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Coyuntura

La economía de Japón creció el 1,4% en el primer trimestre

La expansión del 6,4% de las exportaciones tras los primeros signos de recuperación en Estados Unidos, primer socio comercial de Japón, y al aumento del 1,6% del consumo interno, hicieron avanzar por primera vez desde hace un año al Producto Interior Bruto japonés un 1,4%.

En términos anuales, el PIB japonés creció el 5,7%, hasta 530,8 billones de yenes (4,21 billones de dólares), por encima de los 523,5 billones que registró entre octubre y diciembre del pasado año (4,15 billones de yenes). Sin embargo, en todo el año fiscal 2001, que se contabiliza desde principios de abril de 2001 a finales de marzo de 2002, la economía japonesa se contrajo el 1,3%, muy por debajo del objetivo de crecimiento de un punto que había fijado el Gobierno.

Este descenso fue el peor en términos anuales desde que se comenzaron a recopilar estos datos estadísticos en 1980, peor que el anterior récord del -0,8% obtenido en 1998, en plena crisis financiera asiática. En el trimestre de enero a marzo algunos datos fueron negativos, como el de la inversión corporativa, que cayó el 3,2%, y el de la inversión en vivienda, a la baja el 2,3%.

Sin embargo, el gasto gubernamental creció el 1,2%, la inversión pública el 4,1% y las importaciones se mantuvieron estables.

Algunos analistas locales airearon cierto escepticismo porque consideran que el dato positivo es insuficiente para decir que Japón ha salido de su recesión y esperarán a conocer los resultados del trimestre de abril-junio.

Pese a los datos positivos y al avance en términos anuales de 5,7 puntos, los analistas en Japón esperaban un ascenso superior, entre el 6 y el 10%. Además, hay voces críticas, como el diario económico "Nihon Keizai", que considera que el método para registrar el consumo interno es poco fiable porque se basa en los datos de ochocientos hogares unifamiliares, una muestra demasiado pequeña y poco representativa.

Los principales obstáculos para una plena recuperación en Japón continúan siendo el elevado endeudamiento de algunas empresas y la debilidad del sistema financiero japonés, en el que los bancos acumulan multimillonarios créditos fallidos. Pese a todo, los datos fueron acogidos con satisfacción en la segunda economía del mundo, sumida en una profunda crisis económica desde hace más de una década y sometida a presiones deflacionistas desde hace meses. Para todo el año fiscal 2002 las expectativas del Gobierno del primer ministro, Junichiro Koizumi, cuyas promesas de reformas estructurales siguen sin concretarse, son de crecimiento cero.

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