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Inundaciones

Alemania congela el gasto y aplaza la rebaja fiscal por las riadas

Las 'situaciones extremas requieren medidas drásticas', declaró ayer el canciller Gerhard Schröder al explicar las últimas decisiones de su gabinete. Las ayudas a los damnificados por las inundaciones, las obras de reconstrucción de las zonas afectadas y las medidas antiterroristas puestas en marcha tras los atentados del 11 de septiembre en EE UU son las únicas partidas que el Gobierno alemán considera prioritarias en estos momentos. Y serán por ello las únicas que se salven de la congelación de gastos, según explicó el ministro de Finanzas, Hans Eichel.

La segunda entrega del plan de bajada de impuestos implantado por el equipo de Schröder (que debía entrar en vigor en enero de 2003) se retrasará un año, con lo que el Gobierno contará con 6.900 millones de euros adicionales para hacer frente a las ayudas e inversiones previstas (entre ellas 1.000 millones de euros adicionales para infraestructuras en el este del país). Este retraso tendrá que ser aprobado, sin embargo, por las dos Cámaras del Congreso (un proceso que puede no haber culminado antes de las elecciones del 22 de septiembre). La tercera fase del recorte de impuestos (valorada en 19.200 millones de euros) se aplicará en 2005, tal y como estaba previsto.

El Gobierno alemán está decidido a afrontar esta crisis sin salirse del límite de déficit público establecido por el Pacto de Estabilidad europeo (3% del PIB). Eichel declaró ayer que Alemania 'se atendrá a los criterios de Maastricht', pero reconoció que se acercarán al límite de déficit autorizado.

Retrasar una bajada de impuestos a pocas semanas de las elecciones y con la economía prácticamente estancada habría sido considerado un suicidio político en cualquier otro momento. Pero los observadores de campaña creen que el espíritu de solidaridad frente a la tragedia hará que los votantes premien al canciller socialdemócrata por esta decisión.

Fondos europeos

A falta de nuevos fondos de la UE, Alemania sólo cuenta por ahora con capacidad para utilizar de forma discrecional un 4% de los fondos estructurales, lo que equivale a 1.100 millones de euros.

El Gobierno alemán ya ha anunciado ayudas por valor de 385 millones de euros en efectivo y créditos para los hogares y compañías damnificados por las lluvias torrenciales. Pero el alcance final de la factura aún no puede ser cuantificado.

Eichel reiteró que Alemania mantiene su 'compromiso con el Pacto de Estabilidad, sin condiciones'. Pero reconoce que será difícil afrontar la crisis provocada por las inundaciones y mantener el déficit público por debajo del límite autorizado del 3% del PIB. El presupuesto, señaló, será 'ajustado'.

Alemania ya sufre una importante desviación del objetivo de reducción de déficit previsto y en febrero escapó por los pelos a una reprimenda de sus socios europeos. La fuerte desaceleración del ritmo de crecimiento económico ha mermado los ingresos fiscales y los economistas creen que el país cerrará este año con un déficit presupuestario equivalente al 2,7% del PIB.

La crisis provocada por las lluvias torrenciales se produce en un momento en el que la economía alemana permanece casi estancada. Según informó ayer el Bundesbank, el PIB germano creció sólo un 0,25% durante el segundo trimestre, tras haberlo hecho un 0,2% en los primeros tres meses del año.

Según el banco central, la mayor economía de la Unión Europea 'todavía no registra fortaleza o dinamismo' y 'sigue vulnerable a nuevos choques, tanto exteriores como internos'.

El informe señala, sin embargo, que la situación podría mejorar 'algo' gracias a las favorables condiciones monetarias, la estabilidad en los precios y la progresiva eliminación de inventarios de las compañías.

Débil crecimiento

Según el Bundesbank, el crecimiento se ha visto dañado por factores como las huelgas en la construcción y la industria del metal. Además ha sufrido los efectos del débil crecimiento mundial, el pesimismo reinante en los mercados bursátiles y algunas quiebras empresariales importantes.

Lo que no parece estar dañando por ahora a la economía alemana es la apreciación del euro, ya que el efecto en términos de abaratamiento de las importaciones es mayor que la merma en exportaciones por pérdida de competitividad exterior.

Para el conjunto de este año, el Gobierno germano espera un avance del PIB del 0,75%. Mucho más pesimistas se muestra la patronal de la banca privada DBD, que ayer rebajó la previsión de crecimiento de la economía alemana para todo el año 2002 del 1% al 0,5%.

Praga cancela pedidos para liberar fondos

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

El Gobierno alemán no es el único que está adoptando medidas drásticas para hacer frente a los daños provocados por las inundaciones. En la República Checa -donde las pérdidas suman ya 3.000 millones de euros, según confirmó ayer el primer ministro checo, Vladimir Spidla- el Ejecutivo ha anunciado que estos daños podrían recortar el crecimiento anual del PIB medio punto porcentual, si bien el déficit público permanecerá inalterable, en el 6,4% del producto interior bruto (PIB), tal y como estaba previsto.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

El Ejecutivo checo anunció también que suspende un pedido para adquirir 24 aviones de combate, con los que pensaban renovar la flota de antiguos MIG-21.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

La medida fue anunciada ayer, después de que el Gobierno de Viena decidiese también reducir de 24 a 18 los cazas que decidió recientemente comprar, y postergó el comienzo de su pago en un año.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

La oleada de cuantificaciones de daños siguió ayer en Austria, donde el Consejo de Ministros aprobó una ayuda por 1.000 millones de euros para los damnificados por las inundaciones, tras cifrar, en una primera estimación, en 10.000 el número de edificios 'gravemente dañados' por la riada. Además, el Ejecutivo austriaco calculó también que los daños causados en las infraestructuras estatales ascienden a 150 millones de euros, a los que habrá que sumar los daños aún sin cuantificar de las infraestructuras municipales.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

En Austria, el Gobierno ya comunicó la semana pasada que se retrasa la puesta en marcha de la bajada de impuestos prevista para el año próximo y se recortarán los pedidos de aviones de combate al consorcio Eurofighter.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Mientras tanto, técnicos de la Comisión Europea estudiaban ayer qué cantidad de los fondos estructurales asignados a Alemania y Austria no han sido comprometidos aún y pueden destinarse a la reconstrucción de las zonas afectadas.

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