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Crisis con Marruecos

La oposición en bloque censura la actitud del Gobierno hacia Marruecos

La ministra de Asuntos Exteriores, Ana Palacio, compareció ayer en el Congreso para explicar el acuerdo alcanzado con Marruecos sobre el islote Perejil. Lo hizo con la misma modestia que hace una semana cuando detalló junto al titular de Defensa, Federico Trillo, la detención de los seis soldados marroquíes que se instalaron en este territorio el pasado 11 de julio. Sin embargo, la confesión de ayer de la ministra de que no había tenido tiempo de estudiar los informes relacionados con los principales contenciosos adosados a este conflicto, no fue acogida por los diputados con la misma comprensión. De hecho, los comentarios privados fueron bastante duros hacia la preparación de Palacio para el cargo.

La ministra se limitó pedir a Marruecos una 'voluntad y una dirección política claras y sin instancias intermedias' para reconstruir la confianza entre los dos países. Para el grueso de los problemas pendientes se remitió a septiembre, mes en el que mantendrá una nueva reunión con su homólogo, Mohamed Benaissa. En ella abordará, dijo, 'cuestiones complejas', como la emigración ilegal y la lucha contra el tráfico de drogas.

El portavoz de Exteriores del Grupo Socialista, Manuel Marín, pidió explicaciones a la ministra sobre la facilidad con la que el Gobierno aceptó la mediación de Estados Unidos en el conflicto de Perejil, pese a haber desechado con anterioridad esta posibilidad, y se interesó por el recorrido que puede tener esta tendencia al arbitraje en futuras tensiones. También apuntó las lagunas que han demostrado en este episodio los servicios de inteligencia y, con una intencionalidad más profunda, los intereses que pueden haber puesto en juego países como Estados Unidos y Francia al mezclar en este contencioso 'situaciones' delicadas para España, como pueden ser las que afectan al futuro del Sáhara o a las ciudades de Ceuta y Melilla. Marín censuró también la forma en la que el Gobierno, 'con una política estrecha y partidista', ha deteriorado en el último año el 'colchón de intereses' con Marruecos que hizo que en otras etapas las tensiones entre los dos países quedaran amortiguadas.

Operación de Estado

El representante del PSOE pidió al Gobierno una 'operación de Estado' para normalizar las relaciones con Marruecos, que implique el diálogo con los principales partidos, los empresarios, los sindicatos, las comunidades autónomas y los colectivos sociales que tienen algo que aportar en esta dirección.

La titular de Exteriores se limitó a mostrar su disposición al diálogo, sin aceptar de forma explícita esta última iniciativa.

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