupación sobre el estado de la economía y reconoció que aún no puede decretar el fin de la recesión.

Este instituto privado es el encargado de establecer el principio y el fin de las recesiones en Estados Unidos y fue el primero en afirmar el año pasado que la contracción comenzó en marzo del año 2001, como meses más tarde evidenciaron los datos oficiales de la evolución del PIB.

¢El comportamiento de la economía en los primeros ocho meses de 2002 indica que la caída de la actividad que empezó el año pasado podría haber llegado a su fin. Pero los datos recientes indican que es necesario más tiempo para estar seguro de la interpretación de los movimientos de la economía en 2001 y 2002¢, aseguró la oficina en un comunicado.

Pese a que las cifras del Gobierno apuntan que la recesión terminó a principios de este año, la NBER rechaza pronunciarse hasta descartar el riesgo de una nueva recesión tras un pequeño periodo de recuperación, lo que se conoce como doble recesión o contracción en W.

Mientras Greenspan sustenta su confianza sobre la marcha de la economía en el fuerte crecimiento de la productividad [hoy se conocerán los datos correspondientes al tercer trimestre], la NBER advierte que no es un indicador definitivo que sirva para fundamentar la salida de la recesión.

¢Es una situación sin precedentes que exige un nuevo análisis¢, admitía un miembro de la oficina respecto a la actual coyuntura de debilidad en el crecimiento y fortaleza en la productividad.

El dólar acoge la medida con una caída en la cotización

Nada más conocerse la decisión de la Reserva Federal, el dólar quebró su tendencia de toda la jornada y registró un fuerte descenso en su cotización frente al euro. La divisa europea pudo, gracias a esta adversa reacción, volver a superar al dólar hasta alcanzar, al cierre de esta edición, las 1,002 unidades por moneda estadounidense. La reacción del dólar refleja el pesimismo que ha transmitido la autoridad monetaria a los mercados con su agresiva decisión de ayer, aunque las lecturas de la medida se prolongarán, casi con seguridad, a lo largo de los próximos días. Los analistas van a tener la oportunidad de escuchar una nueva valoración de la situación económica por parte del propio Greenspan, que ayer fue citado para comparecer el próximo día 13 ante la Comisión Económica del Congreso para exponer sus perspectivas económicas. Con la rebaja de ayer, la Reserva Federal lleva aprobados 12 descensos consecutivos de los tipos de interés, que se iniciaron el 3 de enero de 2001, aunque es la primera reducción que aprueba este año. Y tiene lugar tras una amplia y constante batería de informes sobre ventas, producción, empleo y confianza de los consumidores que reflejaba un deterioro de la situación en los últimos meses. El objetivo es revertir una incipiente caída de la demanda, dado que los créditos para la compra de coches o vivienda habían empezado a caer en el último mes pese a que el precio del dinero se encontraba en el nivel más bajo de los últimos 41 años. Sin embargo, este entorno propicia otro posible frente de batalla para la Reserva Federal: el alto endeudamiento de familias y empresas, en un entorno de riesgo deflacionista y escaso margen en política monetaria, amenaza con introducir a la economía en un círculo vicioso de caídas de precios, beneficios, empleo y deterioro de la calidad de la deuda.

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