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Comercio Exterior

El sector citrícola espera una decisión política de Bush para volver a EE UU

El sector citrícola español espera que el Gobierno de Estados Unidos levante el próximo mes de octubre el veto a las mandarinas, y lo haga a pesar de la presión de los productores estadounidenses. 'El conflicto se debe resolver con una decisión política de George Bush, porque por la vía administrativa se puede eternizar', explica José Gascó, presidente de la interprofesional Intercitrus.

Precisamente, los plazos para la publicación del nuevo protocolo de exportación impuesto por EE UU y aceptado por España -que endurece las condiciones de control de la presencia de mosca del mediterráneo en la fruta- es lo que mantiene en vilo a los exportadores y los productores. De hecho hoy finaliza en EE UU el plazo de presentación de alegaciones al protocolo, motivo por el cual los agricultores valencianos han vuelto a exigir al Gobierno español que 'tome iniciativas', ya que la próxima campaña se inicia este mismo mes y el sector español espera que los productores estadounidenses presenten una avalancha de recursos que ralenticen el proceso.

España ha renunciado a exportar este año a los cinco Estados productores para facilitar la solución.

Una campaña viciada

En un principio, las sensaciones son positivas, sobre todo después de la visita el pasado agosto de una técnico del Departamento de Agricultura de Estados Unidos, que dio el visto bueno a los programas de tratamiento de la plaga en el campo, una de las condiciones recogidas en el protocolo aún no aprobado pero que ya se está cumpliendo. A esta visita se añade una segunda prevista para el 16 de este mes.

Con todo, aunque se puedan reiniciar las exportaciones, 'la campaña estará viciada por falta de preparación', advierte el presidente de la patronal exportadora Comité de Gestión de Cítricos, Octavio Ramón. Y es que la incertidumbre sobre qué va a pasar se ha instalado en el sector, y a pocas semanas del inicio de la campaña se ha detectado una alarmante disminución de la contratación de cosechas en el campo y una reducción de precios.

Octavio Ramón, que advierte también que la paridad del euro con el dólar incidirá negativamente, señala que 'lo importante es recuperar el mercado que tanto costó conseguir'.

Japón retrasa la importación de mandarinas

 

 

 

 

 

 

 

 

El veto de Estados Unidos a las clementinas españolas ha provocado efectos colaterales en otros mercados incipientes. Es el caso de Japón, que tenía previsto publicar el pasado mes de enero el protocolo que permitirá la entrada en el archipiélago oriental de mandarinas. Sin embargo, según explica el presidente del Comité de Gestión de Cítricos, Octavio Ramón, 'el estallido del caso americano lo paralizó todo'.

 

 

 

 

 

 

 

'Comprenderéis que nos esperemos a ver cómo acaba', nos dijeron los japoneses', recuerda Octavio Ramón, 'con lo que estamos perdiendo prácticamente dos años'.

 

 

 

 

 

 

 

El sector citrícola español inició las exportaciones de naranjas a Japón hace ya algunos años, y después de numerosos ensayos se acordó un protocolo para las mandarinas que ahora espera la resolución de EE UU para entrar en vigor.

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