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Crisis de confianza

La crisis abre la polémica sobre una intervención estatal en France Télécom

France Télécom vivió ayer un día frenético tanto en la Bolsa como en la propia corporación. Una portavoz del Ministerio de Finanzas francés confirmó inicialmente la información del Financial Times de que el Gobierno estaba pensando en recomprar el 44,5% que no tiene del ex monopolio si persistía el negativo sentimiento del mercado hacia la compañía. 'Contemplamos una renacionalización si el sentimiento de los inversores no mejora. Estamos muy preocupados por France Télécom', aseguró a primera hora de la mañana.

Estas declaraciones fueron desmentidas tajantemente pocos minutos después por otro portavoz del ministerio. 'No está en la agenda. En estos momentos, el Estado no prevé una renacionalización'.

La noticia de la recompra de acciones cogió totalmente desprevenido al mercado y a los analistas. 'La información sobre France Télécom es muy, muy extraña, totalmente inesperada, sobre todo con los problemas presupuestarios que está teniendo el Gobierno', explicó un analista a Reuters, en un ejemplo del sentir del parqué.

Sin embargo, los problemas financieros de France Télécom son de tal calibre y el sentimiento del mercado tan negativo que nadie consideró imposible que el Gobierno decidiera finalmente comprar en Bolsa el 44,5% del ex monopolio que no posee desde que lo vendió, en 1997. Y así lo entendieron los inversores. Las acciones de la operadora se dispararon desde la apertura y, tras un enfriamiento temporal provocado por el desmentido del Gobierno y por problemas técnicos en la negociación, retomaron su camino al alza hasta cerrar con una revalorización del 25,34%.

La subida de los títulos es la mayor desde que explotó la burbuja tecnológica, en marzo de 2000, y permite a France Télécom dar el salto suficiente en capitalización como para adelantar a la operadora holandesa KPN. Aún así, la compañía francesa vale en Bolsa menos que Telecom Italia, Deutsche Telekom, Telefónica o BT.

France Télécom ha perdido casi un 96% de su valor desde máximos, con buena parte del castigo concentrada en lo que va de año. Esta evolución, unida a los problemas financieros, es la que haría factible la intervención del Gobierno. La telefónica tiene una deuda de 60.700 millones de euros y se ha visto incapaz de reducirla, como han hecho sus homólogas BT o KPN, entre otras.

Mejor que la ampliación

La especulación que ronda el mercado desde hace días (que también ha sido desmentida por France Télécom) es que la operadora va a necesitar una ampliación de capital entre 10.000 y 15.000 millones de euros para financiarse. Puesto que el Estado tiene el 55,5% de la compañía, le tocaría desembolsar entre 5.600 y 8.300 millones de euros, menos de lo que cuesta en estos momentos recomprar en Bolsa el 44,5% que no posee. Antes de la subida de ayer, este porcentaje se valoraba en unos 4.500 millones, que ahora superan ligeramente los 6.000 millones.

Estos precios, sin embargo, implican cotizaciones de 10 o 12 euros por cada acción de France Télécom y no estaría bien visto que el Estado comprara a estos niveles algo que vendió hace menos de cinco años a 27,75 euros.

Las especulaciones sobre la recompra cobraron tal fuerza que provocaron la intervención de la Comisión Europea. Según un portavoz comunitario, Bruselas no tiene jurisdicción sobre el accionariado de las empresas, pero sí sobre el dinero público que se inyecta en las compañías, y las reglas sobre ayudas son muy estrictas.

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