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Cumbre de Washington

La guerra comercial sigue latente pese a la división de los Quince

En apenas dos semanas, el apoyo incondicional de los Gobiernos europeos a las medidas de represalia presentadas por el comisario Pascal Lamy contra los aranceles al acero impuestos por Estados Unidos se ha diluido considerablemente. A la ofensiva unilateral iniciada por la industria británica para lograr que Estados Unidos le exima de los aranceles, se han sumado Alemania y Suecia, que apuestan por un mal acuerdo antes que por una escalada en el conflicto.

Esa división en el seno de los Quince reduce considerablemente las posibilidades de una guerra comercial, pero la reciente denuncia del comisario de Agricultura, Franz Fischler, contra las subvenciones contenidas en la nueva ley agrícola de EE UU mantiene el elevado riesgo de enfrentamiento.

Washington justifica los aranceles en su necesidad de 'comprar tiempo' para acometer la necesaria reestructuración de la industria y asegura que ya ha hecho importantes concesiones en esta cuestión.

Los aranceles estaban previstos hasta 2005, pero la Casa Blanca ya se ha comprometido a revisarlos a mediados del próximo año, una vez hayan quedado atrás las elecciones estadounidenses de noviembre. Asimismo está previsto que para julio el Gobierno anuncie las excepciones a la aplicación de aranceles, como ha exigido, por ejemplo, China y numerosas empresas europeas. Será entonces el momento de evaluar el alcance del lobby ejercido por el primer ministro británico, Tony Blair, en su reciente visita a EE UU.

Pese al acercamiento que quiere propiciar España con EE UU, puede que le toque al presidente José María Aznar aprobar durante su mandato las sanciones europeas contra las exenciones fiscales aplicadas por EE UU a sus corporaciones en el exterior (Foreign Sales Corporation). La Organización Mundial del Comercio (OMC) falló en contra del sistema estadounidense y debe evaluar el daño que supone para los europeos una decisión prevista para mediados de junio. Será entonces cuando la UE tenga que reclamar compensaciones en otros productos por el importe que marque la OMC.

Asimismo, España busca una solución rápida del conflicto de las clementinas, que afecta considerablemente a los productores valencianos. Piqué asegura que se está trabajando 'con toda celeridad' para que todo quede solucionado para la próxima campaña.

Pero Fischler ha abierto un nuevo frente al denunciar el pasado martes que la nueva ley agrícola negociada por el Congreso de EE UU amenaza con 'poner en tela de juicio las reformas prometidas en Doha'. La propuesta legislativa aumenta las subvenciones destinadas a apoyar los precios, lo que según Fischler desembocará en un exceso de producción que distorsionará el mercado mundial en materia de competencia. El comisario aseguró que con este plan, EE UU da un giro de 180 grados en los compromisos de liberalización suscritos en la cumbre de la OMC.

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